Sábado…

Chester despertó con un aroma delicioso, miró a su compañero y lo noto todavía dormido se rió pensando que enserio tenía el sueño pesado. Escuchó ruidos abajo y sonrió, ni siquiera agarro su celular para ver qué hora era, se puso de pie y en silencio salió del cuarto.

Bajo las escaleras y fue a la cocina vio a Mike preparando el desayuno se veía muy concentrado en lo que hacía, Chester se acercó despacio a él y lo abrazó por detrás tomándolo por sorpresa. 

— Voy a tener que ponerte una campanita – dijo Mike volteando para verlo, Chester le hizo un pucherito.

— Así le dices buenos días a tu novio?

— Está despierto? – preguntó refiriéndose a su hijo, Chester nego y Mike se acercó hasta darle un beso.— Buenos días amorcito

— Así está mejor – sonrió bobamente el rubio mientras le daba otro beso a su novio secreto, ambos se separaron cuando escucharon el ruido de pisadas y un bostezó.

— Buenos días – dijo Otis medio dormido.— Oye, desde cuándo te levantas temprano? – preguntó mirando a su amigo.

— Desde que un delicioso olor me despertó – respondió simplemente el tatuado haciendo reír a Mike y Otis. Los chicos fueron a cambiarse y una vez listos bajaron a desayunar junto a Mike.

El sábado pasó rápido pues después del desayuno Mike llevó de paseo a los chicos para que se distraigan de los videojuegos, claro que cuando Otis se distraía Mike y Chester se lanzaban miradas cómplices pues sin decir palabra alguna sabían que querían repetir lo de anoche y en silencio se pasaron los números de teléfono. Cuando la tarde llegó llevaron a Chester a su casa y este se despidió de ambos. El domingo paso normalmente con padre e hijo pasando tiempo juntos y a la vez ambos se mensajeaban con el mismo chico.

Lunes…

Los chicos estaban en el instituto hora de literatura, estaban leyendo un cuento y contestando preguntas que hacía la profesora, era aburrido para un chico que fingía leer para no contestar las preguntas mientras que el otro se quedó atrapado en el cuento. El timbre sonó hora de irse, todos guardaron sus cosas y salieron del lugar.

— Fue la hora más aburrida de mi vida – dijo Chester estirándose.

— No estuvo tan mal, al menos este cuento si era entretenido no como los otros 

— Uy hablo el nerd – bromeó recibiendo un empujón del pequeño japonés. Llegaron a casa de Otis y este buscó su llave cuando escucharon ruidos dentro de la casa.

— Mi papá llegó temprano? – preguntó en voz alta y abrió la puerta entrando siendo seguido por Chester.

Fueron a la cocina y se encontraron con Mike y una mujer castaña, se estaban riendo con sus laptops enfrente de ellos.

" Quien es esa perra? " Pensó el tatuado.

— ¿Quién es esa p… mujer? – se corrigió rápido.

— No lo sé – le susurró Otis en respuesta.— Debe ser del trabajo, es raro siempre vienen sus amigos cuando tiene mucho trabajo, deben estar haciendo algo juntos por eso vino ella 

Sinceramente a Chester no le gustó esa respuesta.

— Oh hola! son tus hijos? – pregunto la mujer mirando a los chicos. Mike volteó a verlos vio que su hijo saludaba con una sonrisa pero también vio la cara de pocos amigos de Chester.

— El es mi hijo Otis – dijo apuntandolo mientras Otis saludaba con una sonrisa.— y él es su amigo Chester – dijo apuntando al rubio pero este no saludó ni sonrió, lo que extrañó a Otis y asustó un poco a Mike. 

— Otis das un vaso con jugo por favor – dijo el tatuado, el pequeño japonés asintió aún extrañado y fue hasta la heladera para tomar la botella y servir el jugo en un vaso que pasó después a su amigo. Chester tomó el vaso le dió un pequeño trago y el resto lo tiró hacia atrás mojando a la mujer.— Uy, se me resbaló

La mujer se levantó totalmente sorprendida por esa acción y no era la única que estaba impresionada, Otis conocía a su amigo y supo que lo hizo a propósito mientras que Mike no sabía qué decir ni que cara poner, ya que Chester no era su hijo para regañarlo y tampoco podía regañarlo cómo novio pues era un secreto.

— Nos vamos a hacer la tarea – dijo Otis rápidamente mientras agarraba a su amigo del brazo y lo arrastraba. 

Había silencio en ese cuarto, solo el ruido de las respiraciones de ambos chicos, Otis miraba de vez en cuando a su amigo y este estaba serio contestando las preguntas de su tarea.

— Vas a decirme que pasó allá abajo?

— Llegamos, tu padre nos presentó, se me resbaló el jugo, listo – respondió Chester sin mirarlo y haciendo su tarea. Otis quería decir algo pero no sabía que, empezó a sospechar su amigo actuó raro desde que vio a la mujer parecía… celoso?.

Pasaron dos horas y los chicos habían terminado su tarea, Otis sugirió jugar un poco para distraerse a lo que Chester aceptó.

— Iré al baño, ¿podés poner el juego? 

— Yo iré por agua 

— Ah okey, nos vemos aquí de nuevo – ambos rieron y cada uno siguió su camino, Otis entró al baño mientras Chester bajaba las escaleras.

Chester fue a la cocina y agarró una botellita de agua, estaba por volver a subir hasta que escuchó un carraspeó.

— ¿Qué fue eso Chazz? – preguntó el japonés mirándolo.

— Se me resbaló y ya – respondió sin voltear, Mike se acercó a él y lo tomó del brazo arrastrándolo a la cocina.— En está casa todos te arrastran del brazo?

— Más o menos – respondió Mike mientras lo levantaba y lo sentaba sobre la mesa.— Así no escaparas… Ahora dime porque lo hiciste? Actuaste cómo si estuvieras…

— Celoso – interrumpió el rubio.— Pues si! Si lo estaba! Y que?! 

— Shh no grites – susurró.— Ella solo es una compañera del trabajo no tengo nada con ella y tampoco me interesa tenerlo, yo ya tengo a alguien y lo amo

Ante esas palabras Chester no sabía que decir, sin mencionar que las últimas palabras que había dicho Mike hizo que se sonroje y sonriera cómo bobo.

— ¿Me amas? 

— Cómo no tienes idea – respondió Mike y se acercó a darle un dulce beso, que Chester no dudó en corresponder mientras lo abrazaba por el cuello. Mike lo pegó más a él haciendo que ambas partes se juntaran, querían hacerlo no podían negarlo pero no podían…— Otis puede bajar 

— Si lo sé… ¿Cuándo volveremos a estar pegados?

— Algún día Chazzy, si es necesario nos encierro en mi cuarto

— Estaré esperando – iban a besarse cuando escucharon ruidos, Mike se separó rápido pero omitieron algo.

— Chazzy es… ¿Qué haces arriba de la mesa? – preguntó y luego miró a su padre.— ¿De que me perdí?

— Cuando entre lo encontré así – respondió Mike sin querer parecer sospechoso, Otis miró a su amigo y este levantó los hombros. El pequeño japonés sentía que algo le ocultaban.

Sin estar completamente convencido subió con su amigo las escaleras y se pusieron a jugar un rato hasta que se hizo hora de que Chester se fuera.

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