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Yuri Plisetsky sería el tipo de novio que:

Respetaría tu decisión de tener una relación privada para que él no perdiera fanáticas, aunque claramente no le importe demasiado.

-_-_-_-_-

La entrada en la pista de hielo estaba abarrotada de fanáticas del tigre de hielo, todas ellas esperando atentas a que éste llegará al lugar a practicar su programa.

El silencio se hizo presente al ver al hada rusa hacer acto de presencia cerca del lugar, solo para luego estallar en gritos de todas su fans.

Dentro del edificio se podía apreciar una figura femenina que miraba con cierta emoción a su pareja recién llegada, quién caminaba con total tranquilidad entre sus fanáticas.

Suspiró, en este momento ella podría estar entrando con él al lugar, pero no, ella misma decidió que lo mejor era mantener su relación en secreto para no "poner en peligro su reputación". Aunque claramente se le hacía cada vez más difícil ver como todas esas chicas se le insinuaban a su novio de manera tan obscena, por supuesto que él las ignoraba y nunca les prestaba atención, eso no impedía que la jóven sintiera esa opresión en su pecho cuando veía a una chica muy cerca de SU novio.

Claro el chico le dijo que no le importaba en lo absoluto perder unas cuantas fans si eso significa tener una relación pública con su pareja. Pero ésta, terca como siempre, se negó diciéndole que no tenía problema con eso.

Los comentarios de siempre no tardaron en llegar mientras el oji-verde caminaba hasta la entrada.

—Oh por Kami-Sama ¡Es tan guapo!

—¡Yuri, cásate conmigo!

—¡Házme un hijo, mi amor!

Esos solo eran algunos de las cosas que se escuchaban y el rubio ni siquiera iba a mitad de camino.

La chica suspiró, apunto de tener un infarto. Diciéndose mentalmente que su pareja nunca la dejaría por ninguna de esas pubertas locas.

Pero la gota que rebosó el vaso fue cuando una de las fanáticas de escabulló entre las cintas que separaban al público de los patinadores y tomó al tigre de hielo por el rostro plantando un sonoro beso en sus labios, dejando al chico totalmente confundido, ni siquiera la había visto acercarse.

Esa chica acababa de firmar su sentencia de muerte.

La fanática no tuvo tiempo de reaccionar cuando la patearon fuertemente en la cara, rompiéndole la boca en el proceso, y no, no fue Plisetsky el causante de eso, si no su novia colérica había sido quien le desfiguró la cara a aquella chica.

La fémina tomó de la camisa a la dichosa fanática y con una mirada furibunda a la par de una sonrisa que le hacía competencia a la del Joker le dejó una clara advertencia:

—Escuchame bien, zorrita, como te vuelva a ver cerca de MÍ novio esto no quedará solo en un advertencia, ¡Bakayaro!

La niña, que seguramente no pasaba de los 14 años, miraba con temor a la mayor que permanecía con una sonrisa torcida dibujada en su rostro.

Por su lado el tigre de hielo se encontraba estático en su lugar, nunca había visto esa faceta de su novia, y la verdad es que le encantaba.

—¿Entendiste? —Le interrogó con los ojos entrecerrados a la más pequeña.

La menor asintió frenéticamente y con terror se alejó de allí.

Luego de eso volteó hacia su novio y lo besó, allí, en frente de todas las demás personas, dejando en claro que era únicamente suyo.

—¿Sigue en pie la oferta de una relación pública? —Cuestionó ella en un susurro al separarse del beso.

Plisetsky rió y tomó su cintura, acercándola más a él.

—Por supuesto —Le dedicó media sonrisa y volvió a besarla.

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Aunque al final serías tú quién se retractara...

Yuri Plisetsky es el tipo de novio que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora