*:･ﾟ the great war !
( fate the winx saga 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜)
❝ tal vez nuestros errores
son los que hacen nuestro destino ❞
𝐨𝐨. Donde Fae descubre que tiene
sentimientos por el chico de oj...
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❝ honor and truth ❞ con un hada de la mano; pt2
No tenía ni la menor idea de qué esperar de su nueva compañera de habitación. Solo contaba con una hoja que indicaba el número de la puerta, una llave y un nombre: Gaia Harrison.
¿Qué debía pensar al respecto?
No tenía ninguna imagen en mente que acompañara ese nombre, y la confianza que había sentido hasta ese momento parecía evaporarse con cada paso que daba por el estrecho pasillo.
Sabía que las habitaciones de los especialistas eran pequeñas; había estado en la de Sky antes. También sabía que no había paredes internas que garantizaran algo de privacidad con la compañera, así que esperaba llevarse muy bien. No soportaría pasar tres años con alguien que no le agradara.
Además, no era precisamente conocida por ser social, algo de lo que Riven solía burlarse. La mayoría de sus amigos también eran amigos de Sky, ya que pocas veces había hecho el esfuerzo de formar amistades propias.
Tal vez ya era hora de cambiar eso. Necesitaba aliados dentro de esos muros.
Contuvo el aliento cuando encontró el número de la puerta asignada. Se acercó con desconfianza, llevando su maleta con cuidado y una mochila colgando de su espalda. No tuvo problemas para abrir la puerta y entrar.
Aliviada, encontró la habitación vacía. Aún tenía tiempo para prepararse mentalmente. Caminó despacio hasta el otro lado del cuarto, donde una cama vacía esperaba junto a la pared. Colocó sus pertenencias sobre ella, lista para desempacar.
Pasaron unos minutos en silencio cuando la puerta se abrió, llamando su atención. Una chica de baja estatura, castaña y con mejillas regordetas entró en la habitación, cargando macetas con diversas plantas. La chica la miró unos segundos, analizándola, mientras ella sonreía nerviosa.
Gaia se acercó rápidamente, sin darle tiempo de reaccionar. En lugar de estrecharle la mano, la envolvió en un abrazo inmediato.
—¡Hola! Soy Gaia, especialista de primer año. Supongo que tú también lo eres, por eso somos compañeras. Espero que no te molesten las plantas, me hacen sentir como en casa —dijo Gaia apresuradamente que apenas le dio tiempo a Fae de procesar sus palabras, la chica se sonrojó—. ¡Lo siento, es la emoción!
—No hay problema —respondió ella con una sonrisa, y ambas quedaron en un cómodo silencio, observando la habitación.
Los especialistas compartían espacio, con dos camas y un baño adjunto, lo que facilitaba las misiones inesperadas. Mientras tanto, las hadas, que vivían en habitaciones para seis, gozaban de suites. Algo que siempre había considerado injusto.
Gaia comenzó a acomodar sus plantas en los espacios vacíos, sin invadir su lado del cuarto.
—¿Te gustan mucho las plantas? —preguntó Fae, tratando de romper el hielo.
