Capitulo 15

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Khristeen

Cuando entramos a nuestra habitación, sus manos rodean mi cintura y la agarran con fuerza, mientras sus labios buscan los mios. Me besa de una forma tan malditamente agresiva que mis labios arden. Nuestras lenguas chocan tocándose con destreza y la tanga se me humedece al instante, deseo que arranque la tela de lo que tengo puesto.

Siento el calor de sus manos a ambos lados de mi cara. Amo la manera en que me toma, con una determinación que me hace temblar de anticipación. Baja sus manos hacia mi trasero y lo sujeta con fuerza, como si nunca quisiera soltarme. Enganchó una de mis piernas sobre su cadera, abriendome completamente a él.

El recorrido de sus manos por mi espalda es como una caricia de fuego, dejando un rastro de sensaciones electrificantes en su paso. Me encanta cada roce, cada caricia, cada gesto bruto y apasionado que me demuestra su deseo incontenible. Esta conexión salvaje y profunda entre nosotros me llena de vida y me hace desearlo aún más.

Intento alejarme, pero él vuelve a besarme tres veces más, sus labios insisten en buscar los míos con una necesidad voraz, como si cada beso fuera un intento desesperado de retenerme. Puedo sentir su excitación palpable mientras su mano se desliza hacia mi entrepierna, rompiendo el delicado encaje de mi tanga con impaciencia, como si no pudiera esperar un segundo más para poseerme por completo. Su agarre en mi cuello se vuelve más firme, mientras sus dedos expertos luchan por desabrocharse el pantalón con una urgencia casi violenta.

Con un empujón repentino, me estrella contra la pared con una fuerza que me roba el aliento, el frío y áspero concreto contrastando dolorosamente con el calor abrasador de su cuerpo. Alexander libera su miembro con un gesto apresurado y penetra en mi sin contemplaciones, su embestida brusca y despiadada arrancándome gemidos de dolor y protesta. Cada embate es como un golpe que me deja sin aliento, mientras el dolor y el placer se mezclan en un torbellino de sensaciones abrumadoras. Su agarre en mi cuello se intensifica con cada movimiento, ignorando mis súplicas ahogadas de detenerse, sumiéndose aún más en un mar de desesperación y confusión.

—¡Alexander! —mi voz resuena con desesperación, pero parece perderse en el vacío, ahogada por el rugido ensordecedor de mi propio latido—. ¡Me estás lastimando!

Los golpes se vuelven más intensos, mi cuerpo chocando violentamente contra la pared una y otra vez. Cuando finalmente retira su miembro, una oleada de dolor y ardor me consume, dejándome temblando y exhausta en su estela.

Lleva una mano a mi espalda, pero al reaccionar, retrocede bruscamente, dejándome caer al suelo. Su rostro está cubierto de sudor, y sus ojos, ahora más oscuros, reflejan una mezcla de sorpresa y preocupación mientras se da cuenta de lo que ha sucedido.

—Khristeen, yo… —susurra, pasándose la mano por la cara en un gesto de confusión y angustia.

—¿Qué demonios te pasa? —mi voz resuena con furia contenida—. ¡Te pedí que pararas!

Busca desesperadamente la manera de levantarme del suelo, y en un instante está a mi lado, su presencia reconfortante pero cargada de tensiones no resueltas. Sin embargo, su gesto de acercamiento es vacilante, como si temiera mi reacción.

—Nunca más vuelvas a tocarme de esa manera, Alexander —mi voz es firme, pero se quiebra al final, dejando entrever la vulnerabilidad que aún siento.

****

Cuando desperté, noté que Alexander no estaba en la cama a mi lado. Me levanté y me encontré con Anabella y Alice en la cocina. Decidimos aprovechar el día y fuimos de compras juntas.

Fear to love [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora