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Pablo Aimar era sumamente lindo, tenía rulos castaños sobre su cabeza, qué eran imposibles de domar con un cepillo o peine, lunares por todo el cuerpo pero uno particular en su cachete izquierdo, muy cerca del labio, la piel blanca, estatura baja y voz suave, con el acento cordobés bailando en cada una de sus palabras.

Javier Saviola tenía otro tipo de belleza, piel de un tono morocho más suave, el pelo corto y un poco más oscuro, un poco más alto que Pablo, sonrisa cuadrada y un destello de picardia en los ojos, dos lunares faciales qué lo hacen llamativo, contrario a él, era sumamente sociable en toda regla, vivía rodeado de gente y siempre disfrutaba la atención.

Diego... tenía salud y una cabeza que parece de frutilla, pelo castaño tirando a un rubio oscuro, ojos penetrantes y chistes que solo pueden hacer reír a tu abuelo ultra conservador. A él particularmente le gusta pero más de una vez escuchó a Javi decir que si no fueran amigos no lo tocaría ni con un palo.

Y ¿él? si le preguntan a su mamá, ella diría que sí, ¿le preguntas a Martín? le respondería con un "te re doy" y sus amigos siempre le dicen que es muy lindo, pero Marcelo no se tiene esa estima a su aspecto físico en ningún sentido.

Tiene el pelo incontrolable siempre, cuando lo tiene largo es complicado de atar y cuando se lo corta se le forman unos rulos horribles, su figura no sigue una línea pero tampoco se le forman curvas, su altura se podría considerar promedio y su piel es bastante oscura en comparación de la de sus amigos. Marcelo es todo menos sobresaliente y así le gusta que sea.

Prefiere pasar inadvertido entre los y las alfa de su facultad, pero si tiene dos amigos omegas y un beta, es obvio que algunos de acercan a donde están ellos, como Demichelis no forma parte del grupo, debe actuar de protector y alejar a todo aquel que se les acerque, ganándose una reputación de que es muy violento - qué lo es -.

Así que, no tiene sentido cuando, un día de tranquilidad en la biblioteca, Juan Román Riquelme, amigo íntimo de Aimar, se le acerca y dice:

──Necesito que me ayudes con algo...

──Chupala, gil.

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¡Ayudame! | Bover.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora