Capítulo 13

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Yvonne

Essoh es lo más importante que tengo en la vida, es por la única persona que daría la miserableza de existencia que tengo.

Yo haría cualquier cosa por Essoh, sin embargo, salvarlo de que sean masacrados por los coreanos, es condenarlo a una mentira donde será utilizado.

Ambas son condenas, ambas son asesinatos, son traiciones.

Traigo las maldiciones conmigo, no sé si nací maldita o simplemente el destino se ensañó conmigo.

No hay opciones, yo no las tengo, otros escribieron por mí lo soy y lo que seré.

Bajo la cabeza, tomando el equipaje, sin ayuda de ninguno lo arrastro a la salida. Está delante de mí, elevo la quijada, al fin puedo dejar caer el papel delante de él, me hubiera gustado mantenerlo y no la imagen que tendrá en unos años sobre mí.

Soy esto, las sobras que dejaron, el odio que sembraron y el amor que me han quitado.

—No tengas vergüenza de mí, ten la certeza de que yo haría lo que fuera por ti. —expone.

Más no yo no quiero que lo haga, se arruinaría, así fuera lo que deseo en el fondo y es que use lo que lleva por dentro y castigue a quienes nos condenan a lo que vendrá.

Sin embargo, Essoh es lo único puro y real que tengo. Corrección, esto es solo una fantasía lo que vivirá, porque nunca ha sido mío.

Maldigo el día en que me crucé en su camino por estar distraída, si solo yo no hubiera sido tan ingenua, loca y risueña, le hubiera evitado el error que fue conocerme.

—Hasta luego —pronuncio, arrastro la maleta de vuelta al vehículo que me espera con la puerta abierta y al que, sin opción, subo.

Te quedas en blanco, las opciones son nulas, tú destino uno, lastimar y usar a quien más amas mientras juntos se vuelven polvo.

Callo porque no tengo nada que decir, volver a la mansión es ver todo igual, nada cambió y taparon otra vez lo que me sucede, no tengo privacidad, soy vigilada a donde me muevo y mis letras, son el desahogo de un alma rota en partículas como la mía.

—Debes aceptar sus cortejos —rectifica George —. Luego...

—Recuperé la razón y me enteré que había presenciado mis ataques de demencia, me dio mucha vergüenza y creí que lo que tengo era perjudicial para dos los —concluyo por el —. Has estado repitiendo esto toda la semana.

La misma en la que reprobé la mayoría de los exámenes que no me sirven en la universidad y que con el dolor de lo que me queda de sentimientos debo dejar que Essoh se embarque en una ilusión aceptando su acercamiento.

Yo debo hallar la manera de salvarlo, si lo pierdo, entonces sí que estaré muerta en vida.

—Debes matar cualquier sentimiento —continúa con las sentencias —. El amor es para los débiles, es la maldición del sufrimiento.

Ruedo los ojos enfrente suyo, es tan mezquino que se hace el ciego.

—¿Tú por qué crees que estoy aceptando todos tus chantajes? Sino me importara, yo no haría nada de esto.

Está siendo paciente conmigo, el temperamento de George tiende a ser agresivo cuando le llevas la contraria.

—Te darás cuenta el asco que producen los negros —se esconde detrás de su racismo injustificado.

Juego con el dobladillo de mi suéter de lana café, me pongo de pie, la ansiedad que he desarrollado me mantiene tan ociosa impidiéndome estar tranquila.

PRINCIPIOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora