📖CIENTO CINCUENTA Y DOS📖

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P. O. V. Exterior:

Durante los días previos al miércoles, Hange había estado haciendo los preparativos para la emboscada a la RG. Tal y como estaba planeado, había dejado pistas de que la escuela de Kai y los niños podría tener información de interés para la organización; además, el día antes había pulido los últimos detalles junto con Eren, Mikasa y Armin, los cuales serian los elegidos para la misión.

Justo ahora, ese pequeño equipo (junto al capitán Swindle) se encontraba escondido en las instalaciones del colegio, esperando el arribo de su objetivo.

-¿Estas segura de que caerán en la trampa? - le preguntaba Armin a Hange.

Todos se estaban comunicando con la última tecnología desarrollada en Marley, unos pequeños radios de corta distancia útiles para estas situaciones. El volumen de la radio estaba bajo, de modo que las voces eran meros susurros Imperceptibles para los enemigos.

-Si, la búsqueda de los niños fue tan obvia qué darles pistas de la escuela paso desapercibido, no sospecharan nada. - explicaba por milésima vez la de lentes.

-Atentos, ya no tardan en llegar. - anuncio Swindle.

Y efectivamente, a solo segundos de su aviso 3 hombres irrumpieron por la puerta por la que semanas antes Kai y los demás se habían escapado. Habían cortado el candado de la puerta sin ningún problema, parecía tan fácil que no debía ser real, aunque lo era.

-¡Dritshel! No hagas tanto ruido. - le dijo uno de los hombres (aquel de hombros cuadrados y notablemente más alto que el resto), a otro más delgado qué llevaba unas pinzas especiales en mano.

-¿Por qué no? Esta vacío el lugar... - se defendió el de las pinzas, Dritshel.

Era verdad, la institución estaba vacía y cerrada pues las clases del día habían acabado y ya que estaba oscureciendo el único presente debía ser el vigilante qué vivía del otro lado del lugar.

-Pero... - insistió el alto.

-¡Bah! Dejalo morir Ruffuos, este niño es demasiado testarudo, no vale la pena. - dijo el tercero.

-No se como lo soportas, Calyel. - se desespero el tal Ruffuos.

-Aún los escucho, ancianos. - refunfuño Dritshel.

Los 3 ya se encontraban en movimiento hacia la oficina del director. Hange, Mikasa y Armin se encontraban vigilando la habitación; mientras que Swindle les seguía el paso desde las sombras y Eren esperaba afuera con los refuerzos.

-Más respeto, niño. Recuerda que de mi depende que Grinberryall te acepte. - le amenazó Calyel.

-Ya va a ser que un anciano como tu pueda hablar con alguien como él. Además, es una legends urbana. - no se dejó intimidar Dritshel.

-¿Leyenda Urbana? ¡Si, claro! - se burló Ruffuos. - Esa leyenda me dejo una cicatriz justo aquí... - y señaló aquella parte de carne de color rosado qué atravesaba la mitad de su mejilla y descendía hasta su cuello. - Dime, ¿qué leyenda podría hacer eso?

-¡Nah! Seguro eso te lo hiciste en una borrachera, viejo borracho. - seguía diciendo incrédulo el más joven.

-Pero lo conocerás un día... - comenzó a decir resignado el más alto.

-La oficina está en frente... - interrumpió Calyel.

Efectivamente, durante su conversación habían llegado a su destino, el cual se encontraba a pocos pasos de ellos. Los 3 hombres olvidaron su conversación y se miraron victoriosos, pues si tenían suerte, lo que tanto buscaban estaría en aquella habitación.

-Cuando diga 3... - susurro Hange al radio.- Se moverán conforme al plan...

Dritshel aceleró el paso hasta llegar a la oficina y con emoción saco su herramienta necesaria para abrir la puerta.

-En 1... - decía Hange mientras observaba al chico.

Ruffuos y Calyel no podían estar más emocionados pensando en las recompensas de encontrar lo buscado, por lo que presionaban con la mirada al chico que se estaba tomando su tiempo.

-...2...

Dritshel estaba teniendo problemas con la puerta, pero nada que no pudiera resolver en segundos, por lo que alegremente anuncio:

-¡Abierto!

-...3...¡AHORA!

Y reino el caos.

Hange, salto del techo donde se ocultaba y cayó sobre Dritshel. Mikasa atravesó la ventana más cercana y golpeo directamente al más cercano a ella (Ruffuos). Armin emergió de la oficina y se lanzó contra Calyel.

Los 3 hombres, como era de esperarse pusieron resistencia;  gritaban entre ellos por no entender que había pasado, a la vez que intentaban golpear a los ex miembros de la Legión. Dritshel tomo ventaja sobre Hange, pero en auxilio de esta llego Swindle. Mikasa ya tenia sometido a Ruffuos sin problemas. El único detalle era Armin...

-La estúpida policia militar no me va a atrapar... - sentenció Calyel al tiempo que le daba un golpe final a Armin.

-¡Eren! - grito Mikasa por la radio.

Aquella fue la señal para que los refuerzos se movilizarán, tenían rodeado el edificio, lo que hacia suponer que nadie escaparía.

-¡Mikasa, los tenemos, ve por el! - ordenó Hange, haciendo que Swindle tomara a Ruffuos, mientras ella sostenía a Dritshel.

Mikasa obedeció e intento alcanzar a Calyel, el cual ya corría por el edificio en busca de una salida. Sin embargo, para desgracia de todos, no contemplaban qué el plan de Calyel era salir solo del edificio y tenía un plan de escape perfecto, producto de sus años de experiencia, qué por cierto le habían advertido qué aquella era una trampa.

Durante la persecución, Mikasa había intentado dispararle al fugitivo, pero una y otra vez había fallado. Por su parte, Calyel no desenfundo su arma hasta que llego al punto clave de su huida, una vez ahí disparo limpiamente; la bala impacto en el hombro de Mikasa, haciéndola perder el equilibrio. En definitiva, los años no habían pasado en vano por los ex miembros de la Legión, estaban demasiado oxidados.

-Eso es de parte de la RG. - se despidió Calyel.

Su ruta de escape no era más que un túnel subterráneo, usado en el pasado como ruta de evacuación en caso de titanes, era tan viejo como inestable, útil para que lo transitará una sola persona a la vez, además estaban tan modificado qué a los pocos minutos de que Calyel hubiera entrado y antes de que Mikasa y los refuerzos pudieran seguirle, una bomba se detonó impidiendo qué continuará la persecución.

Todos escucharon la explosión y se alertaron al instante.

-¡¿Qué fue eso?! - grito Hange por la radio.

-Escapó... - se escucho Mikasa entre quejas. - Puso una bomba en un tunel secreto y escapó...

-¡Mikasa! ¿Estas bien? - pregunto Eren preocupado, no espero respuesta y se empezó a movilizar hasta su esposa.

-Si, pero...

Los refuerzos de Mikasa habían quedado heridos bajos los escombros, más aquel que había dado la vida para salvarla.

Dos victorias de tres. Aquello era mejor que nada, aunque quizá las respuestas se escapaban junto con Calyel, después de todo él era la mano derecha de Grinberryall.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora