-¿Lucas, quién es ese?- Preguntaste a Enid mientras salíais de la ducha.
-Un amigo de Jericho.- Contestó fríamente. Tú la miraste extrañada. -¿Por qué yo sí tengo que dar explicaciones y tu puedes irte de rositas?-En eso tenía razón.
-No, es sólo que después de lo de Ajax...- Comenzaste mientras te peinabas.
-Sólo espero que su cara de Gorgona colocada me vea feliz y radiante.- Dijo entre dientes, empezaste a comprender de qué iba el tema.
-O sea, que pretendes darle celos.- Tú eras cinturón negro en esas cosas, las veías venir de lejos.
-Puede.- Dijo sin más. Tú te volviste hacia ella.
-Oye Enid, ni siquiera has hablado con él acerca de aquella noche.
-No hace falta que diga nada, me dejó plantada, eso es todo.
-Quizás le pasó algo urgente y...
-No, no quiero oírlo, esta noche no es para comerse la cabeza, es para disfrutar, y es lo que voy a hacer.- Dijo intentando convencerse a sí misma.
Miraste tu nuevo vestido y te morías de ganas por ponértelo. Sentiste un tirón en tu albornoz, Cosa.
-Hola Cosa, ¿qué pasa?- La mano empezó a comunicarse contigo. -¿Al bosque? ¿Sola?... ¿Cómo que con Eugene?... Ya lo sé pero no puedo hacer nada.- La idea que tuviste el día anterior volvió a tu cabeza.
Cosa se movió debajo la cama de Miércoles y sacó una caja negra, reclamando tu ayuda. Le hiciste caso y cogiste el objeto en brazos. Siguiendo las instrucciones del apéndice lo abriste y sacaste lo que había dentro.
-Es el vestido que vimos el otro día, ¿cómo lo has conseguido?- Dio a entender que lo había robado y rodaste los ojos.
-Creo que tengo una idea, ¿me ayudas?- Dejaste el vestido negro extendido encima de la cama y te dirigiste temerosa a la máquina de escribir. Te daba miedo tocar un artículo tan antiguo y le pediste a cosa que te hiciera el favor.
-Eso es, perfecto.- Dijiste cogiendo la pequeña tarjeta de la máquina. Cosa gesticuló contento. –Corre, llévaselo a Tyler. La mano entonces salió por la puerta, casi aplastada por Enid, que se movió a un lado.
-¿Qué tramáis?- Preguntó mientras cogía su propia ropa.
-Ya lo verás.- Contestaste mientras cogías tu flamante vestido.
-Te queda genial.- Dijo Enid, emocionada mientras juntaba las manos.Te miraste en el espejo y te viste guapa, muy guapa. La prenda se ajustaba a ti perfectamente, te gustabas y eso era raro para ti. Cogiste unos zapatos que no fueran demasiado incómodos y te diste cuenta de que combinaban bien. Esa era la Riley del baile. Tres toques en la puerta sonaron y fuiste a abrir, con cuidado de no estropear el vestido.
-Vaya, Riley, estás...espectacular.- Xavier estaba al otro lado, vestido con un elegante traje blanco. Estaba muy guapo, la verdad. Incluso te sonrojaste un poco por el cumplido.
-Gracias, tú también estás muy guapo.- Dijiste sinceramente.- Me falta ponerme los pendientes, pasa si quieres.
-Eso, eso, pasa, pasa.- Gritó Enid desde lejos. Tímidamente el chico entró en vuestra habitación, observando la estancia cuidadosamente.
-Vaya, qué guapo estás Xavier.- Dijo Enid sonriéndote.
-Gracias, tú también.- Contestó sin dejar de mirar a su alrededor.
Miércoles entró descuidada en la habitación, llevando todo un equipo de exploración encima. Cuando vio al chico, dio un paso hacia atrás.
-¿Qué haces tú aquí?- Preguntó con desprecio. El joven pareció ignorarlo con elegancia.
ESTÁS LEYENDO
Amor, Marginados, flores y monstruos.
AventuraEsta es la historia de Riley Hayes, tu historia. Cuando las circunstacias te llevaron a la Academia Nunca Más, tu vida cambió por completo. Nunca pensaste en llegar a hacer amigos de verdad, a encajar bien en algún sitio. Mucho menos en enamorarte...