El Gran Premio [ Charles Leclerc ]

Capítulo 2 - El dolor nunca se fue.

Respiré hondo.

Quería calmarme y dejar de llorar.

Estaba en un baño público y cualquiera que entrase me vería soltar lágrimas como una desconsolada.

Había sido demasiado para mí. Su cara de felicidad y emoción cambió a dolor y sufrimiento, únicamente por que me vio.

No quería que su recuerdo conmigo fuese un mal recuerdo. Yo nunca quise haber acabado así. Pero sucedió, y ahora tenía que soportar las consecuencias.

Me levanté y me miré en el espejo. Tenía todo el rimmel corrido y los ojos rojos. Con un poco de jabón y papel pude disimular mi maquillaje arruinado, decidida a salir de nuevo fuera.

Miré el reloj, habían pasado 30 minutos desde que me fui de la celebración, así que supuse que ya habría acabado y tenía que ir a ver a mi hermana para felicitarla.

Abrí la puerta lentamente, mirando hacia ambos lados antes de salir.

No había "peligro" ni nada fuera de lugar. Tenía tanto miedo de encontrármelo de cara que mi corazón seguía latiendo potentemente.

Y repitiendo la historia, me volvía a encontrar yendo hacia Alfa Romeo, con la única excepción de que ahora él si que sabía que me encontraba por aquí.

Abrí Twitter mientras caminaba. Miles de temas y polémicas aparecían en mi muro, hasta que vi una que me llamó la atención.

"La princesa de Mercedes regresa. La hija del jefe técnico de Mercedes-AMG Petronas F1, Katherine Wolff, modelo e influencer, ha sido vista por las distintas áreas del paddock de este Gran Premio de Bahrein después de no ser vista por más de 6 años merodeando por estas zonas. ¿Será un regreso definitivo?"

Junto a un adjunto de fotos mías sacadas por fans o desde lejos.

Había sido muy ilusa al pensar que podría venir a la carrera, estar a mano derecha de mi padre durante toda esta y salir a observar el podio sin ser vista ni fotografiada. Estaba claro que él se iba a enterar.

Ahora lo único que me apetecía hacer era ir al aeropuerto e irme de nuevo a Nueva York y olvidarme de toda esta mierda.

Escuché una voz a mis espaldas. — ¡Kath! Al fin te encuentro, llevo buscándote desde hace 15 minutos.

Me giré lentamente, viendo al español viniendo a toda mecha.

El moreno paró en frente de mi, escaneando mi cara detalladamente y dándose cuenta de mi estado.

— ¿Estás bien?— Me preguntó, colocando su mano en mi hombro.

No respondí. Las ganas de llorar volvieron a mi ser, teniendo pequeños espasmos mientras lágrimas volvían a amenazar para salir.

Finalmente Sainz me abrazó, pasando su mano arriba y abajo por toda mi espalda. —Tranquila, cálmate y respira hondo.— Intentaba ayudarme. — No quisiera ser entrometido pero, ¿Estás llorando por que Leclerc y tú os visteis o me equivoco?— El español dio en la diana.

Asentí levemente, separándome de el.

— No importa, se me pasará, ¿Por qué me estabas buscando?— Recordé que hace unos instantes el chico me buscaba como loco.