[Aprendiendo a dejar ir]

Subaru visita a Félix

Sin duda, era una noche triste para Félix Arglye.

Sus pies se arrasratravan ansiosamente por toda su habitación en la residencia de su señora en la ciudad de Pristella. Culpable por sus acciones, y temeroso de las consecuencias.

Y es que había torturado a Natsuki Subaru durante meses en una fría celda desprovista de todo atisbo de humanidad. Día trás día, bajo su cuidado errático y violento, sometió a Natsuki Subaru a las más terribles torturas hasta que un día, recuerdos una vez pérdidos terminaron regresando a el.

"Gula....". Félix murmuró mientras temblaba.

Su mirada enloqueció mientras recordaba la broma de mal gusto del destino.

Cómo el arzobispo de la Gula se comió el nombre de Subaru en el clímax de la batalla de Pristella. 

Y como acabó siendo el saco de entrenamiento de todo el mundo.

Pero peor aun, incluso peor a ser despreciado por sus amigos, Subaru había tenido la mala suerte de acabar con el.

Siendo su víctima, siendo su desahogo, siendo su juguete de torturas.

"Soy un mounstro...".

Sus palabras temblorosas resonaban en su cabeza mientras se estiraba violentamente las orejas.

Subaru, Whilhem.... Crusch....

Una vez se sepa todo, su vida se irá por el inodoro.

Nada quedará de lo que alguna vez fue su persona, pues toda su existencia estaba dedicada a Crusch, y solo a ella...

A ella ....

Félix gimió y soltó un sollozó..

"Que se supone que debo de hacer....". Se cuestionó a si mismo mientras se abrazaba con sus temblorosos brazos.

Conocía lo suficiente Crusch cómo para tener la certeza de que ella lo desterraria lejos por sus actos desonrrosos a un héroe de guerra.

"Si tan solo Subaru no me odiará....". Fe-

"Oye, no te odió....".

Félix se estremeció y se levantó de golpe.

"Ah!?". Miro hacia atrás, mirando con los ojos bien abiertos.

"S-Subaru!?".

Era Subaru. Sonriente a pesar de lucir el mismo aspecto que tendria un zombi.

"Cómo te dije, no te odió". Subaru repitió manteniendo su semblante de confianza parado en el marco de la ventana de Félix.

"Cómo....no entiendo".

El como estaba aquí, en su ventana la cual se encontraba en un tercer piso, era un enigma de menor importancia comparado con una cuestión más importante.

"Que haces aquí!?". Félix retrocedió asustado. "Después de lo que te hice!?".

Félix parecía tan jodido mientras se alejaba por la culpa, apunto de desvanecer.

Subaru se bajó de la ventana con habides, luciendo tranquilo. Incluso desnutrido, sus movimientos eran rebosantes de energía y alegría.

Un escenario increíble y descorcentante para Félix. Quién tenía que soportar la culpa que crecía y amenazaba con hacer estallar su corazón.

"Buscás expiar tus pecados, no es asi?" Subaru se acercó más y más hacia el. Sobrepesando los límites.

"Subaru, kyun!". Félix sintió como su espalda tocaba la pared antes de caer sobre su trasero.