Kitsune Raiden VOLUMEN 2

Capítulo 12

✧｡⁠*ﾟ🦊｡⁠*ﾟ✧

Después de aquella visita a la cabaña, me dirigí a hacer el rondín diario.

A decir verdad, no sabía cómo sentirme después de ese beso, no puedo decir que estoy enamorada de Rory solo por un eso.

Fue bueno, pero aún hay cosas que debo resolver conmigo misma, sólo sé que odio sentirme así sin rumbo.

[• • •]

Mientras me movía por los tejados de la ciudad, mi teléfono vibró y yo contesté.

— ¿Maestro Fuji?

Fuji: lamento llamarte de madrugada, acá son las 4 de la tarde y es la hora del descanso... ¿Cómo va todo?

— Hmm va bien, todo está muy tranquilo. Mañana ire a ver los resultados de mi examen. ¿Que tal usted?

Fuji: Uh... Hay algunos detalles que me gustaría contarte pero será después de que te encargues de tus notas, solo quería decir que tal vez me demore unas semanas más en volver.

— oh... Entiendo

Fuji: ¿te contaré después si? Trataré de llamarte antes de irme a dormir... Me alegra que estés bien.

— Lo mismo digo maestro.

A la distancia ví un auto estacionado con las luces apagadas pero claramente había alguien ahí. Era ese mismo Impala negro.

Fuji: no duermas tan tarde, ¿si?

— Justo estoy por acostarme, hmm le llamo luego.

Fuji: de acuerdo.

—cuelga—

[• • •]

Michael Wolff... 21 años de, dibujando caricaturas en su auto.

Estaba tan distraído que cuando salté sobre el capó de su auto casi le da un infarto.

Michael: ¡PUTA MADRE!

Su libreta y bolígrafo salieron volando al igual que toda su hombría con aquel grito casi agudo que soltó.

— ¿Esa soy yo? —dije al mirar de reojo aquel dibujo—

Era bueno pero definitivamente me veía como la villana.

Michael: ¿no deberías estar jodiendo en otro lado? —respondió levantando una ceja con amargura— baja de mi auto.

Me bajé pero no por qué el lo dijo, sino por qué yo quise.

Demoró unos segundos en recoger sus cosas donde dibujaba y después bajó del automóvil.

Michael: Se supone que debería descansar por qué estoy en el turno del día, pero no tengo sueño... Hay mucho trabajo.

— Pues yo te vi dibujando, no trabajando.

Michael: escucha, no quiero que te entrometas en esto, es un caso delicado... A menos que tú seas la culpable de las desapariciones.

— ¿desapariciones?

Michael: hmmm —llevó su mano al mentón con aquel bolígrafo— hace dos días encontramos a dos hombres sin vida en un callejón... Sin rastros de heridas o golpes.

— ¿y entonces vienes tú solo a tratar de avanzar en esa investigación?

Michael: si

— ¿sin refuerzos? ¿Al menos tienes un arma?