Podía notar el apestoso aliento emanando de mi boca. Nunca sueles percatarte de tu propio olor salvo que sea tan desagradable que tu propia nariz se comprima en sí misma y se niegue a seguir respirando. Es entonces cuando sabes que la has vuelto a cagar mezclando cualquier cosa bebible, comestible y follable.
Normalmente su nariz se le taponaba al alba, antes de salir el sol por lo que abría la boca para seguir respirando. entonces si no se había despertado ya, empezaba a roncar. Y era espantoso y terriblemente molesto si yo tenia que empezar a dormir. A veces giraba la cabeza y lanzaba su cálido y vaporoso aliento hacia mi cara. Era un escape de gas mortal, y si la noche anterior cenábamos, ya me podía dar por asfixiado. Por eso intentaba cada día que no cenáramos, sin saber, ella, la verdadera razón.
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Relatos cortos y otras paridas salidas de una botella de Jameson®
ContoPues eso. Son relatos, algunos muy cortos, pero aún así por lo visto están clasificados como relato corto. Reconozco que son algo oscuros pero otros son más graciosos o al menos no te dejan indiferente.