Bertram Kastner - 12

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– Soy Bertram Kastner. – contestó de forma desafiante. – ¿Y tú eres...?


   Niels Rainath se echó a reír, soltando una sonora carcajada mientras comenzaba a aplaudir de forma pausada y estridente.

– Me estáis tomando el pelo, ¿verdad? – dijo Niels mirando incrédulo a Garet y al resto de vampiros de la sala. – El hombre más buscado del momento en esta Alemania y en parte de la otra, y lo teníais vosotros aquí mismo. Para colmo, me lo habéis traído en bandeja. ¿Dónde está el truco?

– ¿Por qué buscan a ese tal Bertram Kastner? – le preguntó Garet intentando averiguar el motivo de tanto interés por su invitado.

– Digamos que conoce cierta información de gran relevancia. – le respondió Niels acercándose a Bertram lentamente mientras que lo inspeccionaba con su mirada. – ¿No es así, señor Kastner?


   Trebet, que seguía cerca, se interpuso en su camino.

– No des ni un solo paso más. – le amenazó el corpulento vampiro.

– Aparta. – le ordenó Niels haciendo un gesto con la mano, cargado de cierto desdén.

– ¡¡Aghhhh!! – gritó Trebet con rabia mientras se echaba hacia un lado en contra de su voluntad.

– ¡Niels, no te permito que utilices tus poderes sobre mi gente! – exclamó Garet con una notable irritación.

– Te recuerdo que tus hombres me deben lealtad y obediencia. Ahora estoy al mando de esta ciudad, ¿o es que ya lo has olvidado? – contestó Niels clavándole la mirada a Garet mientras esbozaba una inquietante sonrisa.

– No voy a reconocer tu autoproclamación como regente de Stuttgart. Da por hecho que el Cónclave nunca ratificará la ausencia de Roderick como un abandono de su cargo. – añadió Garet mientras se abalanzaba sobre Niels. – ¡Él me puso al mando de este Elíseo y así seguirá siendo!


   Los guardaespaldas reaccionaron rápidamente y agarraron a Garet por las piernas, consiguiendo detenerlo. Éste intentaba revolverse hacia ellos, sin parar de gritarles y maldecirles.

– ¡¡Soltadme, escoria!!


   Ellos no cedieron ni un ápice en su voluntad de retenerlo y lo aprisionaron contra el suelo para inmovilizarlo, ante la intensa mirada de Niels. Parecía que, con sus ojos, éste les estuviera insuflando el ímpetu que les permitía someter al depuesto líder. Aprovechando que en ese momento no eran el foco de atención del amenazante vampiro, tanto Erika como Bertram comenzaron a retroceder lentamente. Aunque no a la suficiente velocidad.

– ¡¡Huid ya!! – les ordenó Garet mientras que seguía forcejeando sin éxito.


   Ambos reaccionaron al grito dando un brinco, como si hubieran despertado de una ensoñación hipnótica. Sin dudarlo ni un momento, arrancaron a correr y escaparon de la sala. Aunque le pilló de imprevisto, Niels estuvo rápido a la hora de dar un salto, impulsándose hacia ellos para intentar agarrar a Bertram. Sin embargo, Trebet consiguió desviar su trayectoria, interceptándolo mediante un violento placaje. Los dos cayeron sobre una historiada butaca que, lamentablemente, quedó hecha trizas.


   Instantáneamente, Niels se quitó de encima al corpulento vampiro empujándolo con un simple y siniestro manotazo, mientras que con su diestra agarraba una de las patas del asiento que habían destrozado en la caída. Antes de que Trebet pudiera recomponerse y levantarse del suelo, Niels atravesó su pecho con el artístico trozo de madera, dejando su cuerpo clavado al suelo y totalmente inerte.

Bertram Kastner: El Origen OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora