Alfa y Omega [EDITADO]

CAPÍTULO 22

tan esperado día, llegó al fin. Mi abuela estaba emocionada, por fin mi destino se cumpliría.

Yo no me encontraba feliz, no era algo que quería en verdad, pero tenía que hacerlo por el bien de todos. Mi abuela había preparado mi atuendo y era hermoso, por un momento pensé que podía usarlo para que Noah lo viera, si aún se encontrara aquí.

Me cambié y salí de la habitación para encontrarme con mi abuela, misma que me llevaría hasta el lugar donde se celebraría nuestra unión.

Hoy habría luna llena, así que era perfecta para que la diosa nos brindara todas sus bendiciones.

—¿Estas listo?— preguntó ella, una vez nos encontramos en la sala de estar.

Asentí —¿Dónde están mis cachorras?

—Edén y Elyan se encargaron de cuidar de ellas— me tomó del brazo y caminamos hacia la entrada —No te preocupes por ellas, estarán en buenas manos. Ahora solo debemos pensar en tu unión.

—Si— susurré decaído.

Muchas veces pensé en cuando este día llegara. Mi destino siempre fue complementar al Alfa de esta manada, pero yo no quería hacer algo así. Siempre quise huir y dejar todo atrás, pero mi propósito no pudo cumplirse, eso solo dejaba en claro una cosa, mi destino debía cumplirse a las leyes de la diosa luna.

Por mucho que doliera tenía que aceptarlo, dejar el pasado atrás y centrarme en el futuro. Mi futuro ahora era el ser el complemento del Alfa, como se había dictado desde el comienzo.

Caminamos hasta el lugar donde se llevaría la ceremonia y una vez llegamos vi que la gran mayoría de personas ya se encontraban ahí. Entre ellos pude ver a Elyan, Drago, Edén y Derek, ellos se encontraban cerca y mis cachorras eran cargadas por Drago y Elyan.

Al poco tiempo ya todos se encontraban reunidos, los sabios se encontraban frente a Zack y yo. Zack estaba inquieto, podía notarlo en su expresión. Ambos estábamos obligados a hacerlo, pero estás eran las reglas de la manada y debían seguirse al pie de la letra.

—La diosa luna nos bendijo— comenzó a hablar mi abuelo —Nos entregó a dos almas puras para que guíen a la manada por un camino pacífico y próspero— nos miró a ambos —Pero antes de que ambos tomen sus puestos ellos deben hacer su unión de pertenencia. Un símbolo que advierte a otro ser que no puede sobrepasar la autoridad de ellos.

—Ahora— mi abuela tomó la palabra, al mismo tiempo que se acercaba junto a la abuela de Zack —Ustedes dos deberán unirse ante la diosa luna— nos tomaron de las manos y miraron hacia el cielo, postrando su mirada en la luna llena —Alabemos a la diosa para que nos llene de bendiciones.

Dicho eso la abuela de Zack comenzó a cantar en lengua antigua, lo que decía era incapaz de entenderse, al menos para mí si. La luna comenzó a brillar intensamente, lo cual daba señal de que ella nos bendecía con buenas nuevas.
Ellas nos soltaron y luego nos hicieron tomar de las manos, quedando uno frente a otro —El Alfa debe tomar al omega para convertirlo en su Luna— dijo la abuela de Zack —Entrégale tu corazón.

—Yo…— susurró Zack, aún indeciso en sus palabras —El Alfa de la manada…— volvió a callar —Colmillos Negros, te tomo a ti, omega de sangre pura, como la Luna que… que…— miró a su abuelo y trató de soltar mi mano, después volvió su mirada a mi —Complemente mis días de…— ahora si, se liberó de mi y miró a los presentes, después miró a sus abuelos, mismos que habían desaprobado su acción y, finalmente, me miró a mi —Lo siento, Robin— susurró, ahora más tranquilo —Yo no puedo tomarte como mi Luna— dicho eso se giró y trató de huir.

—Espera ahí— su abuelo lo detuvo, al parecer del tono de su voz, estaba furioso por sus acciones inadecuadas —Tu no puedes hacer eso, vuelve aquí y termina la unión.

Zack se detuvo y se giró —No puedo hacerlo— miró a su abuelo, desafiante —Robin no es mi Mate y no voy a unirme con alguien por quien no siento afecto— tomó valor y se acercó a su abuelo —Si ser el Alfa significa no tener sentimientos, lo rechazo.

—No harás tal cosa— el anciano ya se encontraba fuera de sus cabales —Completa el ritual, ¡AHORA!— usó su voz de mando, pero el muchacho ya no podía ser sometido, Zack ya era el Alfa y ningún otro ser puede someter al Alfa.

—También me opongo— intervine y por ello, obtuve la atención de todos —se que mi destino al nacer fue ser el complemento del Alfa, pero siempre odié tener que hacerlo. Zack y yo no sentimos afecto el uno por el otro— caminé hacia la multitud y busqué a aquella persona que se había adueñado del corazón de Zack —Si en verdad desean que esta manada tenga paz y prosperidad permitan que Zack se una con ella— jalé a la chica del brazo hasta que llegamos al frente —Estoy seguro que la diosa nos enviará muchas más bendiciones— sonreí y miré a mi abuela.

—Pero, Robin— ella me miró —Esto va en contra de las reglas, esta omega ni siquiera posee sangre pura.

—Ella es Mate de Zack, abuela— me acerqué a ella —Mi madre me dijo qué para que la unión de pertenencia se fortaleciera, primero debían tomar a sus Mates como Luna— la tomé de las manos —No quiero que esta manada cometa los mismos errores del pasado.

Me giré y caminé hacia donde Zack y la chica se encontraban —Gracias— susurraron ambos.

—Entonces, que la unión de pertenencia, se consolide— hablé fuerte y sin temor.
Sabía que nuestros actos podrían ponernos en riesgo de muerte, pero esta manada ya había aceptado el cambio. Mis abuelos no lo asimilaron al momento, pero cuando lograron hacerlo, comprendieron que la acción que tuve fue la correcta.

Mi madre me dijo que existían dos tipos de marcas, la marca que me unía a mi alfa en cuerpo y alma y la marca de pertenencia, esa solo podía ser hecha por el Alfa y la Luna, pero también me dijo que esa marca era más fuerte y poderosa si se realizaba entre Mates. Eso ayudaría a que la manada tuviera un liderazgo más fuerte.