📿Padre?...|PadrexSargento

📿Dios puede esperar.|4🔞

Ahora el Sargento junto sus Cadetes y el padre se encontraban buscando algún animal del cuál pudieran alimentarse pues llevaban horas sin poder comer, estaban desesperados en encontrar algo, mientras que Azulín solo miraba una flor roja con recelo completo, luego se levanto escuchando algo y sonrió.

;;—Eh!, eh!, mirad!—

Dijo el oso Azul sonriendo y llamando a los demás Alfas, estos se acercaron y vieron a unas orugas de todos los colores, estás sonreían aunque al encontrarse con los osos se asustaron y intentaron huír sin éxito.

;;—Se ven deliciosas!, se me hace agua la boca!—

Hablaba el de gran sonrisa estando a punto de darle una mordida al gusano aunque esté fue arrebatado de un manotazo haciendo caer al animal.

;;—No, no!, ¡esos animales son del demonio!, como dice el libro sagrado, no comeras animales de colores poehibi- —

;;—¡Ya cayesé padre!, ¡¿Acaso no ve lo jodidos que están los Cadetes!?—

El Sargento interrumpió al padre gritándole y asustando al mencionado para verlo con el ceño fruncido, el más alto señaló a los demás los cuáles se encontraban hambrientos y con cara cansada.

;;—¡Dios puede esperar esta noche!—

;;—¡¡Dios no puede ser esperado Sargento!!—

Discutían ambos sacando colmillos y garras hasta que Caricias se tiro encima del Padre rasguñando su mejilla, los Cadetes tomaron al de ojor amarillo apartándolo del de túnica, este solo miro en silencio al Sargento para tocar su mejilla empapada de sangre.

;;—¡¿Donde está su Dios ahora padre!?—

Hablo gritando y sonriendo tetricamente el Sargenro haciendo temblar a varios, quién diría que un Omega pudiera ser más intimidande que un Alfa mismo.

Las discusión había terminado, todos excepto el padre masticaban de aquellas orugas coloridas, empezaron a sentirse extraños, más el Sargento el cuál empezaba a sentir su respiración agitada y sus feromonas descontrolarse.

;;—Mierda....—

Maldijo y algo mareado se levanto para revisar sus bolsillos, nada, no estaban sus supresores, se olvido de empacar estás pastillas, entró en pánico y camino hacía la carpa del Padre buscando sus supresores, aunque no sabía que esa carpa era la del Sacerdote.

;;—Mmh?...Sargento que hace- —

Sus palabras se cortaron al sentir las feromonas sofocantes del Sargento, se mantuvo en silenció y se puso sus lentes para ver a este intentando buscar pastillas, sus sospechas habían sido confirmadas, Caricias es Omega, el de lentes ya suponía esto pero ahora estaba más que confirmado, tomando de el brazo al Sargento lo dejo abajo suyo para verlo.

;;—Al final mis teorías eran ciertas, usted es Omega.—

Hablo con una voz ronca haciendo estremecer al de mayor altura, este solo lo miro con sus ojos ahora de colores brillantes y tragó en seco al sentir las feromonas del otro.