Capitulo 1: Yo los cuidare, como no pude cuidarte a ti.

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Era un bello campo de flores, el viento resoplaba bastante fuerte, el sol brillaba en su mayor esplendor sobre aquel campo, en el cielo pocas nubes estaban esparcidas por él, corría por aquel campo dejándome perder por la hierba alta, seguíamos conejos, cazamos patos, peleábamos con animales salvajes y cuidábamos el ganado. Aquellas épocas de paz, fueron los mejores años de mi vida, tenia una amiga, Sidney, ella me salvo la vida, me dio un cálido y amoroso hogar, un día ella se fue del campo, con lagrimas en sus ojos se despidió y me dijo que cuidara del campo, de su abuela, cuando fuera grande que cuidara de sus hijos, claro que cuidaría de la familia. 

Luego de aquella despedida, el tiempo paso, aprendí a leer y a escribir, me encargaba de cuidar el ganado, proteger el cultivo de los animales salvajes, ayudaba a la abuela de Sidney, ella es muy amable, amorosa, me cuido y me crió como un hijo.

No había ni un solo día que no esperara una carta de Sidney, cada semana ella mandaba una carta, a veces un regalo acompañado de esa hermosa y tan esperada carta. 

Un día recibimos una llamada, Sidney no estaba bien de salud, le pedí a la abuela de Sidney que me dejara llamarla, ella asintió y esa misma noche la llame.


Aaron: Hola Sidney -mi voz temblaba a pesar de que debía mantenerme firme para no hacerla sentir mal- ¿Como estas? Recibí tus cartas.


Sidney: Hola.... Aaron... -sus palabras eran pausadas y suaves, ella estaba frágil- Aaron... ¿recuerdas la promesa que nos hicimos.... cuando me fui?


Aaron: ¿como olvidar la? Siempre cuidare de la familia, como tu me cuidaste a mi.


Sidney: -siento que del otro lado sonreía- Aaron... cuidaste bien de la abuela... mi esposo no puede solo... él necesita tu ayuda...


"Ya te esforzaste mucho, el medico te dijo que descansaras"


Aaron: Sidney, yo cuidare de tu familia, siempre estuve ahí para ti, como tu estuviste para mi. 


Sidney: Te quiero Aaron... 


Aquella llamada duro unos minutos, al cortara pareció un nudo en la garganta, realmente ella estaba muriendo, apreté el teléfono con fuerza, para dejarme caer en las rodillas frente a el y llorar.

Aquella semana paso tan rápido que no pude darme cuenta de nada, esa misma semana Sidney murió.

Debía ir a donde ella vivía, la abuela de Sidney me había comprado ropa nueva, podía verme como un chico de la cuidad, me dijo que me cuidada y que nadie debía ver como era.

Ella me arreglo, me peino y me perfumo, era un chico de cuidad, una camisa blanca, un saco negro con botones dorados, un pantalón de vestir del mismo color que el saco, me regalo unos lentes sin aumento, para que me viera normal supongo, me peino con el cabello revuelto, me regalo unos zapatos muy cómodos de color negro, en la valija me había puesto toda ropa nueva, ropa que según ella los jóvenes usaban.


Estábamos en la estación, yo con mi boleto en mano y mi valija, estaba dispuesto a subir al tren, las personas de los campos vecinos, fueron a despedirme, muchos lloraban, otros me deban ánimos, antes de subirme al tren, abrace a la abuela de Sidney y le agradecí todos los cuidados que me había dado, ella con un suave beso en la frente y una agradable sonrisa, me dejo ir, subí al tren, y cuando tome mi asiento los salude mientras aquel tren avanzaba.


Sidney, yo cuidare de toda la familia, gracias a ti, no estaría vivo. Gracias.

Así fue como mi vida iba a cambiar, de una vida de campo a una vida de cuidad, todo iba a ser nuevo, asombroso y emocionante. Ya no puedo esperar.

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⏰ Última actualización: May 26, 2015 ⏰

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