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Cuando los alfas comenzaron a despertar

Sin alfas estúpidos a la vista y con Louis siendo el mismo de siempre, todo parece perfecto.

La vida les sonríe a los cuatro pequeños alfas que no necesitan nada más que a su bonito omega con ellos para sentirse los dueños del mundo, ah pero la vida no es de las que te dejan vivir feliz por siempre, no señor, esa señora ingrata tiene unas formas muy divertidas de ayudarte, así que cuando ellos creen que nada puede ir mejor, el tiempo se alía a la vida y de repente los cuatro están en los catorce años y se respira pubertad por todos lados, y vaya que eso puede traer problemas.

Serios problemas.

Como celos, por ejemplo. Toneladas y toneladas de intensos y viscerales celos. De esos que te surgen en el vientre y se expanden por cada célula de tu cuerpo. Que se te escapan por los poros cada vez que ves a alguien acercarte al objeto de tus deseos. Los celos no respetan nada, ni amistades, ni lazos familiares ni nada. Los celos son salvajes, primitivos y dañan todo a su paso.

Y estos cuatro vivarachos alfas están llenos de celos.

Al principio los celos estaban presentes cuando alguien ajeno a ellos se acercaba a Louis, ahora los celos incluso surgen cuando uno de ellos se acerca de más al omega, se gruñen y dan miradas asesinas que preocupan al castaño por lo extraño que los niños están actuando.

Pero de seguro no hay nadie que se preocupe más que el nuevo pretendiente de Louis, porque sí, después de dos años de lo ocurrido con Matthew, el omega por fin está listo para intentar algo con un nuevo alfa, y este es Alex, un chico del grado de Louis, un tipo detestable en palabras de Harry. Un tonto presumido que cree que por ser rubio, tener los ojos claros y una sonrisa de comercial, es el mejor de todo. Ese tipo no sabe nada y Styles quiere golpearlo, al igual que Niall, Zayn y Liam.

—Todo era mejor cuando Louis se mantenía alejado de los alfas —protesta Harry mientras espían a Louis desde la ventana del segundo piso, porque sí, ya tienen 14 y Louis 16, pero han vuelto a lo mismo de antes.

—Este es peor que el otro, es un tonto presumido —comenta Zayn con desaprobación.

—Ni siquiera sabe hablarle a Louis, se vuelve un idiota cuando lo ve —señala Liam.

—A mis padres les agrada —murmura Niall con pesar.

Porque sí, Louis decidió tomar lo ocurrido como una lección de vida, no va a volver a salir con chicos sin que sus padres lo sepan.

—¿Cómo puede gustarles ese estúpido? —Harry pregunta molesto, sus futuros suegros tienen muy mal gusto.

—No lo sé, sólo les gusta —bufa Niall apartándose de la ventana.

—¿Y a ti te gusta? —Liam quiere saber y se sienta junto a Niall quien ha tomado asiento en el suelo.

—No, él quiere a Louis, yo no quiero dárselo —responde Niall, ningún alfa que él no haya aprobado puede tener a su hermano.

—Pues díselo —dice Zayn aun pegado a la ventana.

—Louis odia que salgamos a molestar cuando está con alguien, ya lo saben —responde Niall y vaya alfas que son, le temen a un omega.

—De seguro se aburre de este también —dice Harry, esperanzado que así sea.

—Tal vez —suspira Niall.

Y si los celos son una cosa mala, las hormonas parecen ser algo peor.

Porque sí, las hormonas acompañan a la pubertad y vuelven todo un lio, te cambian por completo, física y emocionalmente, de repente estás bien luego estás molesto, luego no tienes idea de que te pasa y parece que dejas de entender la vida, todo se vuelve un lío y nunca más das con la clave de la felicidad que parecías tener de niño.

No, no, la adolescencia le hace honor a su nombre, porque tanto cambio duele, duele y confunde, y ahora mismo, esos cuatro chicos ni se entienden entre ellos ni a ellos mismos y las charlas secretas con sus padres comienzan y ya nada parece ser igual, y puaj, tener cachorros puede ser algo asqueroso y vaya que no quieren ponerse agresivos y posesivos pero está en su naturaleza y el tiempo se acerca y pobre de ellos que no pueden escapar.

Porque no, nadie se escapa de la adolescencia y nadie se escapa de la vida, tienes que crecer y punto aprender lo que te quiera enseñar, aunque tenga graciosas formas de hacerlo, y aunque sea un tanto irónica.

—¿Estás más alto? —Louis pregunta a Niall cuando ambos chocan en la escalera.

—No —dice Niall porque él no se siente más alto, pero entonces, el está viendo a Louis directo a los ojos.

—Sí lo estás —dice Louis luciendo preocupado.

—¿Es malo? —Niall nota la preocupación del castaño al instante.

—Tú creces, yo no, no pareceré el hermano mayor si creces más que yo —dice Louis, quien últimamente no ha ganado muchos nuevos centímetros, al menos no de altura, porque sus caderas se han provisto de unos buenos centímetros, igual que sus muslos, no sabe qué le pasa a su cuerpo, pero el ejercicio no se lleva las curvas y eso lo estresa un poco, sólo un poco.

—Tengo que ser más alto y fuerte que tú, para protegerte —declara Niall, comienza a sentirse feliz porque si crece le hará frente a todos los alfas que quieran dañar a Louis.

—No necesito tú protección. —Louis frunce el ceño y se aleja a paso raudo.

Niall lo queda mirando desde el primer escalón, Louis es pequeño, menudo y con curvas, como todo un bonito omega, y él está creciendo, su espalda se está ensanchando y sus cuerpo en general debería comenzar a engruesarse. Él va a ser como todo un alfa y a ver si los tipos tontos se acercaran a su hermano.

Y el cambio de Niall no es algo aislado, de repente todos están del porte de Louis y el castaño teme, porque los pequeños alfas de seguro crecerán aún más, y si bien a él aún le quedan unos años para crecer un poco más, está seguro que no volverá a ganarles en altura a ninguno de esos chicos y eso es malo, muy malo, no quiere ser el más bajo de todos, o lo trataran como el menor y por nada del mundo quiere eso, no quiere que esos cuatro niños olviden quién manda, porque obvio es él, al diablo las castas.

Pero lo que no sabe Louis, es que el que se vea más pequeño a ojos de sus cuatro guardianes es lo que hace se derritan aún más frente a él y quieran besar el piso por el que camina. Esos niños lo adoran y ahora que la pubertad está ahí, algunos comienzan a darse cuenta porque es que lo adoran tanto.

Además, el celo está a la vuelta de la esquina y eso si que descontrolará todo, ojalá alguien pudiese advertirles, y sobre todo, ojalá alguien pudiese decirle a Louis que mantenga la puerta de su habitación y del baño con seguro de ahora en adelante.

Pero, ¿quién podría hacerlo?

Voyeur (Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora