Astronautas

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NOTA ANTES DE LEER: los personajes han sido humanizados en esta versión y rondan entre los 16-17 años, por lo que algunos detalles pueden no ser compatibles con su versión de la serie, gracias por su atención.

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Dar por hecho a las personas no era precisamente algo que hiciera a menudo, al menos no desde que era niña, aprendió (quizá no de la mejor manera) que las personas eran temporales y que podrían salir de su vida con la misma facilidad con la que entraban en ella, que no había nada que pudiera hacer para impedirlo porque que así debían de funcionar las cosas.

Tenía seis años cuando lo aprendió, significandole entonces una enorme sorpresa que algo tan simple como la amistad pudiera esfumarse sin decirle adiós de la noche a la mañana. Con seis años se es muy joven para asimilar las ausencias repentinas pero a su propio ritmo lo fue entendiendo. Un segundo golpe de realidad podría decirse que fue el fallecimiento de su abuelo entrando ella en la pubertad, pero incluso si ya no era la misma niña juguetona de antes había sido una experiencia nada grata y que le tomó desprevenida (pese a las incesantes señales de que tarde o temprano sucedería).

No era propio de ello dar por hecho que las personas estarían ahí por siempre, pero aun así inconscientemente llegaba a confiarse demasiado.

Debía de haberlo sabido mejor que nadie, la gente se va sin importar cuanto los puedas querer, el amor no es una cadena que te conecta eternamente a otra persona es un simple sentimiento y por naturaleza los sentimientos son volátiles, además, la vida nunca fue galardonada por priorizar las emociones, la vida no era sino un huracán de diversos sentires que iban desde la culpa a la vergüenza, del dolor a la miseria. Debería de haber estado preparada para enfrentar cualquier adversidad venidera si se suponía que tenía eso en cuenta.

Pero no bastó con tenerlo en cuenta, aun con ello en mente le dolió.

Quería contener las lágrimas pero era imposible considerando lo fuerte que le pegó la noticia, sintiéndose como una patada en la entrepierna o una dura bofetada. Era imposible estar tranquila considerando la gravedad de la situación.

—¿Te vas a ir? —cuestionó en un hilo de voz, sintiendo sus propios labios temblando mientras pronunciaba esas palabras.

Por supuesto que él percibió lo dolida que se encontraba, él también se sentía bastante mal por tenerle que decir eso cuando nunca estuvo en sus planes a futuro que llegase el día donde tuviera que decir algo como eso, pero así eran las cosas, nadie podría haberlo predicho y por causa de ello es que estaban tan mal, ¿a donde los llevó al positivismo sino a la decepción?

Dando una amplia bocanada de aire, apretó con fuerza las cadenas del columpio.

—Sí. Mi papá dice que será bueno para todos.

—Pero...

—No puede negarse, su nuevo trabajo le paga bastante bien y pondrán la casa en venta este fin de semana.

Hacía rato que Bluey había dejado de moverse en el columpio pero entonces se había quedado paralizada por completo, repitiendo las palabras en su cabeza hasta que se le hicieron increíblemente densas.

Giró la cabeza y clavó los ojos sobre Mackenzie.

—Eso es injusto.

Él se negó a observarla, ocupándose en seguir columpiandose para impedir así cualquier contacto visual.

—La vida es injusta Bluey, no hay nada que se pueda hacer.

Lo sabía, pero eso no quitaba que doliera.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2023 ⏰

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