Cap. 04: El dios desterrado

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Tras una buena siesta reparadora, desperté con la espalda destrozada del frío y duro suelo de la cueva, pero aun así descansé mejor que la arena de la playa. Lentamente fui abriendo los ojos e incorporándome hasta ponerme de pie.

- ¿Roy? ¿Estás despierto? - preguntó una voz inconfundible.

-Eso parece. - Respondí acercándome.

Y allí estaba Bella, sentada en la entrada de la cueva mirando hacia el cielo, su pelo oscuro se bañaba en la luz de la luna emitiendo un brillo tan bello como la sonrisa de mil bebés, su esbelta figura se dejaba ver entre los cortes de su sudadera y sus magníficos ojos marrones reflejaban a la misma luna, en su delicado rostro pude ver una inocente sonrisa llena de ilusión y esperanza.

-Estaba muy preocupada por ti, todavía no has comido nada.

Me senté a su lado y apoyé mi espalda en la suya.

-Ya lo sé, pero lo extraño no es eso, lo extraño es que no siento hambre, ni sueño, ni sed, solo he dormido porque necesitaba que mi mente se despejara, desde que hemos llegado a esta isla, siento que ya no es nada como antes.

-Ya te había pasado antes ¿No lo recuerdas? - Dijo Bella con una leve risa.

Su voz era tan suave y dulce como la miel, pero sus palabras eran más desconcertantes que un problema de matemáticas.

- ¿Recordar el qué? No sé a qué te refieres.

-Si no te acuerdas es porque no merece la pena ¿No crees?

-Tienes razón, pero no me estás diciendo la verdad, llevo sin ver a Bella dos días enteros, si realmente fueses ella ya estarías tirada encima mía llorando y contando lo mal que lo has pasado. Dime ¿Qué eres?

-Veo que no te lo puedo ocultar, alguien como tú no debe ser subestimado, al fin y al cabo, eres mi igual.

Esas palabras se clavaron en mi cabeza con una enorme fuerza, a pesar de haber notado que no era bella, mi mente era incapaz de procesar que alguien podía hablar conmigo a través de mi mejor amiga y aun existiendo tal ser, no logré entender el motivo de tal cosa.

- ¿Qué quieres de mí? Y ¿Por qué usas a bella para hablarme?

-Ella es un simple comunicador para mí, pero tú eres algo demasiado importante como para dejarte abandonado aquí.

- ¿Importante? ¿Importante para qué?

- ¿Realmente quieres saber cuán importante eres?

Me puse en pie y di algunos pasos para alejarme de ella.

- ¿Para qué te voy a mentir? A mí no me importa lo que me depara el futuro, yo me preocupo por el presente, pero no mi presente, el presente de los que amo es el que me importa, porque ellos son mi presente... y no soportaría pensar que no serán mi futuro.

- ¿Realmente estás dispuesto a sacrificar tu vida para servir a los demás? - Me preguntó mientras se ponía en pie.

Puso en mí una mirada penetrante que produjo un escalofrío por toda mi espalda, sus ojos tenían un tono anaranjado totalmente diferente al de bella, era obvio que un ser superior la estaba manejando como a un simple títere, podía notar en mi cuerpo su poder, como si cargara con el peso de millones de vidas arrebatadas violentamente, una mezcla entre dolor, orgullo y sentido del deber, pero lo que sentí con más fuerza en mis carnes, fue la sensación de sabiduría, mis capacidades de entendimiento y mi percepciones del medio se agudizaron por completo.

- ¿Por qué no iba a estar dispuesto a hacer algo que llevo haciendo toda mi vida? - respondí con mi mano en el pecho.

En cuestión de segundos tras decir eso, todo el poder que sentía en el ambiente se disipó por completo, en su lugar un aura de tristeza rodeó a Bella.

Desterrados: La Leyenda De RoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora