Unilateral [1]

71 7 0
                                    

TaeHyung era un chico que conoció hace muchos años. Una de las personas que había ayudado.

En ese entonces él tenía 8 años, y Hoseok 10 años.

Ese chico pelinegro que ahora se encontraba curando con suma paciencia, siendo extremadamente cuidadoso sus heridas, era un niño huérfano. Uno a quien conoció cuando Hoseok asistía al templo.

Ese día había un pequeño niño jugando por las calles más humildes del pueblo. Ese pequeño tenía las ropas andrajosas, los cabellos grasos, y el rostro sucio.

- ¡Ladrón! - acuso en voz alta un mercader cuando el chiquito había tomado una manzana y corrió huyendo.

Paso por el lado de Hoseok y choco. El hombre furioso llevaba un palo con el que planeaba golpear al infante.

- ¡Ah! - chilló cubriéndose con sus pequeñas manos - ¡Tenía hambre, lo siento!

Hoseok se levantó del suelo y corrió para sujetar el brazo del adulto, quien lo miro aún más enfurecido.

- ¡Yo le pagaré así que detenganse! - grito angustiado por el niño en el suelo.

El hombre arrebato bruscamente su brazo de su agarre.

- Tu me pagarás ahora pero ¿Quién me garantiza que este mugroso no lo volverá a hacer? ¡¿He?! - inquiría dirigiendo su furia a el.

No, no tenía forma de hacerlo.

- La única manera es corregirlo ahora para que aprenda - grito a punto de volver a impactar al pequeño cuerpo que se había hecho una bolita.

- ¡Yo se lo garantizo! - grito deteniendolo una vez más - ¡El no lo volverá a hacer! - había dicho en un impulso porque se detuviera.

El hombre lo miro, y comenzó a reírse.

- ¿Tú? - carcajeo con fuerza - ¿Y qué pasará si lo hace de nuevo? ¡¿Vendrás a dar la cara de nuevo?! ¡¿Vendrás a pagarme lo que roba?!

Hoseok no sabía que responder a eso, solo sabía que quería dejar de ver cómo golpeaban al niño.

- ¡El no lo volverá a hacer! -- exclamó con firmeza dando por terminada la discusión. Saco unas monedas de su bolso y las tendió al hombre.

Una vez las acepto, levantó cuidadosamente al niño entre sus brazos para caminar entre la gente que se había reunido.

- ¡No lo quiero volver a ver por aquí! - gritó a sus espaldas cuando se marchaba.

Camino hacia el bosque que permanecía un poco alejado del pueblo. El pequeño cuerpo que llevaba se había aferrado a sus ropas. Era muy pequeño.

La cascada comenzaba a resonar desde donde estaba, un indicador de que estaba a punto de llegar. Los árboles se sacudían como si bailarán, soltando hojas verdes en el viento. El sol se habría paso entre los árboles y daba la vista hermosa que siempre apreciaba.

Dejo al niño recargado sobre una gran roca. Y se sacó un objeto que usaría para transportar una poca del agua que corría en la gran cascada.

- G-gracias - susurraron los labios del pequeño.

Hoseok siguió limpiando sus heridas con un trapo que había cortado de su propia ropa.

- No lo vuelvas a hacer -ordeno seriamente a los ojitos verdes que le miraban - No podré salvarte de nuevo - advirtió y el niño callo.

Sus heridas habían sido limpiadas y cubiertas por unas hojas que había molido el mayor.

- ¿Dónde están tus padres? - pregunto sentándose a su lado.

No respondió, y en cambio agachó la mirada.

- No tengo - dijo cabizbajo

- ¿Quién cuida de ti? - pregunto en un intento de saber con quién debería regresarlo.

El niño negó.

- Nadie cuida de mi. Estoy solo - dijo con una melancolía que reflejaban sus ojos.

- ¿Y en donde vives? - dijo confundido.

Este niño no podría vivir solo.

- Allá - apunto con su dedito a un lugar lejano - Ahí hay una cueva, yo vivo ahí.

- ¿Cómo? - exclamó sin entender.

En primera era peligroso para un niño vivir solo, sin contar que era casi imposible. Y en segunda, las cuevas solían ser habitadas por animales. Era aún más peligroso.

- Ahí había un osito muy grande, pero mis tíos lo cazaron y se lo comieron. Ya no hay nadie ahí - comento al ver su confusión.

- ¿Tus tíos? Dijiste que no tenías a nadie.

- Y no lo tengo - aseguro - Hace unos días mis tíos me hecharon a la calle.

- ¿Por qué? - el niño evito su mirada.

- Mis tíos querían hacerme daño. Querian pegarme.

Hoseok apretó la mandíbula. La voz del niño era tierna y dulce, no parecía ser un niño malo ¿Por qué este niño sería objeto de golpes?.

- ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí? - cambio de tema, estaba seguro de no querer saber más.

- Unos 4 días - dijo formando sus dedos de la mano derecha

- ¿Has comido?.

- Si.

- ¿Qué cosa?.

- Cerca de aquí hay un pequeño huerto de verduras. Yo robe algunas - bajo la mirada culpable - pero hace un día apareció un perro y me mordió - dijo levantando su pantalón.

Hoseok miro la herida. Estaba cubierta de sangre seca, y se podía ver la pequeña profundidad de la mordida. Al rededor de ella se había formado un moretón.

¿Estará infectada?

Se pregunto acercándose a él. No lo sabía pero se asusto un poco y lo cargo de nuevo.











::::::::::::::::::::::::!:!:!::::::::::::::::;;::::::

Creo que esto está dejando se ser one shot 😞.

Pero me gusta la historia así que está bien. Gracias por votar.

Mientras sigan votando puedo seguir actualizando rápido, de otro modo tardaré más de lo esperado que pueden ser meses o quizá más (tengo historias de hace años (⁠。⁠ŏ⁠﹏⁠ŏ⁠) que iré sacando después). 🌟

Atte: Jenever

One shots [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora