CAPITULO 7

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Al llegar a casa, oí a mi madre reírse y hablar con alguien. Cuando entré, me quedé sorprendido al ver con quién hablaba. Era mi padre.

- ¡Sorpresa! - gritó mi padre.

Fui corriendo hacia el y lo abracé. Hacia dos meses o tres que no lo veía porque había estado en un viaje de negocios en Suecia.

- Te he echado de menos - le dije.

- Y yo a vosotros - respondió el hombre.

Yo tenía una buena relación con mis padres. Los quiero mucho. Somos un familia "peculiar" como dicen los vecinos. Nunca en mi vida, había visto a mis padres pelear o gritar se. Nunca.

Estuvimos toda la tarde hablando y poniéndonos al día. Todo iba bien, hasta que sacaron el tema del amor.

- Bueno, hijo, ¿Te gusta alguien? - preguntó mi padre.

- No, no me gusta nadie - respondí.

- Ya, seguro - atacó mi madre.

- ¡Es verdad! - dije.

- David, sospecho que le gusta Lia - le comento mi madre a mi padre.

- ¿Lia? ¿Tu compañera de clase? - volvió a preguntar.

- Sí, a esa se refiere mamá - dije.

- Pues harías bonita pareja - admitió el hombre.

- ¡¿Tu también?! - exclamé.

Mis padres se empezaron a reír. Después, cenamos y nos fuimos a dormir.

Al día siguiente, fui al instituto. Estábamos en tecnología, cuando apareció la madre de Charlie y nos interrumpió. Preguntó si podían salir Leo y Jacob. Eso me extrañó mucho, la verdad.

Al acabar la clase, nos reunimos todos en la cafetería.

- ¿ Porque os han sacado? - preguntó Nía.

- La madre de Charlie nos ha dicho que si podríamos organizar el funeral nosotros - respondió Leo.

- Que fuerte - dijo Lia.

- Le hemos dicho que si - dijo Jacob.

- Bueno, pues yo le he dicho a mi madre que soy lesbiana - comentó Hiro.

¡¿Que?! - dijimos todos a la vez.

Hubo un silencio largo hasta que la mirada de Hiro nos hizo volver a la realidad.

- ¿Eres lesbiana? - preguntó Lia.

- Sí, ¿No se nota? - respondió mi amiga.

- A ver notaba cosas, pero no sabía que lo eras. - dijo Jacob.

- Muy bien, Hiro - le dije sonriendo - Pues mi padre ha vuelto del viaje de negocios.

- ¡Que bien! - dijo Leo levantándose.

Todos seguimos hablando hasta que sonó el timbre y nos fuimos a clase y después a casa. Bueno, todo fue bien. Pero yo ahora no soy el importante, lo es Suni.

Suni al llegar a casa, comió con sus padres y con su hermana pequeña, Hyerin. Después, se fue a su habitación y se miró en el espejo. Últimamente estaba distraída y la razón era porque sentía un nudo con mariposas en su estómago. Uno tan fuerte que no la dejaba respirar. Sentía amor por una persona. Por su compañera Hiro Bishop.

Estuvo un rato tumbada en la cama mirando al techo preguntándose si le gustaban los chicos o las chicas. Hasta que llegó a la conclusión de que Hiro había hecho que su heterosexualidad desapareciera y que ahora fuese lesbiana.

No Puedes Confiar En Nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora