El pecado de un amor prohibido

Capítulo 1: Mi vida

"La vida ha cambiado desde que mi papá consiguió trabajo en otro pueblo, hace un año. Tengo 17 años y sólo quisiera salir corriendo de ésta casa, que cada día se vuelve un infierno. Mi madre está cada vez más gruñona y en las noches llora hasta quedarse dormida, lo sé porque la he visto, mi papá casi nunca está en la casa, está todo el día "trabajando" y llega tarde en la noche. Estoy en escuela superior, a unos meses de graduarme de cuarto año, estudio a unos 35 minutos de mi casa y bueno hoy es de esos días que me levanto y odio todo de mi..." *unos gritos me sacaron del pensamiento*
...-¡Sofía, necesito que bajes ahora!
"Mi madre siempre gritando como loca. De seguro quiere que le haga un..." *otro grito, pero con más fuerza*
...-¡¡Sofía, necesito un favor, ahora!!
"Eso mismo, un favor. Qué querrá ahora." *me levanto rápidamente y bajo las escaleras para encontrarme a mi madre. Está sentada en la mesa, con sus lentes, chequeando el correo, parece que son más deudas. Se ve angustiada y toda agotada*
"Mi mamá perdió el trabajo hace cinco años, era costurera, pero tuvo un accidente, una de las máquinas de coser se estancó y coció todos sus dedos, más no había muchos recursos y ella llevaba muchos años en la empresa, así qué, aprovechando su accidente la despidieron. Para mantener su vida ocupada y ganarse dinero, cocinaba para fiestas, bodas, quinceañeras, graduaciones y entre esas cosas, ya que tenía unas manos sagradas para la cocina y era muy rico, pero no cubría todos los gastos de la casa. Mi madre es una mujer hermosa, es morena, cabello color marrón oscuro, de estatura unos 5'4", ojos color verde aceituna y un cuerpo que lucía espléndido, aún mantenía su figura como una estrella de televisión, a sus 39 años se ve muy bien."
*Me acerque a ella y le pregunté*...
-¿Qué pasó mamá, qué necesitas?
*Alzo su mirada, mirándome con esos hermosos ojos color aceituna y se quito los lentes*
-Hija, necesito que vayas al supermercado y me busques unas especias para la comida, mantequilla, ajo... *la interrumpí abriendo mis ojos y poniendo la palma de mi mano hacia al frente, haciendo un gesto de "detente"*
-Espera un momento mamá, dos cosas; apúntame todo eso porque de aquí allí puede que se me olviden unas cosas y después andes peleando como loca y dos, no sé en que me montaré para ir al super, no tengo alas...
*me interrumpe*
-Pero si tienes dos buenas piernas, que las usas para correr y jugar, y dos buenas manos, así que déjate de excusas y hazme ése favor, te hago la lista ya.
"Olvidé mencionar que amo correr y hacer deportes, en la escuela me destacó como voleibolista y atleta. Mi mayor pasión es andar corriendo y jugando de aquí para allá, hago otros deportes, como el baloncesto y el fútbol, y otros si me ponen a jugarlos. Así que, ya no tenía excusa, pero no iba a ir caminando, mejor agarro mi bicicleta y voy en ella. Sin mas tiempo que perder, tomé el dinero que me dio mi mamá, me puse un pantalón largo de hacer ejercicio, una camisa de "Nike Store", unos tenis y un bulto para echar lo que compraba porque sería absurdo que me trajera todas las bolsas en el guía de la bici. Saqué mi celular, me puse los auriculares y puse música, amo escuchar música mientras hago ejercicios, se reproduce "Stay the Night" de Zedd. Me gusta mucho la música electrónica.
Llegué al super en 10 minutos, estacione la bici y comencé a leer la lista que me había dado mi querida madre... Perejil, sazón, ajo, mantequilla, aceite para cocinar... Mi madre se cree que me cabe todo en el bulto. Bueno, qué más."

