NARRA PEDRI
Ahí estaba.
Como un maldito perro faldero.
Con unas gafas de sol y la capucha puesta.
Le había cogido el coche a mi hermano para pasar desapercibido y poder llevarla a su nueva audición.
Cada vez que se enfrentaba a Julia y la dejaba por los suelos, tenía que admitir que me ponía cachondo hasta no saber como se respiraba.
La estaba esperando en el coche, justo delante de su casa.
Julia no se iba de mi casa, hasta Fer estaba hasta los cojones de ella.
Y le había dicho que hoy tenía fisio más temprano, aunque me costó un poco que me creyese.
Fer me había cubierto.
Vi salir a Maddy por la puerta, buscándome con la mirada y todos mis pensamientos desaparecieron.
Llevaba un vestido lila pastel corto y ya quería quitárselo.
Me vio y frunció el ceño al ver el coche y las gafas de sol, pero no dudó en correr hacia la puerta del copiloto y subirse.
Sacó sus gafas de sol del bolso y se las puso.
- ¿Vamos de incógnito hoy, love? -me sonrió.
Estaba de buen humor.
Perfecto.
- Ya sabes como están las cosas, ¿a dónde vamos? -pregunté arrancando el coche.
Ella me dijo la dirección y se acomodó en el asiento.
- ¿Qué tal con Julia? -preguntó mirando al frente, pero vi su sonrisita.
- Se ha instalado en casa y mi hermano ya quiere tirarla por la ventana. -contesté y la escuché reír.
- Qué pena. -murmuró, pero no le daba pena ninguna.
- ¿Y tu? Sira le contó a Ferran que ese nuevo fotógrafo ligó contigo. -estaba muy picado por eso, pero no iba a admitirlo.
- ¿Celoso, love? -esta vez me miró, no veía sus ojos con las gafas, pero sabía su color de memoria.
- Sí. -se le borró la sonrisita.
- Si tanto te preocupa, puedes quedarte hasta que termine la sesión, no creo que te digan nada por estar ahí. -se encogió de hombros y yo me sorprendí.
Algo había cambiado.
No sabía si había sido la noche que habíamos pasado juntos o qué, pero algo estaba diferente entre nosotros, había otro sentimiento a parte del odio, y este se estaba retirando poco a poco, sin dejar mucho rastro.
- Te llevaré a comer después. -no era una pregunta.
Ella volvió a reírse, pero no se negó.
Llegamos un rato después a la dirección y ella se colocó el pelo antes de salir del coche.
Estaba muy celoso, mucho.
Tenía que relajarme, ni siquiera conocía a ese chico.
La seguí dentro y dejé que ella se encargase de todo.
Una chica muy amable nos llevó hasta una sala, llena de ropa y con un fondo negro muy bonito que estaba seguro de que iba a resaltar los ojos y el pelo rubio de Maddy.
Nos informó de que el tal Hugo no había llegado pero que no tardaría mucho.
Me dejé caer en un sillón enorme que había en una esquina.
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Strangers +18 - Pedri González
FanfictionMaddy, la hermana de Mikky y cuñada de Frenkie se muda a Barcelona después del desastroso final en su última pasarela en Nueva York. Personas nuevas, mundo nuevo. Un extraño que no sabe servir una cerveza, de ojos marrones y con acento canario puede...