Always together

I

"Probablemente nunca leas esto, lo siento por irme tan lejos. Sé que eres fuerte y lo superarás, ya que eres un guerrero y yo soy un príncipe escondido en sus muros."
Lo nuestro fue algo que no olvidaré, pero tienes que comprender que mi imperio está sobre todo. Si piensas que no te hubiera escogido, sería una vil mentira, porque revivirá ese amor por cada estrella, universo y planeta que existen. Te amo"

Con cariño tu cobarde príncipe, Yaakov

— Mentiroso —el frustrado guerrero destruyó aquella carta con lágrimas en sus ojos—. Siempre lo fuiste…

— El guerrero Lainer fue escogido para resguardar la vida del príncipe —mencionó aquel general ante todo el comedor—. Es una misión de gran importancia y por ende pido que le den los correspondientes honores a su compañero que pronto marchará siendo un gran caballero. 

Lainer hizo una sonrisa de lado. Él ya suponía que sería escogido, aunque una parte de él yacía algo de desconfianza. 

Después del gran festejo, aquel guerrero empezó a empacar las cosas necesarias para mudarse al gran castillo del monarca. 

— ¿El príncipe Yaakov Tamil?. Oí que tiene una hermana que parece un ángel —su compañera lanzó una sonrisa algo pícara mientras imaginaba a aquella princesa—. Son de la misma edad a lo que oí. 

— No llegarás a nada si sólo piensas en chicas, Lucero —la contraria solo apartó la vista con molestia y respondió fríamente—. Además se dice Talim no Tamil. 

— Es una broma. Deberías aprender a relajarte, en especial si estás con ese príncipe. 

— ¿Por qué lo mencionas? —el guerrero observó a la chica azabache con intriga. 

— Escuché que no tiene amigos y que la única compañía que tuvo fue su hermana… Así que tú serás su único amigo. 

— Solo estoy ahí para protegerlo, ya sabes cómo está la situación de las dos naciones —el rubio suspiró con agobio—. La guerra comenzará según los profetas. 

— Hey —Lucero se levantó de su cama y con cuidado abrazo a Lainer—. Gracias por ser mi compañero de cuarto por cinco años seguidos. 

— Aún me sorprende que tuve la paciencia para soportar tus idioteces —Lucero ante esto le dio un pequeño golpe en el hombro. 

— Si me disculpas, tengo que seguir alistando las cosas —Lucero sonrió y decidió empezar a retirarse sin antes decir. 

— El apodo de Limón te sigue quedando —dio una carcajada ante este hecho y se alejó del noble guerrero. 

Lainer al estar solo decidió sacar su único objeto valioso. Un objeto que diría que era más valioso que la propia vida de los monarcas y más valioso que su propia vida, una caja musical. 

La caja que por tantos años cuido y nadie la había visto además de él, una caja que para él significaba las razones por las que seguía aquí. 

Una caja que cambió su vida. 

El futuro rey se encontraba en la biblioteca estudiando todo lo que necesitaba para la gran guerra que se aproximaba antes de ver a su gran guerrero o eso es lo que le decía su padre.

Él había insistido en no mandar a nadie para su protección, no era necesario para el príncipe. Nadie escuchó sus demandas y por eso debe esperar a la visita del guerrero. 

— Príncipe —la sirvienta llamó al príncipe—. El rey te necesita en la sala del trono. 

— Dile que voy enseguida —con cuidado Yaakov dejó el libro en la mesa y se dirigió al lugar situado. 

El castillo era impresionante o eso es lo que muchos decían al verlo. Tenía millones de cuadros de la familia real al igual que decoraciones lujosas hechas de oro y las paradas tapizadas de patrones difíciles de hacer. Una gran fortuna para muchos, pero para el príncipe era una tortura ver lo mismo todos los días. 

— Buen día, padre —saludó con seriedad —. Oí que me necesitabas. 

— El guerrero Lainar vendrá pronto —el Rey se levantó de su trono al ver a su hijo de pie enfrente de él. 

— Padre, dije que no era necesario esa petición. Puedo cuidarme perfectamente solo y —antes de que pudiera mencionar algo, una fuerte cachetada lo hizo callar. 

— Deja de ser un niño caprichoso, serás el futuro rey de estás tierras y debes actuar como tal —observó con una mirada de desagrado a su hijo que yacía en el suelo. 

El príncipe se levantó del suelo con cuidado y aún adolorido decidió hacer una reverencia al rey. 

— Usted tiene razón, le pido mis más sinceras disculpas. 

De repente las puertas del castillo se abrieron dando paso al gran guerrero. 

Su pelo negro danzaba con el viento, mientras su expresión era de indiferencia el príncipe pudo ver en sus ojos cafés la confianza que este poseía.

La llegada del guerrero al castillo significaba un gran cambio en la vida de ambos muchachos. Un cambio que compartirán juntos. 

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Hola!
Quería publicar esto, un libro original qué seguro nadie va a leer, pero equis 😻. Vivan los gays 🦅🏳️‍🌈