"¿Dónde carajos está el perejil? *me pregunté poniendo una cara no muy agradable* Tendré que preguntarle a esa muchacha. Me dirigí a ella, era hermosa, pelo rubio, ojos azulados pero claritos, blanca y con una sonrisa perfecta."
-Disculpe, señorita. *se gira para mirarme, me regala una sonrisa*
-Sí, dígame. *le regalé una corta sonrisa*
-Me podría decir, ¿dónde está el perejil? *ella se ríe*
"Habré dicho algo gracioso. *"No niña, no dijiste nada gracioso."* y aquí viene de nuevo mi subconsciente a hacerse el chistoso. Estaba bien hasta que me hablaste. *"Deja de discutir conmigo y préstale atención a la chica"* Mierdas sí, la chica. Cuando miré ella aún se reía, se veía tan linda, sus ojos se le ponían pequeños y su sonrisa se veía perfecta. Ok Sofía, concéntrate, el perejil. *"Eres una tonta"* Azh, ¡cállate tú! *la dulce voz interrumpe la pelea con mi subconsciente*
-Perdona que me ría es que, está aquí a mi lado, y tu cara no muy agradable, me dio gracia, pero ven están aquí.
*puse una cara de vergüenza* "Vio mi cara no muy agradable, perfecto Sofía, que buena impresión causas"
-Claro, ¿cómo no me fije? *ella se ríe*
-Tranquila, no eres la primera.
-Bueno, ya veo jajaja. Pero gracias. *le regalé una sonrisa. Ella me la de vuelve*
-De nada, cualquier cosa estaré en éste pasillo acomodando unas latas.
-Si, gracias. *sonreí y seguí buscando las otras cosas*
*"Que acto tan tonto el tuyo Sofía"* Oye tú si no sabes cerrar la boca un momento. *"No me odies por decirte la verdad"* ¿De qué verdad hablas? *"Bueno, de que esa chica..."*
*Me tropecé con una chica y se cayo al piso. Tendí mi mano para ayudarla a levantar, la tomo y la jale con fuerza, cuando la pare quedo frente a mi, y me miro con esos ojos azules oscuros, bien mal*
-Discúlpeme señorita, no la vi. *su cara aún seguía molesta, fruncía su ceño y sus ojos me seguían mirando con ganas de matarme*
-¿Qué no te fijas por dónde caminas? *me sigue mirando con esos ojos furiosos y su ceño fruncido* "Pero que bella es Dios mío, ahora que la veo se ve muy linda toda enojada, esos ojos llenos de furia, esa piel blanca, pero no un blanco blanco, sino un blanco bronceado, muy hermoso, su pelo rojizo, toda un mujeron. Y que cuerpo, Diosss, me mata."
-Oye, ¡te estoy hablando! *su grito me saco de mis pensamientos y alardee mi cabeza*
-Si perdóname-le decía con voz temblorosa- es que enserio no te vi. *Tenía su ceño fruncido, pero cuando baje la mirada, ella se calmo. Alcé mi vista y la mire a los ojos, se tornaron tiernos, pero aún seguía siendo la misma chica hermosa y hostil*
-Bien, ya ya, con tu permiso que estoy un poco apurada. *Se volvió seria y pasó rápido, empujándome con el hombro*. "Diablos que chica tan efusiva y hostil, pero que hermosa es, no sé por qué, pero tendré su sonrisa perfecta en mi mente todo el día. Nunca la había visto por aquí, así qué, no de ésta área o, quizás, se mudo ahora. No sé. Conseguí todo lo que me pidió mi mamá. Me dirigí hacia la caja y ahí estaba esa linda chica que me "ayudó" a buscar el perejil."
-¿Conseguiste todo lo que buscabas, hermosa?-voz coqueta-. *Mis ojos se abrieron como platos, no tenía intensiones de mirarla de otra manera, aunque, de todos modos, los ojos azules oscuros de aquella chiquilla hostil fueron los que me enamoraron.*
-Sí, gracias. *le regalé una sonrisa. Mientras me cobraba me sonría y se me quedaba mirando de arriba a abajo y, supongo, miraba mis labios.*
-Son $22.56, amor. "Diablos, pero que lanzada me salió la chamaca". *Le di el dinero, las gracias, tome las bolsas y las puse en mi bulto. Me monté en mi bici, me puse los auriculares y emprendí mi viaje escuchando "Diamonds" de Rihanna, una de mis artistas favoritas.*
"Llegué a mi casa y escucho gritos de mi madre, al parecer estaba peleando con mi papá porque vi su auto afuera. Me baje de la bici y corrí adentro a ver que pasaba. Correcto, estaban discutiendo porque mi papá, al parecer, traía un olor a mujer, lleva meses que llega borracho o con olor a mujer, lo sé porque lo he llegado a oler yo misma."
-¿Y ustedes, no se cansan de pelear?-Hubo un silencio-Parecen perros y gatos. *Los dos se me quedaron mirando sorprendidos*
Mamá:-Perdón hija, no es lo que quiero que aprendas de mí. *Bajo la cabeza y salieron lágrimas de sus ojos.* "Mi mamá no sabe que la he visto llorar, pero está vez lo hizo frente a mi."
Papá:-Discúlpame hija, ¿cómo está mi rubia hermosa? *abrió sus brazos, como para que le diera un abrazo* "Mi papá siempre me dice "mi rubia" porque mi pelo es de ese color. Mi papá es alto mide unos 6'4", muy apuesto, a pesar de sus 42 años ya que la edad no le pesa mucho, tiene ojos marrones bien claros, de esos cuando el sol les da y se tornan casi anaranjado claro, con músculos, una sonrisa completa y apuesta y su color de pelo es castaño oscuro. Se preguntaran de dónde saqué lo rubia, bueno mi abuela por parte de madre era rubia cuando pequeña, así que, saque su color de pelo."
*Fui donde mi papá y le di un abrazo* "Nunca he tenido confianza en mis papás, ya que, en vez de aconsejarme lo que hacen es pelearme y nunca me escuchan." *Le di las cosas a mi mamá, la vuelta, le dije que no tenía hambre y me fui para mi cuarto. Me quite los tenis y me tumbe en mi cama, seguí escuchando música un rato más, hasta que me paré y me di un buen baño.*
"¿Qué haré cuándo entre a la universidad a estudiar? No podré hacerlo, mis papás no tienen los recursos, aunque podría obtener una beca por deportes. Pero no sé que estudiar, mis amigos de la escuela me dicen que podría ser psicóloga por como manejos los problemas de los demás, pero claro no sé cómo carajos manejar los míos...*"Tu nunca sabes hacer nada, según tú"* Ay diablos, ¿¡tu no te cansas de joder!? Estoy pensando en mi futuro. *"Que amargada eres, después te quejas de la chica de ojos hermosos y sonrisa perfecta que es una hostil y tu eres igualita, es más pareces perro de pelea"* Pft, ¿qué dices? Si yo soy... Espera... Acabas de decir la chica de hermosos ojos azules. *"Ay no, ya viene con sus delirio y inventar una vida perfecta con esa chica, Sofía por favor, madura."* ¿Madurar? Eso es para las frutas. *"Sofía, ¿te estás escuchando"* No, no me escucho en estos momentos pienso en la hermosa chica de ojos azules, ¿cómo se llamará y de dónde será? Nunca la había visto por ésta área. *"Dime que no me estás preguntando a mi, por favor"* Cállate un momento y déjame pensar. *Cerré el grifo de la ducha. Me puse una toalla en el cabello, me vestí y me tumbe en la cama... A los pocos segundos me quedé dormida.*