Había una vez un hombre llamado John, un científico que había pasado su vida estudiando el universo y las maravillas del espacio. Era un hombre inteligente y respetado en su campo, pero su curiosidad por lo desconocido y su afán de conocimiento lo llevaron a investigar una serie de fenómenos extraños que habían estado ocurriendo en todo el mundo.
John había notado que la Tierra estaba siendo afectada por una serie de eventos inusuales, como cambios en la gravedad y fluctuaciones en el campo magnético del planeta. También había notado que la gente estaba cambiando, se estaban volviendo más agresivos, más violentos y más hostiles hacia los demás. A medida que su investigación avanzaba, comenzó a sospechar que algo mucho más grande estaba sucediendo, algo que podría afectar a toda la humanidad.
Un día, John recibió un mensaje de un colega en Europa. El mensaje hablaba de una extraña señal que había sido detectada en el espacio, una señal que parecía provenir de una fuente desconocida. John se sintió intrigado por el mensaje y decidió investigar más a fondo.
A medida que John profundizaba en su investigación, comenzó a descubrir cosas sorprendentes. Descubrió que la señal había sido enviada por una civilización alienígena que estaba tratando de comunicarse con la Tierra. Pero a medida que John intentaba descifrar el mensaje, comenzó a darse cuenta de que algo andaba mal. La señal estaba causando cambios en el cerebro humano, cambios que estaban llevando a la gente a volverse cada vez más violenta y agresiva.
John se apresuró a compartir sus descubrimientos con otros científicos, pero sus advertencias cayeron en oídos sordos. La mayoría de la gente pensaba que estaba loco y que sus teorías eran simplemente una locura. Sin embargo, John no se detuvo. Él sabía que estaba en lo correcto y que tenía que encontrar una manera de detener lo que estaba sucediendo antes de que fuera demasiado tarde.
A medida que pasaban los días, los cambios en la Tierra se volvían cada vez más intensos. La gente se estaba volviendo cada vez más agresiva y el caos comenzaba a apoderarse del mundo. John sabía que tenía que actuar rápidamente si quería detener la catástrofe que se avecinaba.
Con la ayuda de un pequeño grupo de científicos, John ideó un plan para detener la señal alienígena. Después de semanas de trabajo, finalmente pudieron crear un dispositivo que podría bloquear la señal y detener los cambios en el cerebro humano.
Pero antes de que pudieran activar el dispositivo, algo horrible sucedió. La señal alienígena alcanzó su máximo poder y comenzó a desencadenar una serie de eventos que llevaron a la caída de la civilización. La gente se volvió loca y comenzó a atacarse mutuamente. Las ciudades fueron destruidas, los gobiernos colapsaron y el mundo se sumió en la oscuridad.
John y su grupo se escondieron en un búnker subterráneo, observando impotentes cómo la civilización se derrumbaba a su alrededor.