CAPÍTULO 28 "JAZZ POR AQUÍ, PROBLEMAS POR ALLÁ"

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"Y tú tienes una sonrisa que puede iluminar toda esta ciudad"

—Taylor Swift.

Oliver.

Despertarse temprano.

Posiblemente las peores dos palabras que pueden existir.

Odiaba despertar temprano, y es que es horrible. Veámoslo así, duermes un rato, te despiertas y encima a las 7 de la mañana.

Qué ganas de malgastar el día.

Pero no era un día cualquiera ese era el día de la excursión.

Cada año la preparatoria organizaba una salida entre estudiantes, estudiantes de último año, los llevaban a museos, parques o lugares turísticos de Queens o de Nueva York. Esto a escasos días de salir de vacaciones navideñas.

Ese año al ser de la generación que iba de salida, nos tocaba la dichosa excursión, podía decidir no ir y la verdad es que no lo hubiera hecho. Siempre es bueno quedarse un rato más en la cama. Si no fuera porque cierta personita de ojos cafés fue demasiado—poco— insistente en que firmara el permiso para que la acompañara, esa mañana seguiría durmiendo, pero no, ya me estaba vistiendo.

Seamos sinceros, Camile podía ser muy entusiasta cuando me pedía algo y yo por verla feliz aceptaba.

Antes de empezar a arreglarme le mandé un mensaje a Camile.

Yo: Holaaaaa, me dijiste que te mandara mensaje en cuanto me despertara para que te levantaras.

Yo: Claro que sí, Camile sigue dormida.

Yo: Cariño en serio, ya levántate.

Como no me respondió seguí en lo mío, no la quería despertar, si yo me quejaba y tardaba en despertarme temprano, ella podía menos y no la culpaba, nadie jamás se acostumbra a eso.

Me puse algo sencillo, un pantalón de mezclilla negro, con una playera blanca y una chaqueta de mezclilla negra encima.

Me puse unos anillos y me acomodé el cabello.

Tomé mi mochila, y mi celular, el cual vibró cuando lo tomé. Era Camile.

Camile: No lo olvidé *stiker de un perrito dando brinquitos en una cama* solo que estaba desayunando.

Yo: *stiker de un perro con un signo de interrogación* ¿Segura?

Camile: No. Buenoo, sí me quedé dormida, pero ahorita en corto sale.

Yo: JAKDJAKJA.

Camile: Síguete riendo y te dejo la boca roja de un golpe.

Yo: Por mi déjamela boca roja de un beso.

Camile: *stiker de un perro con una mirada inexpresiva* Ok Oliver.

Yo: Admite que es mejor opción ;)

Camile: Pues cada quien, yo sigo prefiriendo el puñetazo.

Yo: troste ):

Camile: JAJAJJAJAJAJAJAJA.

Yo: Mejor te dejo arreglar, yo ya voy a salir para la escuela, te veo allá. Con cuidado y te quiero <3

Camile: Sipi, te veo allá. Te quiero más y no estés troste *stiker de besito*

Yo: *stiker de un corazón*

Después de esa conversación salí de mi cuarto, tomé una manzana del frutero y la bufanda gris de siempre. Salí de mi departamento, mi mamá no estaba, había ido a trabajar desde temprano, así que al salir de mi edificio avancé a la estación del autobús y esperé a que este pasara.

El chico de la bufanda grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora