📖CIENTO CINCUENTA Y SEIS📖

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✨Hola de nuevo✨
Lamento la demora, me tome unas vacaciones casi obligatorias para dejar fluir las ideas, pero ya ando de nuevo por acá. Así que les iré compensando los caps de estos días de ausencia.
Sin más, gracias por el apoyo y la paciencia...

Atte: la escritora✨

P. O. V. Exterior:

Domingo por la mañana...

De acuerdo al plan, Calyel se encontraba en la única entrada a la Ciudad Subterránea qué existía; la petición de Boris había sido clara, tan pronto Calyel recibiera a Reginald tendría que quitarle la vida por traidor, lo cual no podría importarle menos pues ya había asesinado a muchas personas bajo las ordenes del Líder de la RG y de Grinberryall, lo único diferente es que la Policía Militar le seguía los pasos y moverse hasta la entrada de la Ciudad Subterránea había sido todo un problema, pero ya estaba ahí, ahora solo debía terminar ese trabajo y comenzar con el siguiente.

Mientras tanto, el propio Reginald parecía ansioso por salir, aunque estaba consciente de que haber traicionado a Asher había sido demasiado rastrero de su parte. Sin embargo, confiaba en que cuando el chico creciera entendería qué la vida en la Ciudad Subterránea ers seguir la más sagrada ley de la naturaleza: “comer o ser comido”. Como sea, no esperaba lo que estaba por suceder al salir de aquel infierno.

Por otro lado, a las profundidades de aquella Ciudad sin ley, Grinberryall, ignorante de lo que sucedería en la superficie, asesoraba en los últimos detalles a Dymytrie:

-No los subestimes, ¿entiendes?

-Viejo, ya lo repetiste miles de veces desde ayer... - le reclamo Dymytrie. - Ya lo sé, recibí una paliza de ellos.

-Lo repito porque tu estúpida cabeza solo piensa en vengarse, si algo sale mal no esperes que te salve. - amenazó Grinberryall de mala gana.

-Si, si, lo que digas... - le dio por su lado el chico.

Aquello sin duda cabreo más a Grinberryall, qué de no ser porque Dolores apareció corriendo, bien pudo haber golpeado al niño por el simple hecho de no tomar enserio su consejo.

-¡Señor! Tenemos un problema... A-alguien... Atacó a Reginald - declaró la secretaria. Estaba pálida del susto.

Los presentes (Dymytrie, Grinberryall y el séquito de Dymytrie) se petrificaron al instante, nadie en la ciudad sería tan idiota de atacar a un sublider y por lo tanto, al tener el rango más alto, Grinberryall debía investigar que había ocurrido.

-¿Esta...? - comenzó a preguntar Dymytrie.

-Muerto... - concluyó la secretaria, palideciendo aún más.

-Mocoso, encargaté de lo planeado, yo resolveré lo otro. - ordenó Grinberryall tomando la batuta de la situación.

A Dymytrie no le quedo de otra que aceptar, más sabiendo que sería una oportunidad de demostrarle a Boris qué el podía con lo que fuera.

Grinberryall y Dolores comenzaron a moverse por la Ciudad hasta llegar a la oficina de Boris, el cual los recibió inmediatamente.

-Llegan a tiempo... Acaban de regresar Stephano y Mijail. - anuncio Boris con los nombrados a su lado.

La sala de reuniones estaba como siempre, de hecho estaba lista para la clásica reunión dominical.

-Contunuen... - les pidió Boris a sus lacayos.

-Investigamos los alrededores y no hay rastro de quien lo hizo... - explico Mijail.

-Y en cuanto al cuerpo, tiene el modus operandi de Ackerman, pero según mis fuentes el se encuentra fuera del país. - añadió Stephano.

-Bien puede engañarnos... - comento Boris con odio. - Anuncien un toque de queda, en las calles solo quiero al equipo de Dymytrie qué está en una misión y al equipo de Stephano revisando las calles. Notifiquen a Asher qué se adelanta la reunión...

