Confesiones

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Julián sintió que su día mejoró en un cien por ciento cuando supo que Ángel Di María compartiría su sesión de fisioterapia. De por sí detestaba tener que estar echado en una camilla con electrodos enchufados a las piernas mientras el resto del equipo estaba en el gimnasio o la cancha, pero lo peor que le podía pasar era tener que estar todo ese tiempo solo. Se pegaba los emboles de su vida y no había red social ni serie que ayudara. Con compañía era otra cosa, podía charlar y el tiempo se le pasaba volando.

El profe Luis Martín los había dejado a cada uno enchufado a un aparato distinto antes de irse. Ninguno de los dos jugadores entendió muy bien a hacer qué. Estaban charlando sobre el partido contra Países Bajos y las chances que tenía Ángel de poder jugar. Por el momento no estaba descartado y esa ya era suficiente motivación para que el rosarino le pusiera todo a su recuperación.

–Vos claramente la vas a romper otra vez –soltó Ángel con una sonrisa que creció ante las mejillas rojas del menor.

–Ojalá. Todavía me parece muy loco estar jugando de titular en el Mundial.

–Te lo merecés, no tiene nada de loco –le explicó encogiéndose de hombros–. Aparte hay que aprovechar los buenos momentos. Es un bajón que al Toro no le estén saliendo los goles, pero por suerte te tenemos a vos. Y eso está bueno, habla bien del equipo.

Julián le agradeció las palabras con una sonrisa sincera. Si bien sabía que Lautaro no tenía ningún problema con él, había una parte de Julián que temía que el otro jugador lo detestara por esencialmente haberle robado el lugar. Las palabras de Ángel le daban un poco de calma. Aunque si Enzo lo estuviera escuchando, seguro le reclamaría que él le había dicho lo mismo un millón de veces antes. Pero Enzo era su novio y esencialmente tenía la obligación de decirle esas cosas. Que Di María se lo diga tenía otro peso.

Como si se tratara de una invocación, unos segundos después Enzo Fernández entró a la habitación cargando dos botellas de agua en una mano y un cargador en la otra. Ángel notó al instante que no se esperaba encontrarlo ahí, sus ojos delataron la sorpresa aunque hizo un buen esfuerzo por ocultarlo. Interesante.

–Ey, hola –saludó en general, mostrando su típica sonrisa compradora. Estrechó el hombro de Ángel y después se sentó en la camilla de Julián a la altura de sus rodillas, esquivando con cuidado el equipo de kinesiología–. Eeeh, te traje el agua, Ju.

Julián pareció casi asustarse al escuchar su nombre, pero después la expresión de su rostro se relajó con una media sonrisa. Murmuró un pequeño 'gracias', tomó la botella y la dejó en la mesita junto a la camilla. Sus ojos se movían sin parar de Enzo a Ángel, y el mayor de los tres tuvo que hacer un gran esfuerzo por no empezar a reír.

–¿No tendrías que estar en el gimnasio vos? –Juli se animó a preguntar, abriendo los ojos aún más en una de las expresiones más chistosas que Ángel le había visto.

–Ah sí, venía a traerte el agua de pasada –se explicó Enzo al tiempo que se rascaba la nuca. Entonces pareció darse cuenta de que todavía tenía un cargador de celular en su mano. El rubor que apareció en sus mejillas fue muy sutil, pero Di María estaba observando la escena con la mayor atención y no se le pasó por alto–. Ah qué boludo, me estaba olvidando de darte esto.

Julián puso los ojos en blanco y Enzo le dedicó a Ángel una rápida mirada como si le estuviera pidiendo ayuda. Ángel se encogió de hombros, ya sin poder contener una sonrisa. El delantero del City finalmente extendió su mano con un suspiro y Enzo le dio el cargador. Antes de que el menor pudiera alejarse, Juli le dio un empujoncito en la espalda.

–Dale, andá al gimnasio que te van a cagar a pedos y encima va a ser mi culpa.

Enzo tuvo la intención de decir algo más, pero cerró la boca y en su lugar le dedicó un guiño a Julián que volvió a pintarle la cara de rojo. Ángel ya no contenía las risitas, y lo saludó a Enzo con unas palmadas en la espalda cuando este pasó por su lado antes de irse al trote.

Confesiones || julián x enzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora