Se me había pasado la mano con las cervezas la noche anterior en el restaurante, usándolas para intentar evitar que mis pensamientos siguieran acechándome. Pero como era de esperarse, no funcionó.
Me había comido hasta el último de los takoyakis porque me recordaban la noche en que conocí a la señora Imaushi. Prácticamente había obligado a Theo a comer también. Y lo último que recuerdo, fue a Theo dejándome en la entrada de mi departamento, creyendo que iba a responder a su beso en los labios, pero no, me negaba a dejar ir el rastro de Shinichiro de mis labios.
En mi estado de ebriedad, le había enviado varios mensajes. Pero durante toda la noche no respondió ninguno.
Estaba nerviosa, pues estaba segura de que me había visto con Theo. Debía conversar con él, hablar de todo lo que me hacía sentir, y de que finalmente iba a tomar una decisión.
Me había dado una ducha y me estaba secando el cabello para finalmente encontrarme con él en la tienda. Era Lunes por la mañana y debíamos trabajar.
Mi teléfono comenzó a sonar.
—¿Si? —contesté al ver que se trataba de Mitsuha, que me había saludado hace un rato.
—Natsi, Nat... —respondió, utilizando ese apodo que solo utilizaba cuando necesitaba algo de mí.
—¿Sucede algo, hermana?
—La verdad... necesito que puedas venir ahora a la oficina. Hay un gran problema con una de las cuentas de mayor volumen y quieren resolverlo contigo...
Suspiré con pesar al darme cuenta de que nuestro encuentro se posponía.
—Estoy allí en un rato, Mitsuha.
Tomé mi bolso y salí en dirección a mi oficina. Llevaba más de un mes sin pasar por allí, y es que confiaba ciegamente en las capacidades de Mitsuha para llevar la compañía, pero habían clientes difíciles que solo confiaban en mi criterio.
Lo difícil, era tener que llamar a Shin para explicarle que no llegaría a la tienda aún cuando había prometido que íbamos a hablar. Pensé en hacerlo por mensaje, pero no quería que todo se saliera de contexto, además, extrañaba oír su voz.
—¿Natsumi, pasa algo? —preguntó con la voz ronca—. Joder, ¿qué hora es?
—Hola, Shin... tranquilo, no pasa nada. Ya es cerca de la hora de apertura, ¿estabas dormido?
—Mierda~ —se quejó y sentí como se acomodaba en la cama—. Se me pasaron las cervezas anoche al parecer... no te preocupes, me daré una ducha rápida y nos vemos en la tienda.
Eso explicaba muchas cosas, y me dejaba claro que no era la única que había cometido el error con las cervezas la noche anterior.
—Respecto a eso, Shin —respondí—. Creo que no podré llegar a la tienda hoy... tuve un problema y-
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Lavender Haze; Shinichiro Sano
FanfictionY entonces la princesa se cansó de vivir en un cuento de hadas. Escapó al mundo real, y encontró la verdadera magia dentro de una tienda de motos... ✨Actualizaciones cada diez días. ✨Última línea temporal del manga. Pero no sigue fielmente la histo...