Capitulo 8

120 37 4
                                    

Después de esa pelea todo resultó mejor, había conseguido un grupo de amigas que se convirtieron en mi familia.

Les había empezado a dar clases de baile y de idiomas, mientras que ellas me enseñaron defensa personal. Escuche sus historias de vida, sus anhelos y sueños. Había llorado demasiado escuchando sus relatos y me daba cuenta de que lo que me sucedió es insignificante por lo que pasa a otras personas.

Me había vuelto su amiga, confidente y hasta psicóloga. Los días pasaron junto con los meses y llegamos al año. Las chicas estuvieron para mí cuando el juez negó mi liberación y debía volver a esperar un año para apelar de nuevo. Sostuvieron mi mano, limpiaron mis lágrimas y empezaron a bromear entre ellas haciendo olvidar mi tristeza.

Lloré el primer año, cuando el juez me negó la libertad, el segundo ya no importaba y así sucedió por 3 años. Ya habían pasado 4 años de estar en prisión, ni siquiera pensaba en ello, ya me había acostumbrado a mi rutina y tenía grandes amigas a quienes me dolía abandonar.

―Te deseo mucha suerte, algo me dice que esta vez si es la vencida―Yamila me abraza con fuerza.

―Volveré con una pizza, ¿De qué la desean? ― Digo en tono de broma.

―A mí tráeme con triple queso y mucho pepperoni.

―Yo quiero una lasaña.

―A mí tráeme uno de 2 metros con una de 30 centímetros que pueda con este cuerpo― Fabiola mueve sus caderas haciéndome reír.

―No demoré, ni siquiera sé para qué voy― Digo después de abrazar a cada una.

―Nunca te rindas y sigue intentando hasta el final. Tú vas a salir de acá en cualquier momento.

― ¿Acaso ya te quieres deshacer de mí? ―Finjo un puchero.

―Eres una de nosotros, siempre lo serás. Pero hay un mundo que te espera afuera y debes volverlo a conquistar.

―Tú y tu sabiduría―Abrazo fuerte a Sabrina, una mujer que se ha convertido en una madre para mí.

―Ve, cariño. Sigue luchando por tu inocencia.

―No le vayas a ofrecer una mamada, lo intenté la última vez y me dieron 5 años más―Sonrió limpiando mis lágrimas, ni sé por qué estoy llorando si volveré a ellas.

―Basta Yoli, no le des esos consejos a Blanquita.

―Es hora―Uno de los guardas me hace señas.

―Nos vemos en unas horas.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar junto a la guarda quien me acompaña hasta una puerta.

―Buena suerte―Dice y sonrió.

También aprendí a hacer amistad con algunos guardias.

―Gracias.

―Tráeme chocolates― Guiña su ojo y pasó por su lado sonriendo.

―Lo haré.

Soy esposada y subida a un camión de seguridad.

Apoyo mi cabeza en la ventana cerrada sintiendo el calor del sol cuando ilumina mi rostro y por alguna razón siento mucha paz.

Llegamos al juzgado y por más que esté acostumbrada a esto no deja de sentirte nerviosa. Los señores Muñoz son mi única compañía en la sala, lo bueno que ya después del segundo año de intento de obtener mi libertad ya los medios de comunicación dejaron de perseguirme, ahora era mi abogado, el fiscal, el juez y pocas personas que están en la sala.

―Han cambiado de Juez, la jueza Davis no estará llevando el caso, hoy estará el juez Brown y él es más condescendiente que la otra―Susurra mi abogada.

― ¿Va a ser otro juez el que llevará mi caso? ― Asiente y todos nos ponemos de pie cuando el juez entra en la sala.

Respiro hondo y no dejo de mirar a los ojos al juez, todos estos años ha sido una misma juez que ha llevado y negado mis peticiones. Vamos a ver que sucede con este.

―Señorita Realy, ¿Puede acercarse por favor? ―Asiento nerviosa y doy unos pasos seguidos de mi abogada.

―Dígame, señorita, ¿Cómo se declara?

―Soy inocente su señoría, yo no robe ese dinero―No dejo de mirar sus ojos, Sabrina dice que los ojos son la ventana del alma y que nunca debo desviar la mirada.

― ¿Y saben quién lo hizo?

―Sé quien lo hizo, pero no tengo pruebas, señor.

― ¿Sabes donde o quien tiene el dinero? ―Niego con la cabeza porque no creo que ese dinero exista, más cuando Julia aparento recaudar los fondos para el hospital.

Se relaja en su asiento y me observa antes de acercarse como si fuese a revelarme un secreto.

―Sabes, mi hija siempre ha creído en ti―Abro los ojos sintiendo la vista nublarse ―Y yo también creo que tú no tuviste nada que ver con ese robo, pero lamentablemente las circunstancias te hicieron ver culpable. ―Se aleja y señala que vuelva a mi asiento.

Camino sintiendo mis piernas temblar.

―Si te concediera la libertad, ¿Qué harías?

―Quisiera volver a empezar y demostrar mi inocencia―Hago una pausa respirando hondo ―También quisiera recaudar el dinero robado.

― ¿Crees que las personas seguirán apoyándote?

―No pierdo nada con intentarlo. Además, hay personas que creen en mi inocencia.

―Sería un gran reto que llegaras a recaudar ese dinero.

―Lo sé, nada es fácil en la vida. Empecé desde cero y no me importa intentarlo de nuevo.

―No pondré una fianza en tu cabeza, pero tampoco puedo dejarte ir fácilmente. Te concederé la libertad condicional, pero con el compromiso de recaudar el dinero. Si en― Se queda pensando― En 5 años no has recuperado el dinero, vuelves a prisión―Dice severo.

―Señor juez, está siendo muy condescendiente con la prisionera. No debería ser así―Dice el señor fiscal.

― ¿Entonces le parece que es mejor que pague una multa alta para que pueda salir en libertad y después tenga que volver a presentarse para que ustedes vuelvan a culparla y vuelva a prisión? ―Le dice el juez al fiscal.

―No debería tener consideración. Ella es culpable de los cargos.

― ¿Tiene pruebas, señor fiscal? ―Le pregunta el señor juez ―Porque lo que veo es que a esta jovencita la culparon sin tener pruebas de que ella fue la que se robó el dinero.

―La cuenta...

―La cuenta donde aparece y desaparece el dinero no es una prueba real―Dice el juez ― ¿Crees que en 3 años puedas recuperar ese dinero? ― Pregunta mirándome.

―Lo intentaré, señor juez.

―Confió que lo lograras―Sonríe ―Te concedo la libertad condicional y si en 3 años no has recuperado el dinero tendrás que volver a prisión―Me sobresalto cuando el martillo golpea.

Me quedo en shock, asimilando todo lo que acaba de pasar.

Soy libre.


Love InfluencerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora