Will Come To Me, Eternally?

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¿Recuerdas el día en que la conociste?, ¿Recuerdas el momento en que supiste que era más de lo que creíste?, ¿Cómo supiste que la amabas?, ¿Porqué?, ¿Ese primer beso?, ¿La primera noche?, ¿La última?, ¿Cambiarías algo?.

(Flashback)
El cabello negro de Summer caía como una cascada sobre la almohada, su lánguida respiración acompañaba su sueño, desnuda dormía de costado, la espalda lechosa se reducía a una atractiva cintura, solo una porción de su cadera estaba descubierta, el resto envuelto en las suaves sábanas, como una escultura griega yacía con su atrapante belleza en la cama, despreocupada del desastre que su desnudez causaba en su compañero. Tras de ella, Iker estaba absorto en admiración, se atrevió a delinear la silueta delicadamente con su índice, la suavidad de la pétrea piel enviaba escalofríos por todo su cuerpo. Una noche de sexo era algo que podía disfrutar, pero esa mañana no quería eso, la quería completa, su cuerpo y su corazón, su piel y su deseo, las tristezas y amarguras, después de esa primera noche juntos él lo supo, como una revelación irrefutable, codició todas las mañanas en su compañía, un eterno deja vu donde ella fuese la constante de sus días y noches. Las caricias fueron relevando el sueño de forma gentil, Summer abrió lentamente sus párpados y se volteó al sentir la poderosa luz del sol emergente, enfrentando a Iker que aún estaba maravillado con ella, abrió los ojos y el acero de sus iris reflejó al hombre con quien tocó el cielo tantas veces la noche anterior, sonrió con genuina alegría de estar ahí, esa mañana, ese día, toda ella una imagen en blanco y negro a excepción de sus labios sonrosados.

- Buen día Doctor Sartré - Susurró traviesa mientras su mano se estiraba buscando caer sobre el abdomen del aludido

- Buen día mocosa.

Iker sintió como su piel ardió con ese simple tacto, llenó sus pulmones de aire, el aroma dulce de su perfume y su piel encendió con urgencia cada esquina de su cuerpo, reptó hacia ella, Summer sin oponer resistencia abrió los brazos, las piernas, y el corazón, para recibirlo. No dejaba de verlo a los ojos mientras él se hundía en ella, mordía su carne y clavaba sus uñas, jamás su nombre sonó tan bien como cuando ella lo gemía, buscaban besarse como si el sabor del otro fuese una droga, las manos enlazadas o sobre la piel del otro, sintiendo cada vaivén de sus cuerpos en perfecta sincronía.
(Fin del Flashback)

El sexo es lo que es, es bueno o malo por sí solo, es la base de una receta a la cual los ingredientes hacen exquisita, el amor, es uno de los más cotizados y difíciles de encontrar, sin duda lleva el sexo a otro nivel, pero en exceso todo ingrediente termina arruinando el plato, y ahí es donde un tercer y poco reconocido ingrediente se hace notar, la química, solemos negarla o minimizarla, sin embargo, el sexo entre amantes donde no hay química, jamás será digno de glorificar, tu mente y corazón puede decir que sí, pero el cuerpo no dejará de sentir que algo falta, el balance de los tres es difícil de lograr, pero ellos lo tenían dominado, lo tenían todo. Iker recordaba cada orgasmo que había sentido con ella, la sensación de como su corazón se detenía unos instantes entrando por última vez en su interior, el pálpito de sus genitales sobrecargados de placer, toda su piel ardiendo de gozo y ella convulsionándose mientras balbuceaba ininteligibles improperios en su delirante éxtasis. Aún así, eso no era todo.

(Flashback)
Esa tarde Iker recordó aquel nefasto día laboral, había tomado hacía años el caso de un pequeño nacido con una serie de malformaciones congénitas, sus padres lo llevaron ante él como último recurso antes de rendirse absolutamente, Iker tomó el caso como algo personal, no solo invirtió una enorme cantidad de tiempo en investigar innovadoras formas de darle una vida nueva con la mejor calidad posible, armó un equipo médico con los mejores colegas, luego de tres años y más de treinta intervenciones el joven fue dado de alta, con toda la vida por delante y sueños en su mente, años después Iker tomó por primera vez vacaciones, aquel viaje con sus amigos y Summer, el día en que regresaban, llegó un mensaje desesperado de la madre del chico, estaban en el hospital pues él tenía un grave dolor abdominal, la única forma en que Iker pudiese llegar a tiempo era detenerlo o tomar el puesto del piloto del avión, ninguna de esas alternativas eran factibles. Lo primero que hizo al llegar al aeropuerto fue dirigirse rápidamente al hospital, corrió por los pasillos hasta la sala de espera, identificó las espaldas de los padres y se acercó, el mundo se cayó en pedazos cuanto vio sus rostros desgarrados de dolor. Una "simple" apendicitis que se volvió sepsis terminó con su paciente, un muchacho que quería como un sobrino, todo pareció oscurecerse. Al salir del hospital enfrentó al cielo esperando la lluvia, la única forma de llorar era bajo la lluvia, una tontería para otros, vital para un hombre que le es tan complejo exteriorizar sus dolores, pero la lluvia no llegó. Constantemente daba malas noticias, prestaba siempre su hombro para dar consuelo, las muertes eran tristemente común en su labor, pero esa, esa se llevó un pedazo de él. Llegó a casa, Summer estaba desempacando, pero al instante se detuvo dejando caer la prenda que sostenía al ver a Iker hecho un desastre, una bomba de dolor, tomó su mano y lo guio al baño, abrió la llave y la regadera inició su trabajo, sin soltarlo se sentó en el suelo bajo la lluvia artificial, él en silencio la siguió, aún vestidos ambos estaban sentados bajo la regadera, unos instantes fueron necesarios para que él estallara en llanto, el agua mezclándose con sus lágrimas, el silencio dándole espacio a sus sollozos, Summer lo envolvió en sus brazos y acarició su cabello mientras él descansaba su cabeza sobre su regazo.
(Fin del flashback)

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