Capítulo 16:
Lágrimas crueles.
Dime que no es mi culpa.Dime que soy todo lo que quieres,
incluso cuando te rompo el corazón.🎀🎀💧🎀🎀
Las sombras del lujoso salón principal no eran lo suficientemente cálidas para proveerle la comodidad que en ese instante necesitaba. El baño que tomó a las fuerzas tras haber discutido con Mark, aún no hacía un efecto relajante, y se encontraba con los nervios crispados mientras hilos delgados de sangre comenzaban a deslizarse sutilmente por sus cuidadas uñas. Aquella condenada obsesión por dañarse a sí misma cuando no tenía control de una situación, seguía intacta, y pese a que amaba sus uñas perfectas, eso no le importó en el instante que inconscientemente empezó a romperlas al estar rozando un ataque de pánico.
Miranda se acurrucada en sus rodillas, hecha un ovillo sobre el cómodo sillón de la habitación de hotel que su gemelo había reservado para Choi Leah y ella. Luego de encontrarla golpeada y gravemente herida, no le quedó otra opción que ceder ante sus hermanos para pedirles ayuda. Lee Minhyung casi se desvanecía en su auto al ver el estado tan deplorable en que se encontraba la chica que a duras penas conocía. Ella conocía de más a su gemelo, los peores escenarios recorrían su cabeza al creer que algo parecido le podía suceder si seguía viviendo en aquél lugar tan recóndito.
—¿Por qué decidiste vivir en ese lugar? —Sonaba cansado, Mark realmente se veía exhausto. Se pasó la mano sobre su rostro adormecido, pidiéndole una respuesta que ella no quería darle, pero tenía que hacerlo.
—Necesidad —Contestó con simpleza, haciéndose una con la manta afelpada del conjunto de cuarto de la suite—. Choi Leah fue lo suficientemente amable en preocuparse por mí y darme un techo donde dormir sin sentir que molestaba a nadie. Si no fuese por ella, estaría pasando la noche en mi Maserati. —Con un suspiro, dio por acabada la discusión.
Para su suerte, su auto estaba intacto, aparcado dos calles más abajo del semisótano de Leah. Los usureros no fueron tan inteligentes en conocer que podrían hacer algo con el lujoso auto, aunque Miranda hubiese preferido que se lo llevaran en garantía a cambio de la paz de su amiga. El quizás aún la inundaba con una culpa punzante, muchas probabilidades rondaban su cabeza como soluciones ante la lamentable situación con la que se encontró esa madrugada, no obstante, ninguna tenía sentido a ese punto.
Quizás si hubiese llegado un poco más temprano a casa. ¿Quizás, qué?, ¿qué habría podido hacer ella? Miranda se creía indestructible por haber sido entrenada en defensa personal, pero la realidad era otra. Si se hubiese tenido que enfrentar a esos tipos armados hasta los dientes, las posibilidades de salir mal parada eran totalmente altas.
—Deben marcharse de ahí. —Mark, quien sabía que era imposible que pasasen la noche en su penthouse, se hizo cargo de la situación solucionándola de otra manera.
Apartó una suite para ellas, una tan grande que una familia entera podría dormir en ese lugar sin problema alguno. Se sumieron en el silencio unos minutos, dejando por entendido que aún no se encontraban en la mejor posición. Sí, le debía una explicación a su gemelo de porqué demonios decidió cambiar de opinión respecto a su compromiso arreglado... Pero eso podría esperar, al menos hasta que supiesen que Leah estaba bien.
Unos minutos de silencio más tarde, Lee Jeno apareció tras una de las puertas de la suite junto con el médico personal que atendía emergencias de su familia. El hombre mayor, que llevaba pijamas y un rostro de pocos amigos, compartía murmullos con el menor de sus hermanos, haciéndole sonreír enternecida hasta hacer perder sus ojos. Él era el que se había ofrecido a acompañar a Leah, luego que Miranda hizo lo que pudo intentando ayudarla a tomar un baño sin que se lastimase aún más. Nunca fue gran fanática de ver golpes o lastimaduras en vivo y en directo, y en cuanto su estómago se volcó al ver cada magulladura en la piel suave de su amiga, la chica quiso llorar por ella.
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𝐑𝐢𝐜𝐡 𝐆𝐢𝐫𝐥𝐬 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐂𝐫𝐲 [NCT REVERSE HAREM]
Fanfic« Oh, pobre niña rica... ¿O debería decir, pobre niña pobre? » El lugar de una mujer de alta sociedad estaba más que claro: tras las espaldas de un hombre. Miranda Lee no fue hecha para ir detrás de nadie, y le demostraría a cualquiera lo contrario...