Two Loves | KookV♡

‹ 55 ›

—Vamos, Taehyung. Hoy es el día en que lo arreglarás todo.

Se animó a sí mismo antes de ingresar a la escuela.

Luego de una larga y cruda noche de insomnio, Taehyung tuvo el tiempo suficiente para reflexionar sobre los últimos meses de su vida. En un abrir y cerrar de ojos su mundo cotidiano y monótono se transformó en una aventura que consiguió empujarlo fuera de su zona de confort.

Podría haber pasado años en aquella «burbuja de perfección», dedicando cada segundo a satisfacer las expectativas de otros y construyendo un futuro que no lo hacía feliz en lo más mínimo. Desde pequeño, Taehyung fue educado para actuar de esa forma, así que no se hubiera atrevido a colocar sus propios intereses por encima de los demás si Jungkook no irrumpía en su mundo.

Él fue un desafío desde el primer instante: su actitud rebelde y ligeramente arrogante, su carisma natural y personalidad libre, su apatía selectiva que conseguía sacarlo de quicio en algunas ocasiones. Jungkook pareció ver a través de su mascara y sacar la versión más auténtica de Taehyung.

No era la primera vez que recaía en aquellos pensamientos. Cuando descansaba su rostro en el hombro de Jungkook, o se acurrucaba entre sus cálidos brazos, Taehyung era consciente de cómo la presencia de su novio se había convertido en la motivación para luchar por las cosas que en verdad quería.

Sin embargo, la línea entre reflexionar sobre ello y demostrarlo con acciones era muy amplia.

¿Por qué resultaba tan difícil deshacerse de sus viejos y dañinos hábitos? Tenía a su lado a una persona maravillosa que no poseía miedo de amarlo y acompañarlo en los momentos difíciles, lo único que Taehyung debía hacer era permitirse ser querido, confiar en Jungkook y admitir todas las mentiras que dijo en el pasado.

No obstante, Taehyung estaba atrapado en aquel círculo vicioso: pensando constantemente en lo que debería hacer, pero sin encontrar el coraje necesario para hacerlo.

Ajustó la correa de la mochila y colocó su rostro en alto. Entraría con una actitud triunfadora porque, si el sujeto de las charlas de autoayuda que escuchaba su madre tenía razón en algo, una postura segura y confiada podría ser la clave del éxito.

Taehyung no resonaba en realidad con ese tipo de pensamientos, pero considerando su incapacidad para encontrar mejores soluciones, se aferraría a cualquier cosa que le hiciera creer que su relación no era un caso perdido.

Cada lágrima que derramó la noche anterior a causa de lo mucho que extrañaba a Jungkook, los cientos de vueltas en la cama que dio tratando de olvidar el dolor y las conversaciones imaginarias que tuvo con él para disculparse y decirle que lo amaba, debían ser la motivación perfecta para corregir sus errores.

Pero, quizá, ya era muy tarde.

Avanzó por el pasillo con naturalidad, pretendiendo evocar un aura de confianza. No obstante, casi de inmediato Taehyung se dio cuenta de que algo no iba bien. Las miradas hostiles de sus compañeros posándose en él pudieron ser un buen indicio de ello, pero fue un aterrador presentimiento lo que le hizo perder toda la seguridad que intentó adquirir.

Sus pasos se hicieron torpes y descuidados; su respiración, que solía ser tranquila y constante, se volvió errática y dificultosa como si no pudiera tomar el aire suficiente para llenar sus pulmones; y sus ojos de tono avellana se humedecieron aún sin comprender la situación.

«Lo estoy imaginando, es sólo paranoia mía».

Trató de convencerse de ello, pero cuanto más se acercaba a su salón de clases, más consciente era de que nada estaba bien.