School luv affair ♡ YoonTae

Lección nº11

Con el corazón en un puño, los dos adultos se dirigen al hospital, han ido en cuanto las clases han acabado, no debían escaparse de su puesto de trabajo.

El interior de Yoongi es un bonito caos, no entiende cómo alguien en pleno siglo XXI ha podido sufrir de desnutrición en un país que se supone que es desarrollado, dónde, aunque tengas más o menos capacidad económica siempre hay recursos para la alimentación, incluso podrías vivir de comer arroz.

La enfermera de recepción les avisa de la habitación de Taehyung y se dirigen raudos hacia ella, quiere verle ya.

Al llegar llaman con timidez, pero nadie les responde, así que, deciden entrar encontrándose una imagen del pelirosa que les parte el corazón a los dos. Está completamente pálido, su imagen perdida en algún punto de la habitación, se le marcan demasiado los pómulos.

Desvía sus ojitos cansados a Yoongi y los abre por la sorpresa, poniéndose a llorar en ese mismo instante, a lo que el mayor, sólo corre a abrazarle.

Por mucho que quiera, no pueden abrazarse ahí y Taehyung débilmente lo aparta, sonriéndole con pena por haberlo hecho, pero es lo mejor para todos, nadie puede ver su relación prohibida con un profesor.

- Taehyung – Empieza Namjoon - ¿Cómo has llegado a estar así?

- La dieta se me fue de las manos – Dice intentando parecer gracioso – Sólo quería verme más delgado y mira.

Yoongi niega con la cabeza, nadie en este mundo se desnutre a esos niveles por hacer dieta.

- ¿Por qué estás solo? – Pregunta el pelinegro - ¿Nadie cuida de ti?

- Sí, mi madre – Responde sin mirar a Yoongi – Pero ahora mismo está en la iglesia.

- ¿Qué clase de madre deja a su hijo en este estado por ir a misa? – Pregunta Yoongi totalmente incrédulo – Yo me quedaré a cuidarte.

- No, hyung – Taehyung niega con la cabeza – Debéis marcharos.

- Llámanos si necesitas algo, pequeñajo – Sonríe Namjoon – Ahora el profesor cabezota y yo nos marchamos, recupérate pronto.

- ¿Qué? No – Rechista el pelinegro – No me voy a ir de aquí.

- Tú vas a hacer lo que yo te diga Min Yoongi – El semblante de Namjoon es tan jodidamente serio que le obliga a tragar duro – Y nos vamos en este puto momento.

Ambos se quedan locos con la respuesta del moreno, que siempre tiene buena cara y utiliza palabras dulces y respetuosas, así que, Yoongi asiente sin siquiera pensarlo. Aunque antes, deja un leve y efímero beso en los labios del menor.

- Te quiero – Le susurra bajito en sus labios.

- Y yo – Responde casi en un hilo de voz.

Yoongi pestañea rápido para no llorar, por verle así de destrozado y no poder hacer nada para ayudarle.

Una vez en el coche del pelinegro, Namjoon suspira hondo y Yoongi le imita, relajándose convenientemente ambos de comenzar la conversación.

- Yoongi, ese niño sufre de maltrato familiar – Dice Namjoon, confirmando todas las sospechas que tiene – No sabemos si aparte de su madre tiene a alguien más, y si no lo tiene, es ella la que le ha llevado a este nivel de enfermedad.

- Me resulta tan difícil de creer que una madre pueda hacer eso con su propio hijo – Murmura agachando la cabeza – Probablemente fue ella la que le hizo los hematomas.

- Correcto, Taehyung la protege y solo él sabe la razón por la que lo hace – Continua el moreno – Pero debemos ser cautelosos con todo esto, tú eres profesor y él alumno, si nos coge, te denunciará y perderás tu trabajo, a él lo expulsarán y jamás podrá escaparse de ella.

- ¿Tendrá padre? – Se pregunta Yoongi – Podemos intentar buscarlo.

- Mi primo Seokjin es detective privado, le comentaré el caso y averiguaremos todo lo posible – Namjoon agarra las dos manos del pelinegro – Sólo te pido Yoongi, paciencia y temperamento, debes comportante como un adulto, esto debe ser silencioso.

- Lo sé, pero...

- No vas a volver a verle hasta que vuelva a clases, debes entender que, si te encuentras con su madre, acabarás estallando y todo se saldrá de lo planeado – Le explica el menor – Dame un tiempo que lo averigüe todo, por favor.

Con todo el dolor de su alma acepta, sabe que esto es una carrera de fondo y que ganará el que más tiempo aguante.

Se ha propuesto proteger a ese lindo niño del mal con el que vive, e intentará con todas sus fuerzas no reventarle la cara a esa señora, que poco le importa que sea una mujer, por dejar que su hijo sufra de esas maneras.

Dentro de la habitación, el color ha medio regresado a las mejillas del menor, que se encienden al recodar el lindo Te quiero que le ha regalado Yoongi, eso acelera su corazón y le hace tener ganas de recuperarse pronto.

Es consciente de que la excusa de la dieta no le ha valido una puta mierda, pero no puede hacer nada más, su madre no tiene culpa de ser así, se dice a sí mismo. La mencionada entra por la puerta, dando un portazo seguidamente que le asusta, a saber, por qué está cabreada ahora.

- El maldito médico dice que no nos podemos ir a casa, que mínimo una semana más aquí – Le dice enfadada - ¿A qué te dedicas? ¿Sólo vives para torturarme?

- Puedes ir a casa madre, las enfermeras cuidarán de mi – Murmura asustado – No tienes que quedarte aquí si así lo crees necesario.

- ¿Y que tus amiguitos maricones vengan a darte por el culo? Una mierda niño desagradecido y desviado – Escupe, irritadísima – Tu padre y tú sólo merecéis castigos en el mundo, a suerte que tienes ahora es que te están dando de comer por una vía, pero no te mereces ni eso, acabarás ardiendo en el infierno por maricón.

Lágrimas de frustración en sus ojos, silencio absoluto y un corazón hecho miles de añicos, ni el recuerdo de Yoongi, puede apaciguar las absolutas ganas de morirse que tiene.