Capítulo 12

2.9K 246 15
                                    

—¿Cuándo será esa reunión? —Pregunta Stoner una vez le he dado las buenas noticias, lo que ha querido durante estos últimos días.

—Mañana en la noche, señor—Le explico con un poco de emoción—Aunque no sé si será en la ciudad, todavía nuestro jefe no nos ha dado las instrucciones.

—Bien, quiero un informe detallado de todo lo que pase en esa reunión, tiene que tener los ojos abiertos, seguramente estará abarrotado de mafiosos como Ivanović.

Que lo llame mafioso me molesta un poco, no tiene ninguna prueba de ello.

—Claro, señor.

—¿Funcionó lo de anoche?

Su pregunta me confunde, pero mi mente empieza a trabajar de nuevo como la profesional que soy, durante las semanas que llevo trabajando en el Montreal no había tenido ningún tipo de problema con los clientes. No parece un bar donde hayan ese tipo de escándalos y mucho menos que alguien quiera morir a mano de los hombres de Ivanović.

—¿Ese fue el plan? —Pregunto apretando mis dientes, no es la primera vez que me pone en peligro, aunque un par de borrachos no eran peligrosos, aun así logró dejar una marca en mi brazo con moretones y una pequeña cortadura.

—Sí, le dije que le echaría una mano y parece que fue el mismo Ivanović el que la salvó, por lo que pude ver en su informe.

Hijo de puta. Todo fue planeado por él, no es gran cosa, ¿Pero qué hubiese pasado si sus hombres hubieran llegado más lejos? No eran tipos corrientes, eran hombres fuertes y aunque yo tratara de defenderme, me llevaban las de ganar en tamaño y fuerza.

—Supongo que salió como lo planeado—le digo con tono seco y salgo de su oficina.

Que nadie se me acerque en estos momentos. Porque soy capaz de matar a alguien, es un maldito imbécil, todavía no sé por qué lo pusieron al cargo. No le importa poner en peligro a la unidad, es bueno, malditamente bueno en cuanto su trabajo, pero su soberbia ha ido muy lejos y mi cuerpo lo puede demostrar.

La profesional tiene una cita con su conquista—Se burla el agente Díaz, el idiota cómico de la oficina. —Espero que al menos tengas condones ya que no puedes llevar un arma.

Me detengo en seco, aprieto mis puños y sin pensarlo dos veces para maniobrar mi golpe, mi puño va directamente a su nariz, haciéndolo retroceder y su gordo culo golpeando el suelo.

Todos me quedan viendo sorprendidos y otros riendo. Ya se lo tenía merecido por meterse no sólo conmigo, sino con todas las mujeres de la unidad.

— Supongo que a ti te sobran los condones—Lo veo con las manos en su rostro para detener la sangre que sale a chorros de su nariz—Ya que no tienes dónde ponerlos, idiota.

Escucho un par de aplausos y el grito de represalia de mi jefe detrás de mí, pero lo ignoro y me voy directamente a mi escritorio.

—Mierda, eso se sintió tan bien—Dice Duncan, tomándome por sorpresa su presencia tan calmada. Dudo que no sepa los planes de mañana.

—Vete a la mierda, Ford.

— ¿Se puede saber por qué estás tan molesta?

Sé que no debo cargarla con él. Pero si le digo lo que Stoner hizo se va a volver loco, lo conoce muy bien y sabe que eso no es de lo único que es capaz.

—Estoy estresada por no conseguir nada todavía, es todo.

—Bueno, ya lo conseguirás y aunque no, no lo tomes personal.

Se va sin decir más y me tomo mi cara con las manos. Esto de cantar y desvelarme todas las noches no tiene gracia en absoluto, aunque mañana será diferente.

La Profesional (libro 1) (Ya en físico y audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora