- ¡Atenea! ¿Me escuchas? ¡Esto no es un cocodrilo! Acaban de ver cómo me engulle un ser que dejó de existir hace millones de años.
- ¿Es que ya no existen mosasaurios en Midgard? - preguntó una voz masculina.
- ¿Qué? ¿Quién eres?
-Yo soy tu tío, Poseidón, siento la confusión, en Alfheim no hay cocodrilos de agua salada.
-Bueno no pasa nada, ya solo queda llevarme con Atenea ¿Sabe este dinosaurio llevarme a ella?
-Sí, estás cerca, aguanta unos segundos más.
Y exactamente como Poseidón dijo, se dejó de escuchar el agua y el mosasaurio abrió la boca dejándome salir y soltando el trozo de cabina, el leal animal salió a la arena de la playa para hacerme más ameno el camino, al salir de él cerró su boca con fuerza haciendo que hasta el último vello de mi cuerpo se pusiera de punta. Al darme la vuelta se fijó en mí con una mirada tan fiera como aterradora.
-Gracias. - le dije acariciando la punta de su nariz.
Hizo un sonido similar al maullido de un gato gigante y volvió al agua torpemente como el animal sin patas que era. La gigantesca bestia se sumergió en el agua y desapareció de mi vista.
-Era más grande que el avión... Yo flipo con lo que está pasando, lo juro.
-Roy, deja de hablar solo y ve a ayudar a tu hermana, está dentro del bosque. - dijo otra voz masculina totalmente diferente, esta era más aguda que la de Poseidón, pero aun así muy grave.
-Vale, vale. - dije entrando en el bosque descalzo y sin pantalones.
-Lo que me faltaba, escuchar voces, porque me acaba de comer una especie extinta que si no, te prometo que pensaba que me he vuelto loco.
Al entrar en el bosque, vi a Atenea con su espada de nuevo, pero parecía estar amenazando con ella a alguien, corrí hacia su posición y me coloqué tras ella. Un joven adolescente de unos dieciocho años estaba tirado en el suelo con la espada de Atenea en la garganta, estaba muerto de miedo, sin camisa y con los pantalones desgarrados, sus ojos azules reflejaban la hoja de mi hermana y el miedo que le infundía.
- ¿Qué pasa aquí Atenea?
-He encontrado a la criatura que buscaba, ahora tengo que acabar con él.
- ¿Vas a matar a un niño? ¿Qué ha hecho?
-Su familia se escondió en Midgard tras la prohibición de las criaturas mágicas, ahora él debe pagar por ello.
-Espera ¿ese decreto no es de hace más de dos mil años? Este muchacho tiene pinta de ser hasta más joven que yo ¿Cómo le vas a juzgar por algo así?
-Roy las familias que se quedaron le pasaron el legado de ser perseguidos a sus sucesores, él pertenece a un linaje marcado por tal pecado, solo los dioses pueden librarlo de ese pecado, pero ninguno queremos hacerlo, liberarlo significa que siga viviendo entre los humanos poniéndolos en peligro.
Atenea empuñó su espada con las dos manos y se puso sobre el chico, rápidamente extendí mis manos y de ellas salió una ráfaga de luz que hizo desaparecer la Espada de mi hermana.
- ¿Qué has hecho? - me preguntó tras quedarse boquiabierta.
-No lo sé... pero me vale, porque no voy a permitir que se haga eso.
- ¿Cómo qué? ¿Qué? ¿Has hecho desaparecer mi espada? - me pregunto totalmente confundida.
- ¿Sí? ¿No? ¿No la he destruido? No lo sé, pero no pienso permitir que lo mates.
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Desterrados: La Leyenda De Roy
عاطفيةLa legendaria historia de un ser capaz de transcender a los poderes conocidos en el universo, pero se ve superado por el amor que siente por sus compañeros, una historia llena de aventuras, diversión y tristeza, el primer tomo de una leyenda