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Estábamos acostados, juntos, en la cama. Ambos, desnudos y con calor, nos abrazabamos del otro, y no había momento para respirar. Ceñi mi pierna por sobre su cadera, y él, dulcemente, me acaricio la piel ardiente, hasta rozar con sus dedos mi intimidad.

Gemi suavemente, pero le di un beso arrebatador, y él, que sabía que yo no tenía mucha experiencia, me lo devolvió calmadamente y susurrando, me guiaba. Deslizo lentamente dos dedos dentro de mi, estábamos empapados en sudor.

Ring ring

Sonó el timbre del apartamento..

-Están....están timbrado

-Deja que suene- y nos aferramos el uno al otro, besándonos, queriendo llegar a más, yo quería, anhelaba y deseaba llegar a más. Y sabía que él también.

Así que, con lentitud, se posiciono encima de mi, lentamente. Me acaricio el cabello, apartando de mi frente los mechones que se metían en mis ojos.

-Amor....oh, cuanto he esperado por este momento- dijo, cerrando sus hermosos e intensos ojos, apoyando su frente y la mía, juntas.

Solo le di una mirada, y él seguía sonriéndome, tranquilizandome, aunque no había necesidad, pues yo estaba muy segura de querer tenerlo entre mis brazos también.

Cuidadosamente, paso su mano por mi muslo y cerró su mano por detrás de mi rodilla, lentamente fue apartandola del camino, me dijo que plantará los pies contra la cama, como más cómoda yo estuviera.

Apoyo los antebrazos a cada lado de mi cabeza, y mirándome a los ojos, profundo, con significado, empezó a empujar lentamente. Yo me morí, y volví a revivir. Era tan, pero tan intenso, él es fuego, la antorcha, el agua en movimiento. Dolía, pero, estando con él, me volvía invencible, con él, así, los dos siendo uno. Los primeros empujes fueron cuidadosos, pero al ver que yo lo recibía tan bien, lo hizo más lento. No queriendo lastimarme.

Esa noche disfrute tanto, más que disfrutar, fue la certeza de que era lo correcto. Que era mi alma gemela.

Neón LightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora