Capítulo 18

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Michael se deslizó por el suelo en cuanto los disparos comenzaron, lanzó una mesa y la puso como barricada para poder protegerse de las balas.

Todas las personas salieron huyendo llenas de pánico y con gritos mientras estos se disparaban unos a otros.

Él estaba agitado, esa mesa por más metálica que fuera no lo protegería por mucho tiempo.

Volvieron a intercambiar disparos y después se detuvo para recargar.

Michael: ¿Y la heroína de turno donde se supone que está? —jadeó con sarcasmo mientras cambiaba el cartucho—

X: ¡Ven acá putito, no te haremos nada! — exclamó uno que llevaba un bate de béisbol en manos—

Michael: ¡¿Y por qué no vienes tú solo?! ¡¿es obligatorio venir con todos tus esposos de compañía?!—rechistó y apretó los labios al disparar su arma nuevamente.—

Volvieron a intercambiar balas hasta que los dos bandos se quedaron sin munición.

Michael: ¡Me lleva la mierda! —gruñó raspando la voz por el enojo—

Los tres hombres tomaron lo que pudieron menos el de bate. Uno tomó una botella de whisky y la rompió para usarla de arma, el otro sacó una navaja y Michael solo se colocó una manopla en los nudillos.

Era momento de un combate cuerpo a cuerpo. No obstante, el del bate fue noqueado sorpresivamente por Henry quien le pegó con una silla en la cabeza.

Parecía que también el venía de un encuentro pues estaba desaliñado, con golpes y agitado.

Michael: ¡BIEN HECHO VIEJITO!

Ahora sí, eran dos contra dos.

[• • • •]

Mientras tanto...

— Agh... Carajo. —gruñó con dolor al intentar cambiar el vendaje en su costilla—

Había mucha sangre en las vendas, al parecer las heridas eran más profundas de lo que pensaba.

— Esa ingrata...se aseguró de herirme antes de la luna roj-...

De repente, flashbacks golpearon mi mente, era como si de la nada estuviera viendo visiones...

¿Pero era real?

Sentí un fuerte mareo y entre tantos parpadeos mentales logré ver una imagen...

Una silueta oscura surgiendo de las llamas de lo que parecía ser el mismo infierno.

Detrás de una máscara negra y agrietada, podía apreciar ojos flameantes...

— ¿Ángela?

No... No era ella, era una silueta masculina que estaba mirándome a lo lejos, acechandome a la distancia como depredador a su presa.

—Jadear—

Las llamas ardían más y más y esa imagen se acercaba con cada flash hasta que de golpe volví a recuperar la consciencia. Mi respiración estaba agitada, mis ojos dilatados y mi cabeza seguía mareada.

— Algo no está bien.

Salí del baño con prisa, Andrew y Amanda me detuvieron antes de llegar a la puerta.

Andrew: Rai ¿Que pasa? —preguntó extrañado mientras me sostenía—

Amanda: estás sudando. —dijo preocupada—

Kitsune Raiden VOLUMEN 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora