Cap 12: Cicatrices

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Cicatrices

Rubí

-Hola, sobrina.

Lucian estaba sentado frente a mí, el me examinaba.

Yo estaba con las manos atadas y una cinta en la boca, metida en su auto.

En un segundo me voy contra el, chocando mi frente contra su nariz, cómo a Alexandro.

Lucian se cubre la nariz y me mira con el seño fruncido.

-¿Que mierda fue eso? -dice con la nariz sangrandole.

¿Espera que con una cinta en la boca le responda?

Con las manos atadas señaló la cinta.

El entiende y me quita la cinta de un golpe. Mi barbilla arde.

Voy a matarlo.

Me tapo toda la barbilla y lo fulmino con la mirada.

-Mi turno -le doy una sonrisa sarcástica- ¡¿Que mierda fue eso?!

-La venganza de mi nariz, pequeña ingrata -me dice enojado- ¿Que Esmeralda no te había criado mejor?

Mira quién habla.

-¿Por qué me traes aquí? No quiero hablar contigo -le digo con dureza.

El me mira extrañado.

-¿Que? -dice como si lo hubiera ofendido- Por si no recuerdas yo te salve, ingrata mal agradecida. A mí no hables así.

¿Cómo te explico?

-¡Mi papá me salvó, tu no hiciste ni la más mínima cosa! -le grito

Otra vez la mirada ofendida.

-¡Si supieras todo lo que hice para salvar tu estúpido trasero!

Que yo sepa, nada.

-Claro, como follarte a mi mamá.

Lucian me mira con los ojos como plato.

Si, el un día antes de que me encontrará se folló a mi mamá.

¿Sirve si digo que paso mientras estában borrachos?

Fue un punto bajo ya que estaban borrachos y no sabían lo que hacían. Mi mamá cuando se dió cuenta de lo que pasó, lo hechó desnudo y todo.

Si, era otro punto bajo, pero ya que.

-¡¿Esperas mis disculpas?! -me suelta con una sonrisa en su estúpida cara.

Lo mato.

Me voy hacia el con mis manos para estrangular al idiota de mi tío.

El con una sola mano me empuja de nuevo al aciento, me mira como si no me entendiera.

-¿Se puede saber que te pasa conmigo? -me pregunta- Se supone que te ayude, ¿Por qué me tratas como si yo fuera el malo?

Tenía razón, el muy hijo de perra tenía razón.

Pero como esperaba que le contará si después de todo no lo iba a entender.

-¡Por dios, Rubí pensé que estabas muerta! -dice alterado.

Técnicamente lo estoy.

-¡oh, créeme ésa Rubí que secuestraron si está muerta! -le digo rabiosa- ¡Está enterrada tan abajo en la tierra que se te será imposible volver a verla! Ahora soy está.

Eso era cierto, esa Rubí murió hace tanto tiempo...

Como si estuviera en un coma, en el cual todavía no despertó, y no creo que lo haga.

La Estrategia de la Reina. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora