'Tú eres mi problema'

Capítulo 1

Bip, bip, bip, bip...

- ¿Quiere alguien apagar eso? -dije con la voz amortiguada por la almohada.

Bip, bip, bip, bip...

- Joder...

Saqué la mano de entre las calentitas sábanas y tanteé en busca del despertador.

- ¿Uhm? -preguntó Jane desde su cama, mientras se revolvía entre las sábanas.

- Despierta -dije de mala gana.

Odiaba los lunes y odiaba despertarme pronto, así que estaba destinada a levantarme de mal humor todos los días hasta que terminara mi carrera y probablemente Jane tuviera que sufrirlo en sus despertares mañaneros.

- Despierta -repetí, saliendo de la cama-. No querrás llegar tarde el primer día, siempre haces lo mismo.

- Cinco minutos más... o diez... -musitó Jane.

- No -tiré de sus sábanas, destapándola por completo.

Abrió los ojos de repente y me fulminó con ellos.

- ¿Estás loca? ¡Hace frío! -gritó, tratando de quitarme las sábanas.

- Jane -suspiré, agotada desde primera hora de la mañana-, me voy a la ducha, para cuando salga te quiero vestida.

- Sí, señora -se burló.

- ¿Qué? -pregunté.

- Nada -musitó mientras se ponía la bata rosa de franela que siempre llevaba cuando hacía frío.

Después de la ducha, me vestí con mi sudadera favorita y unos leggings. Por último, me puse mis viejas Vans y cogí mi bandolera.

Salí de nuestro edificio al jardín que rodeaba el resto de edificios de la universidad, con Jane a mi lado. Lamenté no haber cogido una bufanda, ya que hacía un frío terrible.

Fuimos hasta el edificio donde se celebraría la charla que daban todos los años al empezar el curso mientras me frotaba las manos para intentar calentarlas. La charla es un aburrimiento y casi nunca dicen nada nuevo, pero por lo menos allí hace calor, pensé.

Nada más entrar, Dan nos hizo una seña para sentarnos con él. Dan era nuestro mejor amigo y no, no era gay. Si teníamos una amigo gay, Michael, pero no solía estar con nosotros, prefería la compañía de sus 'amigos', los populares. Y por si eso no sonara demasiado a patio de colegio, todavía había algunos que hacían auténticas locuras por entrar en ese selecto grupo. Supongo que si no fuiste alguien en el instituto, tu última oportunidad es la universidad.