Capítulo 18

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Desperté como nueva, el miedo a volar desapareció desde que vi esos ojos de camaleón y aunque no quería aceptarlo. Lo hice.

Corrí al lavabo una vez desperté para verme al espejo. Tenía el poco maquillaje corrido, lavé mi cara y peiné mi cabello con mis dedos y salí de la habitación. Ya Dorian había despertado y esta vez de verdad. Me miraba con recelo y no dijo nada. Erwan e Ivanović estaban a poca distancia y por lo poco que escuchaba estaban hablando en ruso.

Especulaban algo sobre los invitados y que todo estuviese preparado para la gran noche de gala de AIS.

—No puedo creer lo que escuché—dice Dorian por lo bajo para que nadie nos escuche—dime que estaba soñando y que no sentí que había una tensión sexual entre ustedes.

Empiezo a reír a carcajadas. No sé de dónde ha salido esta nueva faceta mía de escándalo pero me rio, me rio sin parar.

—Mierda, El—Dorian me ve estupefacto—Te gusta el maldito ruso.

—No digas tonterías.

—Solamente te ríes así cuando estás nerviosa, demasiado nerviosa y que te han atrapado.

—De gustarme no te lo niego—Empiezo a limpiar las lágrimas de mi rostro por mi arranque de risa—Desde que vi esa maldita foto en mi escritorio. Pero una cosa te voy a decir, actúa como si él tuviera que conquistarme y no al revés.

—Eso sí—Me da la razón—Pero ten cuidado, no te dejes impresionar demasiado, aunque en tu lenguaje sería inverosímil.

Idiota. Sabía que estaba escuchando toda la conversación.

Ivanović no se volvió a acercar a mí lo que quedaba del resto del viaje, permaneció en el despacho privado junto con su grandulón y Dorian y yo nos dispusimos a mantener poca conversación casual entre dos amigos normales.

—¿Extrañas a Destiny? —Le pregunto con sarcasmo—O a ¿Jesse?

Poco falta para que me fulmine con la mirada por mi pregunta, ya sabe por dónde voy y no voy a permitir que se meta a problemas de bragas y pelotas y se desvíe de su trabajo. Aunque a quién quiero engañar, ya somos dos, al menos el mío sólo es uno.

—Sabes que es sólo sexo—Ve por la ventana desviando la mirada de mi rostro—Tengo derecho a divertirme un poco.

—Pero lo estás haciendo con dos personas, Dorian.

—¿Y eso qué tiene que ver?

—Que tarde o temprano uno de los dos se enamorará de ti, siempre sucede, pero esta vez son dos personas, tienes que tener mucho cuidado.

—¿Tú me vas a venir a dar consejos cuando no sabes qué carajos hacer con tu propia misión? —Escupe enfadado, una faceta que no veo todos los días—Estoy aquí siendo prácticamente tu niñero ¡Dame un respiro!

¿A qué ha venido este ataque? Jamás me había hablado de esa manera, es como si estuviera juzgándome, de hecho ¡Me está juzgando!

—¡¿Qué sucede contigo?! —Le grito furiosa por sus palabras.

—No, ¡¿Qué sucede contigo?!

Me quedo viéndolo perpleja, él jamás me había hablado así, y algo me dice que no es personal, algo le está ocurriendo y es por eso que se siente tan presionado y estresado. No es la misión, no soy yo, son esas dos personas con las que está jugando.

—¿Sucede algo, señores? —Pregunta Erwan, al escuchar nuestros gritos.

—Nada, Erwan—Le respondo cambiándome de asiento. Sea lo que sea que le suceda, no quiero estar con él por lo que queda del viaje. No tengo ánimos de cargar con su mierda como él tampoco tiene que cargar con la mía.

La Profesional (libro 1) (Ya en físico y audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora