robando corazones

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¿Cómo inicio esto? Para empezar, no fue idea mía escribir acá en primer lugar. Isabel me obligó en escribir la forma de cómo conocí a Christian solo porque dice que, "la forma en que lo conocí es básicamente una premisa de wattpad".

Pues bien, trataré de que esto sea lo más interesante posible.

Todo esto empezó en febrero último año de preparatoria, lo recuerdo bien porque apenas iba empezando el mes y estábamos en inicios de segundo semestre. Pero, aunque fuera inicios de este; el maldito vejete de Santana, el profesor de física hacía exámenes haciendo de las suyas reprobando a gente a diestra y siniestra.

Íbamos saliendo, Renata y Sofía salieron del examen agotadas; Evelyn fue directamente al baño nerviosa; quería darse su tiempo para analizar lo que había puesto en las respuestas; Isabel y Alexandra salían llorando y Paulina estaba...pues, ella había ido a comprarse un sándwich por la ansiedad.
Bueno, iban saliendo ellas, ese día quise ser feliz y saltarme esa prueba, no me importaba mucho no tener calificación, la verdad no me interesaba la mayoría de las clases, siempre faltaba a casi todas. No eran interesantes.

Ese día iba llegando de mi casa, el metro había estado bastante vacío así que estaba relativamente feliz. Caminaba con alevosía y, ¿A quien engaño? Estaba hecho un asco, no había dormido bien porque ese día tenía que entregar una tarea de la odiosa de la profesora de historia.
En ese momento lo menos que quería era sufrir con un examen todo feo como los de Santana.
Estaba llegando frente al salón cuando las vi salir destruidas. Ahí comprendí que el sexo no era lo único que te agota tanto, también los exámenes.

-¿Y esas caras largas?-me iba sentando en un lugar libre. Varios compañeros iban progresivamente saliendo de la misma forma que ellas, desamparados.

-Viejo piojo, ojalá se pique la cola con sus resultados. A ver si cuando lo califiquemos en marzo va a andar así de graciosito con sus exámenes todos feos.- Isabel estaba enojada, lloraba enojada. Ella era el mayor hater de ese profesor, si el profesor tenía un millón de haters, ella era uno de ellos, si tenía diez, ella era la décima de ellos, si solo tenía uno -que claro, existía más de uno- era ella; y si no tenía ni uno solo; era porque había muerto o la habían silenciado. En resumen, ese señor respiraba y la transtornaba.

-Literal, ese tipo solo arruina vidas, ¿Por qué de todos los profesores nos tuvo que tocar este?- sofía se acostaba sobre su mochila, no podía creer que toda la estabilidad emocional que tenía se la haya apachurrando un examen todo pinchurriento. La verdad yo sí creo eso, por eso ni fui a la hora del examen, sabía que no iba a poder. ¿Qué les digo? Sabía mi destino y no le quise jugar al vergas.

-Aish, osea, ni enseña. ¿Cómo quiere que le entendamos?-alexandra andaba replicando. No la vamos a describir, me cae mal porque una vez no me ayudó con una tarea de inglés. Yo soy su hater.

Las demás igual se andaban queje y queje, pero como me da un chigno de hueva escribirlo y porque no les puse ni la mitad de atención por andar molestando a Isabel de que se iba a ir a extraordinario.
Luego de hacerles burla un rato y que me golpearan, decidí irme.
No había mucho que hacer, las clases ya habían terminado y era un viernes al mediodía. Era buen momento para desaparecerme.