Cuando la noticia estuvo por toda la ciudad, en todos los diarios y en las vallas publicitarias, fue real para mi el concurso. Independientemente la llegada o no de Verónica, me enfrentaría a un fantasma del pasado que me había hundido. Isabella me había destrozado y conmigo había destrozado la empresa. La situación en la que estábamos había sido resultado de una mala administración de mi padre y de una estrategia para ella para destruirnos. Lo había logrado, y como una burla del destino, ahora era estaba aliada a mi, buscando ahora levantarnos.
Más irónica no podía ser la maldita situación. Estaba harta, y las cosas ni siquiera habían empezado.
-Buenos días- saludé pasando por el lado de las secretarias, y visualizando a Alexandre con un café en sus manos esperándome en el ascensor. Solté un suspiro.
-Kamille, buenos días. Esta bellísima- sonreí con cortesía y el me entregó el café.
-Gracias- entramos juntos al ascensor y al salir, el grupo de producción y marketing organizaba todo. Caminé hasta Scarlett y me miró en la mano el café de Alexandre. Sonrió con burla y giré los ojos.
-Cuanto dinero mal invertido- negó con la cabeza.
-¿Cómo le digo las cosas con... tacto?- moví un poco la cabeza.
-Dile que estas obsesionada con la vagina de una española que esta con otra y que te odia- la miré mal.
-¿Que estaba pensando cuando te escogí como mi mejor amiga?- me crucé de brazos.
-Nunca tomas buenas decisiones- me besó la frente con cariño y se fue con la Tablet hasta el ascensor. Entré a la oficina y boté el café en la basura sentándome frente al escritorio mirando a la nada y pensando en todo lo que sería el mes siguiente. Jérémie había estado interesado en mis proyectos y el porqué de mis ocupaciones mucho más serias, y mi tiempo mas limitado. Y no sabía como explicarle aquello. La noticia estaba en todos lados, e incluso cuando el estaba en el parque con la niñera le ordené que evitara que mi hijo viese algo relacionado con la alianza.
No había hablado con Isabella y no quería hacerlo. Dejé que Susana se encargara de ese contacto y me avisara. Era mi socia ahora, pero mientras menos conviviera con ella, mejor para mi.
Y pensar en ella, era personar en Verónica. Era inevitable porque ella me había escrito un libro, Isabella lo había publicado. Eran un equipo ahora, con un odio común hacia mi. Y eso me dolía más. Les había dado las armas para tener algo en común. Les había dado las armas para acercarse. Y eso, aunque todavía me pesaba, no lograba mortificarme del todo.
***
Con cada movimiento hecho por él, me aferraba un poco a su espalda. No sentía placer, sentía culpa. Cerré los ojos y sentí un beso suyo en mi cuello. Tan dulce que terminó por romperme, aunque no lloré, quise hacerlo. Cuando se tumbó a mi lado supe que sonreía aunque no lo miré. Sólo cerré los ojos y me cubrí con la sabana, buscando alivianar el sentimiento que me acosaba. Y que no se sentía bien.
-Estás igual de hermosa, siempre- su brazo me rodeó la cintura y lo miré por primera vez, con el cabello despeinado y una sonrisa de oreja a oreja. Se veía feliz. Y yo no podía estarlo.
-Tengo que irme, Alexandre- me solté de su brazo y me levanté caminando al baño. Me apoyé en el lavamanos y bajé la cabeza. Me cambié rápido y salí encontrándomelo.
-Avísame cuando llegues- se acercó para besarme pero desvié mi rostro.
-Esta bien.
-Kamille- me tomó del brazo y me miró por unos segundos- podemos ser, todavía- me quedé quieta y callada ante su propuesta disfrazada de comentario. Sabía lo que él quería, pero yo no sabía lo que quería yo. O al menos, sabía que sea lo que sea que yo quisiera, no lo quería con él. Al menos no en este punto de mi vida. Estaba concentrada en mi hijo, en mi trabajo. No tenía lugar, no había cupo para él. Yo no quería abrirle un espacio en mi vida, porque sabía que sería mucho peor.
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DE AZUL A MI
RomanceEn la vida a veces tuve que aprender a las mala lo difícil que era tener libre albedrío incluso para hacer algo insignificante como tomar una decisión. Debí aprender cada cosa, cada pequeña y mínima cosa para llegar a ser grande. Pero jamás aprendí...