Stephano salió corriendo para movilizar a su gente, mientras Mijail fue personalmente a buscar a Asher.

-En cuanto a ti, Grinberryall, conoces bien a Ackerman...

-¿Espera que vaya a investigar y lo atrape? - le interrumpió el nombrado, no estaba para una escena dramatica.

-Si, además selecciona a alguien de tu gente para que tome el lugar de Calyel.

-¿Qué? Calyel es de mis mejores hombres...

-Pues busca a uno mejor, tomará el puesto de Calyel, fallo en su misión así que debe pagar el precio.- hizo una pausa -Aunque ese será un tema para después de la reunión de hoy, no falles.

Incluso Dolores fue consciente de la amenaza qué supuso aquella orden. La mente de Grinberryall iba a la velocidad de la luz tratando de ordenar las piezas del rompecabezas qué era aquel día, pero no le encontraba ningún sentido lógico; así, con las ideas confusas, igual salió de la oficina de Boris y fue a hacer lo que le pidió sin más peros.

Horas antes...

P. O. V. Asher:

Había pasado la noche en vela, recordando las palabras de despedida de Reginald:

“Tuve que hacerlo, perdón. Lo comprenderás algún día.”

Aquello lo había dicho justo después de confesar que me traicionaría, aunque aún no entendía como podría traicionarme. De lo único que estaba consciente era de que en cuanto Boris se enterara de lo que sea que haya hecho Reginald, lo mataría y yo debía impedir ello. Así pues, a primera hora de la mañana, fui a su casa, pero su esposa me dijo que el había salido poco tiempo antes.

Corrí por la ciudad esperando encontrar a Reginald, comenzando por su zona de trabajo (cercano a la puerta de la Ciudad), para mi buena fortuna el estaba ahí.

-¡Reginald! - le grite cuando estuve a pocos metros de él.

Era demasiado temprano para que hubiera alguien por las calles y aun estábamos demasiado lejos de la puerta como para que alguien Policia nos detectará.

-¿Asher? - me miró mi amigo con pánico. - No deberías estar aquí.

-Si, bueno, hay muchas cosas que no debería hacer, pero me da igual. - le respondí medio en broma. - ¿No es muy temprano para venir a trabajar? Hasta tu esposa se preocupo.

-Lo hago por ella, así que nunca es temprano. - me dijo a medias. - Pero en definitiva, tu no debes estar aquí.

-Y por qué no?

-¿Qué no te quedo claro lo de anoche?

-Pues realmente no, por eso he venido. Aclarame porque el hombre más cercano a mi padre me confesó que me traicionaría. ¿Tiene sentido?

Reginald agachó la mirada y susurro algo, lo suficiente bajo para que solo yo lo escuchara, ese grito desesperado y silencioso.

-No, no lo hiciste. - me negué rotundamente ante tal declaración. - Dime que me estas mintiendo... ¿Por qué?

-Tengo que salir de aquí, Asher. Mi esposa, empeora a cada día.

-Eso lo se, pero ¿por qué tuviste que delatar a Kai? El puede sacarnos de aquí... El lo prometió.

-Ay, Asher. Nadie puede salir de aquí si Boris no quiere, es hora de que lo aceptes.

-No, entiende Kai tiene un plan, él...

-¡El plan ya no importa! - grito Reginald desesperado.

El ser humano es complicado. A una persona, si le arrebatas su única fe y esperanza se desmorona, entra en una fuerte crisis de desesperación donde solo ve un infinito túnel oscuro. Reginald ya transitaba ese túnel desde que mi padre había fallecido.

- Dymytrie lo va a matar esta tarde. - añadió Reginald.

Y fue justo en ese instante, al saber que mi única esperanza moriría esta tarde, yo también vi aquel túnel sin fin.

-Lo siento... - fueron sus últimas palabras del gran amigo de mi padre.

Esa traición, ni siquiera el propio Boris la habría dejado pasar. Lamentaba tener que ser yo quien se cobrará aquella vida.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora