Capítulo 4: La reunión de los cinco, cara a cara

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"El día volvió a hacerce noche, y la noche volvió a hacerce día"

Con el amanecer de un nuevo día, Saint despertó con más energía qué de costumbre, realmente ahora se sentía mejor.

Saint: Buenos días, Kyubey.

El felino se encontraba durmiendo más abajo en su cama, y ante el llamado del chico este estiró sus piernas mientras se acercaba a Saint.

Kyubey: Buenos días, Saint.

Saint se dispuso a ponerse su uniforme de la escuela y salió rápidamente junto con Kyubey, con una bolsa de frituras en la mano. El chico le ofreció de manera amable una papa a Kyubey, llamando la atención del felino.

Kyubey: ¿Qué es esto? ¿Tratas de alimentarme con un alimento de dudosa procedencia?

Saint: Ni siquiera estoy seguro de que esta cosa sea del todo sana, pero toma.

Saint puso la papa frita en la boca de Kyubey, deleitando al incubador con un sabor qué no había probado antes, el sodio y la contextura qué traía la papa hizo qué Kyubey rápidamente empezara a comer más.

Saint lo miró con ironía mientras se reía.

Kyubey: ¿Qué es tan gracioso?

Saint: Es que, pensé qué no te gustaban.

Kyubey: Nunca lo había probado antes.

Saint: ¿Qué comen los incubadores entonces?

Kyubey: Es difícil de explicar, pero yo sólo suelo comer semillas de sufrimiento.

Saint: Pero bueno, conmigo estas seguro.

Kyubey: Sí.. Supongo que debo agradecerte por cuidarme, ¿Verdad?

Saint: Sí no te has ido de mí lado es por algo.

Kyubey se quedó callado asintiendo levemente con su cabeza, casi podía afirmar qué la compañía de Saint le resultaba agradable. Mientras Saint hiba caminando, este noto algo raro.

Saint: ¿Qué son esas cosas de ahí?

Kyubey: Son los Kagesutkis, son esas criaturas qué se hacen pasar por humanos, y debes derrotarlas.

Saint: Será un placer para mí, total, saltarme la clase de física no es tan malo.

Saint se dirigió hacía un callejón oscuro dónde yacían los Kagesutkis, y este se transformó para empezar a derrotarlos. Saint tenía una forma de pelear bastante particular. No le importaba arriesgarse y demostraba demasiada agresividad, los Kagesutkis en su gran mayoría preferían huir en vez de darle pelea, pues parecía estar completamente centrado en luchar, razón por la cuál no vió venir un ataque qué lo hizo caer.

Un disparo rozó su cara impactando en uno de los tubos de agua cerca del callejón, y entre la cortina de humo levantada por su batalla contra los Kagesutkis apareció Natsumi.

La chica parecía enojada, pero simplemente se limitó a decirle a Saint de forma seria.

Natsumi: Largate, este lugar es mío. Te dije qué no te metieras en mí camino.

Saint: No me estoy metiendo en tú camino cariño, simplemente hago lo qué tú no puedes hacer de forma más eficaz.

Natsumi: No sabes de lo qué hablas.

Puella Magi Yuko Magica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora