-HYUNSUK POV-
-Te gusta.
-¿Qué?
-Que te gusta. Kim Teume. Te gusta.
-¡Claro que no me gusta! ¡Solo somos mejores amigos!
-Por favor, Hyunsuk, se te nota en la cara. Todo mundo lo sabe.
Pero las palabras de mis compañeros de equipo de futbol, habían hecho eco en mi cabeza, durante todo aquel fin de semana.
Yo no había mentido. Era cierto que Kim Teume y yo habíamos sido amigos desde que teníamos uso de razón. Éramos uña y mugre. Completamente inseparables y confidentes. No había nadie que conociese mejor a Teume que yo, y no había nadie que conociese mejor a Choi Hyunsuk que Kim Teume.
Pero decir que lo que sentíamos el uno por el otro era algo más que amigos era algo completamente diferente. El amor que yo siento por ella es solo de amistad, ¿verdad? Quizá inclusive fraternal, ¿verdad? Pese a tener la misma edad, Teume es como una hermana pequeña a la que tengo que defender... ¿verdad?
Aquella necesidad de ser siempre el primero en conocer sus secretos, en ser su primera opción para desahogar sus penas, la necesidad de abrazarla y retenerla, otorgándole aquella protección y apoyo, a veces disfrutando el molestarla por el simple hecho de verla hacer un adorable puchero...
No podía gustarme Kim Teume. No porque fuese imposible, sino porque en caso de que ella no sintiese lo mismo que yo, nuestra amistad podría verse fracturada por completo. ¿Y entonces, qué haría sin ella?
Así que hago lo mejor que se me ocurre: ignoro las palabras de mis amigos, y continuó como si no acabase de darme cuenta de nada. Teume y yo somos amigos. Mejores amigos. Uña y mugre. Confidentes. Nada más.
-¿Estás bien? –la voz de Teume me llega lejana. Amortiguada. Hago mi mejor esfuerzo para regresar de donde sea mis pensamientos han vagado, y me apuro a mirarla no solo a ella, sino a mi alrededor.
Estamos en borde de la cancha de futbol. Hoy es el último partido de la temporada. Teume sabe algo pasa. Después de todo, me conoce mejor que nadie. Pero no puedo decirle, no esta vez. Un paso en falso de mi parte puede arruinarlo todo.
-Lo harás bien, Hyunsuk –dice Teume, poniendo ambas manos en mis hombros, y fingiendo darme un masaje para calmar mis nervios-. Anotarás más goles que nadie y te volverás el MVP de la temporada. Lo tienes, confía en ti mismo.
Dispuesto a aprovechar la oportunidad que se me ha presentado, me apuro a responder que sí. Fingiendo su masaje de hombros me ha quitado un peso de encima, me apuro a acercarme al resto del equipo, a hacer estiramientos para calentar los músculos. Teume se retira y se sienta en una de las gradas bajas, donde procede a sacar una pancarta con mi nombre, y agitarla en el aire, dispuesta a darme ánimos. Eso es lo que una novia haría, ¿verdad? No. Amigos. Teume y yo somos amigos.
El partido se me pasa en un abrir y cerrar de ojos. Mi cerebro se divide entre seguir pensando en aquello que siento y no puedo decir, y en continuar con la ofensiva para meter la mayor cantidad de goles y ganar la temporada. Pero si hay algo que es constante durante aquellos noventa minutos de partido, es la adrenalina que me llena cada poro del cuerpo, me recorre las venas, y se apodera de mi mente y mis sentidos.
Y entonces, cuando finalmente el balón entra una última vez a la portería, y el árbitro hace sonar el silbato, indicando el fin del partido, al igual que el resto del equipo, no puedo evitar gritar y celebrar, con ambos puños alzados hacia el cielo, y dando brincos a cada dos pasos.
-¡Ganamos! –exclamo, y sin poderme contener, miro a mi alrededor, específicamente a las gradas, buscando a la persona con la que más deseo compartir aquel logro:
Kim Teume.
Ella me sonríe. Agita la pancarta e igualmente grita y brinca como loca. Esquivando a un par de compañeros del equipo, así como al coach, me apuro a correr a su encuentro, y extiendo mis brazos. Ella lo entiende al instante, y se deja caer en ellos.
Pese a que estoy empapado de sudor, Teume deja que rodee su cuerpo con mis brazos, y se deja alzar a un par de centímetros del suelo, con lo que puedo girar con ella en brazos. Y entonces, olvidando que se supone lo que siento es un secreto, olvidando estamos en un sitio lleno de gente, olvidando lo que está en riesgo si mis sentimientos no son correspondidos, me inclino sobre ella y beso sus labios.
Por un instante, el mundo queda en silencio, y no existe nada más que ese contacto entre nuestras bocas. Aparte de Teume, no existe nada más. No soy capaz de percibir otra cosa que no sea el sabor de su labial de naranja, su perfume de vainilla, y la manera en que encaja perfectamente en mis brazos.
Y entonces, cuando no puedo sentirme más feliz de lo que estoy en esos momentos, es entonces cuando mi burbuja de felicidad explota, y me toca enfrentarme a la realidad.
-Hyunsuk... -dice Teume, cuando finalmente nuestros labios se separan, y aun sujetándola, nuestros rostros están a un palmo de distancia, con lo que soy perfectamente consiente ella está sonrojada, y muy probablemente lo esté yo también.
-¡Perdón! –es todo lo que puedo decir, y me apuro a bajarla. Sus pies finalmente tocan el piso, y una vez estoy seguro no caerá, finalmente la suelto. Pero ella aún tiene sus brazos alrededor de mi cuello, y no parece quererse mover de allí.
-Perdón –repito, temeroso de que mi mejor amiga esté en tal estado de shock que aún no sea consciente de que esta amistad acaba de fracturarse por completo.
-¿Lo dices en serio? –pregunta Teume. Yo no tengo la menor idea de a qué se refiere, así que solo puedo espetar un estúpido "¿eh?", antes de que ella continúe-. Mis amigas me habían dicho que tú también sentías algo por mí, pero yo no quería creerles... Pero si estás seguro de que sientes lo mismo que yo, entonces nosotros... Ya sabes... Quizá podríamos... Intentarlo.
-¿Y si no funciona? –pregunto, temeroso-. No quiero perderte –finalmente me confieso.
Teume vuelve a besarme. Un tímido beso en la mejilla, pero un beso, a fin de cuentas.
-Somos amigos, ¿no? –dice de manera burlona-. Mejores amigos. ¿Por qué no habría de funcionar esto con la persona que más quiero, en la que más confío y de la que más dependo en este mundo?
Vuelvo a abrazarla. Si hemos funcionado como amigos durante los veinte años que llevamos con vida, ¿por qué no habríamos de funcionar como pareja, por el resto de nuestra existencia?
Para responder que sí, lo digo en serio, vuelvo a besarla.
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De cómo TREASURE se le declaró a KIM TEUME
FanfictionSerie de one-shots para activar el delulu interior.