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Habían pasado casi tres semanas desde el incidente en la oficina de Paredes, y seamos honestos, el mencionado le estaba haciendo la vida imposible a Paulo, si se había propuesto hacer de su vida un calvario lo estaba logrando.

Pareciera que el docente se había quedado con las ganas de desaprobarlo, por lo que lo estaba tapando a trabajos y tareas, las cuales por falta de tiempo gracias a su trabajo casi no entregaba y faltaba bastante a las clases, ganándose que Paredes se lo recriminara en cuanto le veía pasar por la puerta.

"Tres faltas en la última semana, Dybala"
"Cuatro faltas, Dybala"
"Que milagro verlo, Dybala"

Esos y un sin fin de comentarios más, dejándolo expuesto frente a sus otros compañeros de clase, estaba cansado, totalmente agotado, donde Paredes le volviera a hacer algún comentario de aquello lo mataría.

—Cinco minutos para que termine el trabajo, Dybala. Es el único que falta— y aquello mentira no era, solo estaba él "terminando" su trabajo y ¿Por qué "terminando"? Porque apenas había completado 3 actividades de las ocho que eran en total.

Realmente dudaba que esas actividades hayan sido dadas en clase, tenía palabras tan complicadas de entender y números sacados de quién sabe donde. Quería tirarse por la ventana, era imposible que en cinco minutos acabara aquello.

—Pasaron los cinco minutos, Dybala— volvió a avisar.

—¿Podría darme hasta el final de la hora?— preguntó luego de mirar su gastado reloj. —Solo serían quince minutos—

—¿Tengo cara de que le daré quince minutos de mi clase para algo que debía terminar ahora? Todos sus compañeros lo hicieron menos usted— habló serio.

Internamente rodó los ojos, escribió su nombre en la hoja y antes de entregarla le escribió un pequeño mensaje a su profesor en aquel pedazo de papel, se levantó de su lugar y fue en dirección a su escritorio en donde con algo de fuerza dejó el trabajo que minutos antes estaba realizando, logrando que por poco los ojos de Paredes lanzaran llamas.

—Después de clase lo quiero en mi oficina— dijo sin más el profesor, que se levantó de su asiento para dictar su clase como si nada, tragándose las ganas de asesinar a su alumno.

(+)

Al finalizar su jornada Paulo se encaminaba hacia la oficina de Paredes, mientras que internamente maldecía a su profesor en todos los idiomas había dos y por haber. Golpeó la puerta y al igual que la primera vez se escuchó un "pase"

Abrió la puerta e ingresó al lugar, cerró detrás de él y quedó cara a cara con su profesor, quién con una seña le indicó que dejara la puerta bajo llave, y así lo hizo, ahora estaban ambos totalmente encerrados en aquella oficina.

—¿Se cree gracioso dejando esto?— habló mientras le enseñaba su trabajo bien escrito en el medio "Andate a la mierda" —¿Quiere que de aviso a dirección de esto?— el menor negó.

No sabe en qué momento pero se encontraba totalmente acorralado entre la puerta y el cuerpo adverso, Paredes tenía las manos guardadas en sus bolsillos y lo miraba fijamente.

—¿Qué es lo que quiere?— intentó esconder cuan intimidado estaba por tener tan cerca de su cara al adverso.

—¿Le parece poco que lo llame solo por su tan amable mensaje?— con sus dos manos ya fuera de sus bolsillos apresó la cadera ajena, causando un pequeño susto en Paulo.

—No—

—Sus calificaciones siguen siendo bajas— las manos de Paredes acariciaban con fuerza la cadera de Paulo, logrando que el mismo se estremeciera bajo su tacto.
—Sigue sin venir a mis clases, y nunca termina ni uno de los trabajos que dejo— su tono de voz cada vez era más ronco. —De dirección ya me llamaron para avisarme que como no suba sus notas la beca le va a ser retirada—

Qualifications And Sex | Paulo Dybala x Leandro ParedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora