01. ¿De qué apodo?

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Antes de que ellos llegarán, mi vida era genial, era como si tuviera todo lo que necesitaba, pero no lo tenía todo, me faltaban ellos, o él, específicamente.
Sky Vega.

Sky Vega.

Cuatro de agosto, 06:58 horas.

Tiempo. Es el enemigo de toda persona que simplemente existe. Hombre, mujer, adolescentes, niños, animales e incluso plantas. Todo depende de como elijes administrar de el, arrepentirse de lo que hiciste es un problema, arrepentirse del tiempo perdido ese es un problema peor.

En cambio yo desperté tarde -o eso me dijo mi mamá.


No escuché la alarma y la que me despertó fue mi mamá cuando llego de su turno del hospital y me dijo que faltaban cinco minutos para las ocho -mintió -, tuve que correr y bañarme con agua fría, aunque no se porque lo hice, luego correr a ponerme el short de jean casi sin color y ponerme la blusa de tirantes negra con estampado de pájaros en ella... para luego darme cuenta que no era tan tarde, ¡es que ni siquiera era tarde!

-SKYYYYYYYYY -Dani, mi hermana menor, aporreo la puerta de mi habitación mientras yo buscaba mi otro zapato.

-¡Ya casi! -le grite en respuesta.

Escuche como bajaba las escaleras corriendo.

Seguí con la búsqueda de mi zapato bajo la cama, cuando por fin como si un rayo divino lo alumbrara -o la linterna de mi teléfono -, lo conseguí... antes de que mi teléfono empezará a sonar.

Me levanté del suelo con el ceño fruncido mirando la pantalla.

"Conejo Blanco".

Colgué la llamada, no es porque no quisiera hablarle, peeeeeero no quería hablarle, porque en realidad, me molestaba que me apresuraran. Y eso es precisamente lo que él quería hacer.

Luego sonó la notificación de un mensaje. Fruncí aún más el ceño mientras lo revisaba y vi que era él de nuevo.

Conejo Blanco: ¿Estás lista?

Sky: No. -.-

Conejo Blanco: .-.

Sky: Voy a terminar de arreglarme.

Conejo blanco: vamos a llegar tarde.

Bufé poniendo los ojos en blanco.

Sky: no son mi siquiera las siete.

Sky: así que déjame arreglarme tranquila.

Conejo blanco: coño, tu no te preocupas porque a ti no te regañan.

Conejo blanco: a mí sí.

Sky: ventajas de dar clases.


No sé si respondió a mi mensaje, solo sé que lo ignore y me dirigí al espejo para arreglarme el cabello. Decidí hacer un moño flojo en lo alto de mi cabeza, y ya estuve peinada, tan, tan -le debo todo el ahorro del esfuerzo al gorro que se encargó de cuidar mis rizos toda la noche.

Les doy contexto.

Vivimos en Racagua.

Y estamos de vacaciones.

Beautiful Eyes [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora