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Un castaño poco a poco abría sus ojos para acostumbrarse a la luz del sol que lo enfocaba en su rostro. Se había olvidado de haber cerrado su ventana en la noche.

Se fue levantando de a poco para frotarse los ojos y estirarse un poco. Se colocó sus pantuflas para ir directo al baño a hacer sus necesidades.

Bajo a la cocina aún con su pijama a hacerse su desayuno mientras tarareaba lo que se le venía en mente.

—Si hay que ser minero, romper el pico en el hierro—Cantaba la canción que él había inventado cuando era pequeño mientras soltaba un bostezo.
Un ruido lo hizo guardar silencio para girar su cabeza mirando a todos lados.

Se encogió de hombros para darse la vuelta de nuevo, en unos segundos el mismo ruido había sonado.

—Okey—Pronunció abriendo el cajón lentamente y agarrando lo primero que toque. Dirigió su vista a la sartén que llevaba en la mano, sonrío para sostenerla con ambas manos y ir a pasos lentos dónde provenía el ruido.

Subió la escalera rápido y silencioso como pudo para ver qué él ruido provenía del ático.

—Oh shit—Susurró para después tragar duro. Se acercó para hacer lo mismo que ese día. Agarrar la escalera y colocarla cerca de la pequeña puerta del ático.
Subió de nuevo escalón por escalón con el mango de la sartén en su boca.

Agarró con cuidado la manija para estirarla silenciosamente. Y subir con su corazón a mil.

Al pisar sintió el frío del piso aún con sus medias puestas. Una caja se cayó haciéndolo sobresaltarse. Se acercó hacía una pila de cajas lo que le ponía los pelos de punta.

Antes de que pueda decir algo quedó sorprendido al ver a un chico ahí. No pude distinguirlo muy bien.

—¿¡Tú quién coño eres chaval!?—Fue lo único que pudo decir para retroceder de inmediato al ver que el chico se acercaba a él.

Cómo la luz del sol entraba por la pequeña ventana, el extraño al salir del rincón de esa pila se lo pudo distinguir mejor. Era de tez blanca, sus ojos eran de cabello negro que era cubrido por un gorro de lana color azul y llevaba unos lentes de sol con forma redonda de color bordo. Se podía notar una cicatriz desde su ceja izquierda hasta cerca de su mandíbula. Vestía una camisa blanca con tirantes del mismo color que los lentes, y unos pantalones color negro al igual que sus zapatos.

—¿Who are you?—Rubius se sorprendió de que él chico sea inglés, aún en posición de defensa intento no asustarse mientras calmaba sus nervios.

—Soy Rubén... ¿Y tú?—El castaño pensó que el chico no lo entendería, pero fue lo único que pudo soltar en ese momento.

—Quackity... ¿Puedo saber dónde chingada madre aparecí?—Los ojos de Rubius se abrieron como platos al ver que el chico si lo entendía.

—Ah... Estamos en Madrid... Es el... 30 de marzo del 2023—Ahora el chico con nombre Quackity era el sorprendido. Fijó su vista en cierto collar parecido al suyo.

—¿De dónde sacaste el collar?

—Lo encontré aquí

—Mierda.

—Mierda

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HOUSE┊𝗥𝘂𝗯𝗰𝗸𝗶𝘁𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora