Caluroso

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Esta historia ocurre en un universo alterno. 


Yor Briar caminaba lentamente a causa de su nerviosismo mientras salía del cambiador de ropa, con cierta discreción cubría parte de su cuerpo por vergüenza pues hasta ese momento no había usado traje de baño en toda su vida. Llevaba un bikini rojo vino, discreto aunque con su figura era difícil que no luciera atractiva.

Camila y Millie la habían invitado a pasar el día allí, junto con un par de chicos. Cuando la encontraron, la primera no supo disimular cierta mirada de envidia cuando su novio Dominic se le quedó viendo, Millie se aproximó a ella y la tomó de la mano para guiarla.

— Podemos ir al mar sí gustas, así nos afectará menos el calor— indicó su amiga de pelo corto.

— Lo siento, pero yo...— susurró Yor aún algo enrojecida.

— No te preocupes, yo tampoco sé nadar, nos quedaremos cerca de la orilla tú y yo— le explicó Millie adivinando lo que pensaba decirle.

Yor le sonrió agradecida y afirmó con la cabeza.

Le llevó algunos minutos alcanzar el punto dentro del mar para que este le quedara por encima de la cintura, siendo un par de chicas de preparatoria se divertían arrojándose agua a la otra. Camila se acercó a Dominic con una pelota y propuso que jugaran con ella.

Yor rápidamente con su capacidad atlética y su fuerza peculiar, rápidamente pudo destacar en el juego, interceptaba pases, se lanzaba para golpearla y bloquear todos su intentos.

Fuera de las ocasiones donde Yor terminó golpeándolos fuertemente en el rostro, todos lo estaban pasando muy bien. Conforme el tiempo pasó la energía de los otros comenzó a decrecer, al final hacía falta que los dos chicos, Camila y Millie hicieran equipo solo para hacerle frente a Briar.

Fue precisamente cuando se encontraba más intenso el calor del juego, que ocurrió. Un adolecente de unos quince años, tripulaba una moto acuática sin tener mucho control en ella, zigzagueaba de manera peligrosa entre las personas que se encontraban en la orilla haciendo que muchos tuvieran que saltar para evitar el impacto y sumergirse para no ser alcanzados. Yor en ese momento se disponía lanzar un pase con la pelota cuando el muchacho fuera de control se fue aproximando a donde estaban.

— ¡Yor cuidado! — buscó advertirle Camila.

Yor no hizo caso, parecía distraída en ese momento, al menos un instante,Richard el chico que acompañaba a Millie intentó alcanzar a Yor a tiempo pero el oleaje producido por el vehículo de motor lo impidió. El grupo de amigos solo pudo ver como Briar parecía ser alcanzada por este cuando ella intentaba retroceder dándose cuenta ya muy tarde del peligro.

Momentos después el combustible de la moto acuática se terminó deteniendo el vehículo por completo.

— Ella no sabe nadar— recordó a todos Millie mientras se cubría la boca por la preocupación.

Millie y Dominic se pusieron a buscarla, por angustiosos momentos se sumergían para ver si estaba aún sumergida, mientras Richard la buscaba adentrándose más al mar. Millie por su parte, impotente observaba hacia todos lados intentando buscar hacer ella también algo al respecto.

A lo lejos un hombre alto y rubio corría ya hacia donde estaban con una boya torpedo en el brazo, Millie se dio cuenta de que era el salvavidas que resguardaba la seguridad en la playa y le hizo señales para que pudiera identificarlos y llegar más pronto hacia ellos.

— ¡La encontré!— anunció Camilla sosteniendo el cuerpo inconciente de Yor entre sus brazos.

El salvavidas llegó a ellos en ese momento, tomó a Yor Briar entre sus manos y apresuradamente corrió con ella hacia la orilla de la playa para poder auxiliarla.

— Todos por favor, denle espacio— ordenó con firme el salvador mientras la recostaba en la arena.

Rápidamente y como era de esperarse un grupo de curiosos se había reunido a su alrededor, varias personas sacaban sus propias conclusiones y otros les preguntaban a sus amigos sobre lo ocurrido.

El salvavidas la miró un instante, se aproximó a su pecho para poder escuchar la respiración Millie pudo ver como el rostro del hombre se sonrojaba de manera tan visible que aún era notorio a pesar de su bronceado, revisó su pulso en el cuello y respirando profundo concluyó que debía aplicarle respiración para ayudarle a respirar, pues su pulso era bastante errático en ese momento.

Se acercó a ella sosteniendo con delicadeza su nariz, le abrió la boca y se aproximó. El grupo de amigos de Yor pudo percatarse en ese instante cómo Yor adquiría en todo el rostro la misma tonalidad de un tomate, presionaba los ojos y también los puños, cuando el salvavidas pegaba sus labios a los de ella, la chica abría sus ojos como platos y gritaba a todo pulmón.

Unos minutos atrás Yor había recuperado la conciencia. La realidad es que el bote no la había ni rosado, giró bajo el agua revolcada por las olas. Realmente fue más por la impresión de lo ocurrido que en sí hubiera pasado algo.

Cuando Yor Briar vió con quien estaba permaneció inmovil, se paralizó sin poder hacer nada mientras la llevaba en brazos. En ese momento la chica guardaba un secreto, la razón real por la cual no se había movido a tiempo a pesar de sus advertencias de sus amigas, mientras se encontraba jugando en ese momento, se giró hacia la playa, miró a un muchacho rubio, de cuerpo atletico, alto y muy bien parecido, Yor nunca había visto a alguien así, nadie que la deslumbrara al igual que el propio sol. Ahora la cargaba entre sus brazos, estaba tan cercano a ella y era difícil por esto no volver a caer inconsciente.

Sintió cómo se acercó a su pecho para escucharla, sintió como la tomaba por el cuello para revisar su pulso, no entendía como si cuerpo ya estaba cálido por el sol de la playa, su contacto se pudiera sentir aún más caliente. Percibió su aliento cerca de su rostro, era fresco y refrescante con un olor a menta, ella no pudo más cuando percibió sus labios alcanzando los suyos, esos labios delgados, tersos, rosados, era más de lo que podía aguantar.

Unos segundos antes Loid Forger miró aquellos intensos y hermosos ojos escarlata, observó su rostro enrojecido y sintió mientras que la besaba como le correspondía por un breve instante mientras lo sujetaba de los brazos. Yor la chica que había rescatado era una chica bellisima más que lo que ninguna otra en esa playa, le hubiera gustado poder hablar con ella, invitarla a salir, tener una cita, al menos saber su nombre, antes de que ella gritara y lo lanzara por los cielos hacia el mar.    

Sweet SurrenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora