Hacia Totosai

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Disclaimer: Los personajes y la historia no son míos. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de Wolf Blossom, yo únicamente traduzco.

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Kagome asintió mientras continuaba haciendo lo que Inuyasha le había dicho que hiciera.

Finalmente, tras lo que parecieron siglos de entrenamiento, Kagome se quedó dormida en la espalda de Inuyasha mientras él volvía dando saltos al campamento.

Myoga estaba hablando posado en el hombro de Inuyasha mientras éste agarraba a Kagome por los muslos.

—Entonces ¿Kagome no va a intentar volver a como era antes? —preguntó Myoga.

—Konoharu dijo que era imposible volver a cambiar si le pedías un deseo a una miko de los deseos.

—Eso es cierto, sí. Me temo que Kagome será un hanyou para siempre.

Y en dos semanas es la época de apareamiento..., pensó Inuyasha mientras notaba su cuerpo presionado contra el suyo.

Inuyasha tuvo que suprimir la sangre demoníaca que estaba hirviendo en sus venas. Un mes antes de que empiece la época de apareamiento, a cada demonio y hanyou le urge tomar a la mujer que quiere como su compañera. Quedando sólo dos semanas, Inuyasha tenía un problema, más ahora que Kagome también podría tener necesidades durante la época de apareamiento.

¡Mierda! ¡Esto no es bueno! ¡Especialmente porque ella también es un hanyou! El año pasado fui capaz de mantenerme apartado de ella porque nos perseguía Kagura y yo estaba luchando constantemente, pero este año... ambos... ella es un hanyou... y no hemos tenido señales de Naraku desde hace mucho tiempo. Inuyasha estaba ahora en un estado difícil. ¿Qué iba a hacer? Kagome tenía un aspecto tan exótico en su forma demoníaca e Inuyasha quería... la necesitaba.

¡Estúpido, estúpido de mí! ¿Por qué diablos deseé que fuera un hanyou?

Kagome gimió mientras abría los ojos. Tenía cortes y marcas de arañazos en su rostro. Inuyasha había peleado contra ella de verdad y, vaya, fue duro.

¿Cómo hace para seguir peleando durante tanto tiempo?, pensó Kagome mientras abría lentamente los ojos. Es verdad... normalmente lucha por mi seguridad.

—¿Despierta? —susurró Inuyasha.

—Mmmm —masculló Kagome a la vez que apretaba el agarre en su cuello.

—¿Estás bien? ¿Te hice esforzarte demasiado? —preguntó Inuyasha en voz baja. Myoga ya se había ido hacia Totosai para pedirle que le hiciera un sello a Kagome tal y como se lo había hecho a Inuyasha.

—No, estoy bien —soltó Kagome.

—¿Quieres que pare un rato? —preguntó Inuyasha.

—No, estoy bien.

—¿Estás segura?

—Segura.

—Bien.

Estuvieron callados la mitad del viaje hasta que Inuyasha paró finalmente porque sintió que Kagome empezaba a aflojarse.

—¿Qué pasa? —preguntó mientras la dejaba en el suelo.

—Nunca antes había luchado de verdad, ¿sabes? —dijo Kagome mientras movía las orejas. Inuyasha se rio entre dientes, encontrando eso extrañamente lindo.

—¿Quieres que descansemos un rato? —preguntó.

—Claro, pero ¿cuándo me enseñas a saltar? —dijo Kagome.

La hanyou, el hanyouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora